Capítulo 6: Distancia

108 11 2
                                    

El rostro del Rey Aegon enrojeció de cólera al tener que enfrentar Aethan Velaryon, Señor de las Mareas, su lord almirante y consejero naval quien acababa de preguntarle el motivo detrás de la desaparición del Príncipe Heredero en su noche de bodas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El rostro del Rey Aegon enrojeció de cólera al tener que enfrentar Aethan Velaryon, Señor de las Mareas, su lord almirante y consejero naval quien acababa de preguntarle el motivo detrás de la desaparición del Príncipe Heredero en su noche de bodas. Lord Velaryon no entendía por qué razón el matrimonio de su hija Alyssa no había sido consumado ni cómo nadie en el palacio conocía el paradero de Aenys.

Pero Aegon sí lo sabía.

A pasos apresurados se encaminó por los pasillos que daban a los aposentos del menor de sus hijos, mientras que su leal Mano del Rey iba dándoles órdenes a los guardias para que despejaran el lugar.

Varios toques desesperados sobre la madera hicieron alarmar a Maegor Targaryen, quien dormitaba plácidamente entre las desordenadas sábanas y envolvía con cariño el cuerpo desnudo de su hermano.

-Shh, no hagas ruido, yo me encargo de esto.

Le susurró Maegor a Aenys y luego de depositarle un casto beso sobre sus labios se paró de la cama, se colocó una túnica negra que lograra cubrir todas las muestras lujuriosas de la noche anterior y se dirigió hacia la puerta.

-¿Padre?¿Qué sucede tan temprano?

Su cara palideció con rapidez al notar el enojo que emanaba del cuerpo del Rey, y con más razón dejó la puerta entreabierta para que no pudiera pasar.

-Dile que salga ahora mismo.

-¿Decirle a quién, padre?

-No te hagas el listo conmigo, Maegor Targaryen. Dile a tu hermano que venga ahora mismo o lo sacaré a la fuerza.

-No sé de qué hablas, ¿por qué estaría mi hermano aquí? ¿No deberías buscarlo en sus aposentos matrimoniales?

-Exactamente porque no está allá es que estoy buscándolo aquí. Ayer fui lo suficientemente claro contigo, pero parece que no entiendes todo lo que está en juego para nosotros.

Maegor guardó silencio, no por temor a su padre, sino más bien por vergüenza y por la impotencia tan inmensa que sentía al no poder hacer nada para defender su amor por Aenys.

-Mae, está bien.

La melodiosa y entristecida voz del mayor de los hermanos resonó detrás del aludido quien volteó enseguida para observarlo. Aenys se había vestido y aunque pudo percibir un ligero temblor en sus manos, se veía decidido a enfrentar a su padre.

-¡Aenys! No te costaba nada consumar el matrimonio, nos has dejado en ridículo a todos y tu suegro está realmente enojado. Ustedes dos...

-Nosotros nos amamos padre. ¿Sabes lo mucho que lo intenté anoche? Di lo mejor de mí por poder acostarme con Lady Alyssa, pero no lo conseguí. Yo, lamento dejarte en vergüenza pero jamás quise esto. Yo ni siquiera pedí ser tu heredero. Maegor sería mejor rey que yo. Yo, soy un fracaso y eso ya lo sabías.

SunsetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora