Divididos ★spruan ★

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Por otro lado se encuentra george y dream, george no es como quackity el no odia a los humanos considerando que todos somos iguales solo que unos con cualidades magicas, si tan solo su pueblo hubiera pensado igual.

El de máscara de sonrisa estaba curioso del otro chico ¿por que no lo miraba con desprecio como hacía el otro? Habrá alguna razón o simplemente no le importa, sea como sea no se iba a quedar con las ganas de saber, así que aprovecharía el tiempo que tenga con el para saciar su curiosidad.

-Oye ¿heeee? ¡George!- dijo para tener la atención de el contrario sobre el, algo que no logro del todo pues el contario seguía con su mirada al frente -Dime- contestó con simplesa sin llegar al punto de sonar seco, -Bueno he notado que... ya sabes que tu...- las palabras se le habían ido le daba vergüenza decirlo no quería verse como un comfianzudo y chismoso aún que si lo era.

-Dilo no tengas miedo, no te juzgare- siguió con la mirada en frente pero como una expresión extrañamente dulce -Bueno... ¿por qué no actúas como el otro?- no quería sonar grosero pero se le avía olvidado el nombre del chico pato.

-Yo te veo como un igual- dijo aun sin dirigirse la mirada lo cual ya le daba miedo lo relajado que se veía para estar con un humano, su explicación no era del todo combinsete -¿Alguna otra pregunta?- de echo si había otra pregunta-Si ¿por que no tienes orejas con plumas como el otro?- de un momento a otro dejaron de caminar george se había quedado helado -¿Eres humano?.

-No- sin darse cuenta un hongo algo grande hizo que se sentará sobre el como una silla algo que se repitió con el contrario, -No me agrada contar eso... Pero tu me agradas así que lo hare- dijo con siento entusiasmado el de sombrero de hongo.

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George un niño de cabello castaño y ojos negros, un niño muy alegre como cualquier otro, no tenía nada de especial ¿verdad?.

No la realidad era otra, pero todo esto tiene un inicio, su padre que había muerto en una misión  a causa de los seres mágicos del bosque, pero había algo raro en el, el no guardaba ningún rencor por nadie claro que le había dolido, pero a diferencia de su familia el no le echaba la culpa a nadie era simplemente algo que pasaría tarde o temprano.

Empezó a cambiar seguía siendo aquel niño alegre pero algo estaba mal en el y lo sabia, su pueblo era conocido por sus hongos, no le gustaba comer las zetas pero por algúna extraña razón se fascinaba con cualquier hongo que viera.

Todo esto le hizo llegar a estar en el bosque por horas sentado en los hongos incluso durmiendo en ellos sin ningún problema, sin darse cuenta llego a probar una vez un hongo venenoso pero por algún extraña razón no le causó nada, eso alarmó a la gente de su pueblo que en vez de aliviarse por que el muchacho estába bien lo empezaron a tachar de que era algún ser mágico y que lo debían entregar, su familia pensaba igual todos menos su abuela, ella era un sol para george y al notar su fascinación por los hongos le regalo un sombrero de hongo y una capa con los mismos colores, pensaba que todo podía volver a la normalidad pero a medida que pasaban los días los insultos llegaron a golpes algo que le dolía no solo físicamente si no emocionalmente, las heridas exteriores pueden sanar pero no las interiores es algo que muchos sabemos (🫵 si hablo de ti).