Opuestos. (SaneKana).

CAPÍTULO 15: Cosas claras.

Si sus compañeros se habían sorprendido al verlos separados, ni hablar de cómo estaban ahora al verlos entrar a la preparatoria juntos de nuevo, y tomados de la mano.

        —Oigan, ¿escucharon que Colmillo Blanco tiene novia? —preguntó el que podría llamarse el líder del que se había vuelto el grupo de amigos de Takada Yoichi.

        —¿"Colmillo Blanco"?... Espera, ¿te refieres a Shinazugawa?

        —Sí. Hoy todo el mundo lo vio entrar de la mano con Kocho.

        —¿No se habían separado? Tenían como un mes sin hablarse.

        —Bueno, al parecer ya se reconciliaron.

        —Uuh, Takada, te la ganaron hermano —se burló uno de ellos.

        —¿En serio son pareja? —indagó consternado.

        —Takada, mejor ríndete. No te lo digo con mala intención, pero si sigues encaprichado con esa chica, te...

        —No estoy encaprichado.
Lo que veo en ella va más allá de su belleza física; es una gran persona, con un corazón que no le cabe en el pecho y una sensibilidad increíble.

        —Pero a ella es obvio que no le gustas. ¿No has prestado atención a cómo te trata? Solo te habla bien porque es amable, y no te rechaza para no hacerte sentir mal; pero siempre ha estado explícito que entre ellos hay algo, porque te parezca o no, esos dos se gustan, y no dudo que ya se hayan besado.

        —Mientras no los vea darse un beso, no me rendiré.

        —Te lo advertí, así que cuando te rechace no vengas llorando —señaló el líder con expresión seria.

        —No lo haré. Sé que si lo sigo intentando, puede llegar a quererme.

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        —¿Entonces ya es tu novia? —le preguntó Kumeno. El par estaba sentado conversando tranquilamente en un lugar solitario, esto para más privacidad.

        —Sí, se lo pedí hace unos días.

        —¿Y cómo se sintió su primer beso?

        —Jodidamente bien.

        —¿Es como lo ponen en las películas?

        —¿Ajá...? —respondió, sin saber bien a lo que se refería— Solo hay algo que me preocupa.

        —¿Qué cosa?

        —Me da miedo que en algún momento pueda arruinarlo mi carácter de mierda.

        —Eso no depende de nadie más que de ti. Como tu mejor amigo, tengo que decirte las cosas como son, y eso implica que te recuerde que tú controlas tu carácter, no él a ti. Así que, si en algún momento sientes que puedes comportarte o responderle de una manera que sabes que puede lastimarla, mejor no digas nada y respira hasta que el mal humor se te pase.
Sé que es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero si en verdad la amas y estás tan enamorado como dices, demúestraselo.

        —¿Cómo es que no tienes novia?

        —El entrenador no juega —se justificó riendo. Aunque en realidad, no había nadie que le interesara.

        —Gracioso —contestó sarcástico.

        —Yendo a otro tema, ¿ya escuchaste tu nuevo apodo?