O24

189 28 2
                                    

   los cuchicheos siempre se hacían notar cuando soobin pasaba por algún lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   los cuchicheos siempre se hacían notar cuando soobin pasaba por algún lugar. desde su descubrimiento con los supresores, los pocos omegas y alfas que habían tenido molestias fueron al hospital para realizarse una desintoxicación. conforme se anuló el consumo de supresores después del anuncio de su rector aquella mañana, varios chicos iban recuperándose de a pocos, siendo atendidos en la enfermería cuando eran atacados por algún malestar menos frecuente con el transcurso de los días.

   la fama se sentía bien hasta cierto punto; jungwon y jongseong lo disfrutaban, pero, para soobin, era algo tedioso.

   a veces se cruzaba con la mirada de jeongin entre la muchedumbre y podía notar la tristeza en su rostro. en realidad, podía leer en sus facciones una felicitación, pero sus ojos tristes le recordaban que le había costado su relación.

   —binnie hyung —lo llamó un pequeño rubio que ya extrañaba desde hace unos días.

   —¡bokkie! —exclamó soobin, gratamente sorprendido con la presencia del menor—. pensé que te habías olvidado de mí. —hizo un puchero adorable.

   felix rio junto al alfa y le revolvió el cabello con algo de esfuerzo, ya que soobin era mucho más alto que él.

    —¿almorzamos, hyung? kai se nos unirá allá.

   —creí que ambos estaban molestos por lo que pasó con jeongin. se enteraron, ¿no?

   el menor suspiró y bajó la cabeza con nostalgia. no sabía si era buena idea contestarle a su amigo.

   —nos contó todo, hyung. no quiero ser un mal amigo, pero hyuka y yo nunca creímos que fuera a ser duradero, aunque me sorprendió el hecho de que hayan durado un año. desde que... ya sabe, su actitud comenzó a cambiar, intentamos mentalizar a jeongin, pero él lo amaba... hasta que llegó a su límite.

   —yo no quise, lixxie...

   —no lo juzgo, binnie-ah —dijo el menor, callando a soobin—. no sé qué revoltijo de sentimientos tendrá por aquí —con su pequeño dedo índice señaló el pecho del mayor—. pero es cuestión suya —finalizó con una cálida sonrisa que contagió a su amigo—. ahora, ¿vamos a pedir? estoy muriendo de hambre porque kai malogró mi microondas y no pude hacerme ni unos tristes fideos hoy en la mañana, encima iba tarde.

   el peliazul soltó un par de carcajadas y siguió a yongbok en su camino hacia el comedor. sin embargo, no pudieron ni siquiera acercarse, ya que una joven lo detuvo. ambos la miraron confundidos, no recordaban haberla visto por sus facultades.

   —¿sí? —preguntó el castaño al ver que la fémina no decía ni hacía nada más aparte de sonreír cortésmente.

   —¿tú eres choi soobin? —devolvió una incógnita con otra.

   —eh, sí. ¿quién pregunta?

   —no hace falta que lo sepas, solo acompáñame. hay alguien que te busca —la hermosa joven (cabe recalcar, porque su belleza no pasó desapercibida para el par de amigos) se dio vuelta y comenzó a caminar, esperando que el alfa la siguiera.

extinción :: soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora