Opuestos. (SaneKana).

CAPÍTULO 28: Coquetear.

Despertó sintiendo algo cálido sobre él, y al abrir los ojos se dio cuenta de que Kanae dormía plácidamente acurrucada en su pecho, a lo que él sonrió contemplándola: estaba despeinada, con los labios entre abiertos y expresión relajada.

          Se ve hermosa en todos los ángulos. Fue su primer pensamiento. Se levantó para quedar apoyado con el codo izquierdo sobre la cama y con su mano restante le acarició la mejilla, recordando la suavidad y la calidez de su piel.

          Y sin desaparecer aquella sonrisa boba de su rostro, pensó que daría lo que fuera por tener esa vista todas las mañanas.

          Sin pensarlo mucho, se dejó llevar por sus impulsos —algo muy normal en él,— y le brindó un beso en la frente, logrando que se despertara por el contacto.

          La chica separó perezosamente sus párpados, revelando sus llamativos iris color lila, que se veían aún más preciosos y brillantes a causa de la luz solar.

          Le mostró una sonrisa aún adormilada y dio un tierno bostezo, para después decir—: Buenos días.

          —Buenos días. Hacía tiempo que no despertábamos así.

          —Ujum, extrañaba eso. Me gustaba dormir entre tus brazos. Eres calientito —se acurrucó en él una vez más.

          —¿En qué sentido? —preguntó coqueto y obviamente para molestarla.

          —¡Nemi!

          El aludido emitió una risita gutural, y retomando su actitud seria de siempre, se volvió a acomodar junto a ella, atrayéndola hacia él, haciendo que su novia pronto volviera a estar sobre sus pectorales.

          —Yo también extrañaba dormir contigo. Tu olor me da tranquilidad.

          —Tu calor me hace sentir protegida. Siento que mientras esté contigo, nada malo va a pasarme —y aprovechando que ambos tenían el pecho descubierto, se atrevió a pasar las yemas de sus dedos a través de las dos cicatrices con forma de "x" suavemente.

          —Me aseguraré de que así sea —prometió, acercándose para darle un beso en la cabeza—. ¿Te digo algo? Ayer fue la mejor noche de mi vida.

          —Y la mía. Fue tal como pensé que sería.

          —Me alegra haber cumplido con tus expectativas.

          —Sanemi, tú nunca me decepcionas. En ningún aspecto.

          —Pretendo que siga siendo así, me niego a fallarte.

          —Sé que no lo harás. Confío en ti.

          Kanae no lo sabía, pero para Sanemi escuchar esas palabras hizo que su corazón saltara de felicidad.

          Luego de esas pequeñas palabras de aliento, se hizo un silencio. Y ambos, sin darse cuenta, se quedaron dormidos otra vez.

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          Despertó sintiendo un vacío del otro lado de la cama, lo que lo llevó a abrir los ojos para confirmar que, efectivamente, estaba solo.

          Se incorporó con un gruñido en lo que sus ojos morados grisáceos se adaptaban a la luz solar.
Su primer instinto fue revisar la hora, y se pasó una mano por la cara al enterarse de que eran las 7:58.

          ¿Y mi novia? Miró desconcertado el lado vacío de la cama, pensando que tal vez estaría en el baño, cuando fue interrumpido por un agradable olor que llegaba desde afuera.