13. Mi prioridad

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En algún punto de nuestras vidas, la mayoría hemos llegado a experimentar lo que es tener el corazón roto. Ya sea que hayas sufrido la muerte de un ser querido o una máscota, la pérdida de una amistad o no haber sido correspondido en el amor. Está es una experiencia universal que se siente con intensidad, a la cual no logras poner pausa aunque lo intentes. Cada fibra de tu alma la saborea y cada molécula de tu cuerpo la percibe.

A nuestra querida Love, el corazón no se le rompió de un golpe. Al contrario, este se le fue desmoronando pedazo por pedazo cada día que pasaba. Lo que hacía la experiencia incluso más dolorosa.

Comenzó a tener la percepción de que sus átomos empezaban a desvincularse de los de Milk. Sentía a los suyos luchar por permanecer, pero su cuerpo no hacía nada en respuesta. Por ende, los átomos de a quién tanto quería parecían maravillarse ahora con los de alguien más.

Sólo podía presenciar la autodestrucción de su corazón cada que Milk le mencionaba que saldría con esa hermosa mujer.

Se juzgaba por no haber confesado sus sentimientos cuando pudo. Y se juzgaba por no hacerlo ahora que todavía podía. Lo cierto es que tenía miedo, tenía miedo de que su mejor amiga Ciize resultará lastimada en el proceso.

Así que para evitar romper el corazón de ésta, decidió sacrificar el suyo.
Ahora sólo le quedaba tragarse sus sentimientos y ver cómo su amada empeza a pertenecer a alguien más.

Aunque se decía así misma que algún día se le haría costumbre, un mes ya había trascurrido y sólo incrementaban los sintomas de su malestar emocional.

Comía poco porque su apetito había disminuido; dormía pocas horas por el insomnio que había desarrollado debido a los pensamientos intrusivos.
Se olvidaba de tomar suficiente agua, y a duras penas salía de su cama los fines de semana.  Era como si una parte de sí hubiese decidido que ese debía ser el final. Sí, sabía que era dramático, pero no podía evitar ser arrastrada por la aflicción.

No fue una sorpresa para sí misma cuando despertó un día en la cama de un hospital. Sabía que había desarrollado hábitos destructivos que en algún punto le pasarían factura.

— Love, qué bueno que despertaste
-dijo Milk mientras la acariciaba dulcemente y una lagrima recorría su rostro — ¿Cómo te sientes?

— Ahh... -jadeó Love — exhausta.

— Por supuesto, estás deshidratada y malnutrida -le recriminó Milk — No sé cómo no me había percatado, yo debí estar más pendiente.

— No te culpes, por favor -le susurró Love

— Llamaré a tu mamá para decirle que ya despertaste -le indicó Milk separandose

— Milk, por favor, quédate -le pidió mientras agarraba su antebrazo con las pocas energías que tenía

— Claro que lo haré -le aseguró mientras le sobaba el rostro — Me quedaré hasta que te den el alta, y luego me encargaré de que te recuperes en casa.

Tal como lo manifestó, así lo hizo. Milk se ausentó del trabajo durante tres días, los mismos tres días de reposo que le prescribieron a Love.
Dejó a Ciize en reemplazo y simplemente se excusó con su padre.
Llegaba temprano a casa de la peliroja y se regresaba a altas horas de la noche a su apartamento. No quería que estuviera sola ya que sus papás y su hermano se ausentaban hasta horas de la tarde.

Se encargó de mantenerla hidratada, de que comiera lo suficiente y tomará sus medicamentos. Por un momento, Love agradecidió haberse enfermado  porque ahora tenía toda la atención de Milk para ella sola. 

— Voy a enfermar más seguido para tenerte de enfermera -dijo Love mientras Milk le entregaba un vaso de agua

— No digas eso -replicó Milk molesta — me lastima siquiera pensar que te puedes poner mal.

— Deberías responder -le sugirió Love señalando su celular, éste vibraba incesantemente sobre la mesa de noche

Milk vió el nombre y simplemente lo apagó.

—¿No es eso de mala educación? -le interregó Love

— Ya le había dicho que estaría ocupada -replicó Milk — creo que la imprudente es ella.

— Milk, ya no tienes que estar conmigo -le recalcó Love —puedes irte a pasar tiempo con ella si así lo deseas.

Milk nego su cabeza bruscamente y resopló.

— Love, yo necesito estar contigo -manifestó la pelinegra sentandose a su lado —Siempre serás mi prioridad.

— ¿Incluso aunque te cases con ella?

— Incluso aunque me case con ella.

— ¿Es eso una promesa?

— Es un pacto -afirmó la pelinegra sonriendo  — por favor, necesito que me prometas que vas a comer, dormir mejor y beber suficiente agua.

— Sí, sí lo haré -dijo la pequeña reposando su cabeza en las piernas de Milk — realmente estoy muy agradecida por tu amistad.

Y entonces pensó que desaría que fuera más que una amistad. Moría porque Milk fuese la persona que estuviese con ella cada que enfermase, y viceversa. Cada parte de su cuerpo anhelaba a esa mujer, pero como recuerdo de su cobardía, llegaron Ciize junto a Rebecca y se unieron a ellas en la cama.

Love suspiró. Estaba feliz por ser amada por amigas, pero deseaba que en el universo sólo existieran Milk y ella.

A Medio Camino (MilkLove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora