8. 4 de Julio

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Narra Greg:

Hoy era el 4 de julio, estábamos en el lago, Donna y yo íbamos a saltar en una colchoneta para que André volará. Nos subimos y funcionó, solo que André cayó de espaldas.

- Eso debió doler - dijo Emma.

- ¡Quiero hacerlo otra vez! - gritó André.

- Parece que a él no - le contesté a Emma sonriendo.

- Ya, besense - dijo Charlotte.

Emma y yo nos fuimos a la orilla en un lugar privado.

- ¿Te vas con tu madre al final? - le pregunté sentándome.

- No, y mi padre se va a encargar más de nosotros - contesté.

- Estupendo - sonreí -. Creo que me voy a mudar aquí, de verdad.

- Genial - me sonrió y nos besamos.

- Te juro que llegar aquí y conocerte fue lo mejor de mi vida - le dije.

- También lo mío - contestó volviendo a besarme.

Estuvimos hablando un rato más y después fuimos a comer. Estaba con ella sentada, me contaba historias sobre cuando era niña, lo que hacía para divertirse cuando oímos que los padres harían un partido de baloncesto contra sus enemigos de la infancia. Genial, el niño que coqueteo con Emma volvería.

- ¡Emma! - le llamo mamá -. Ven aquí y ponte tu traje de animadora.

Emma se levantó y se fue con las madres, unos minutos después, los padres hicieron una entrada.

Mientras caminaban, Kurt le pisó el pie herido a Rob. Después de ellos llegaron las madres, Rita y Emma. Todos vestidas de animadoras, Emma estaba preciosa.

- Estás muy guapa Emma - le dijo Charlotte, me di cuenta que venía a sentarse a mi lado.

- Gracias Charlie - le sonrió -. Hola de nuevo Gregie.

- Hola, te queda muy bien el traje - dije sonriendo como un bobo. Vaya idiota.

- Gracias, Greg - me dió un beso en la mejilla y empezó el partido.

Estuvo muy reñido, cuando nuestros padres metían un punto los otros también. Al cabo de un rato, Eric y otro señor del equipo rival fingieron una lesión y acabó el partido en empate.

- No puede acabar en empate - dijo Simon.

- Vaya injusticia - siguió Keithie.

- Oye Gregie, ven aquí - me llamó papá, íbamos a jugar contra los Baileys.

- Suerte Greg - me dijo Emma y yo le sonreí para irme con papá.

Empezamos a jugar, la verdad que lo hicimos bastante bien y estábamos a un punto de ganar, le pasé el balón a papá y el... Lo falló, nunca fallaba ese tiro.

- Lo siento, ganaremos el próximo año - le dije a papá -. Trabajaré más en mi izquierda.

- Así se habla, abrazame - le abrazé -, te quiero, eres estupendo. Aquí está mamá, un abrazo.

Me di un abrazo con mis padres y mis hermanos. De alguna manera me siento culpable por perder ese partido.

- Greg... - me llamó Emma.

Me separé del abrazo de mi familia y le di uno a ella.

- Lo hiciste bien, tranquilo - me dijo.

- Lo podría haber echo mejor - contesté - he fallado en la defensa y en todo...

- Tranquilo, vale. Si quieres te puedo dar unas clases - rió.

- Me encantaría - nos separamos del abrazo y fuimos con los demás.

La noche llegó y estábamos viendo los fuegos artificiales. Emma estaba a mi lado, con la cabeza apoyada en mi hombro, yo pasé mi brazo por su cintura. La miré y ella me miró, nos dimos un beso delante de todos, fue increíble.

- ¡Emma, corre! - gritó Simon y vimos a todo el mundo correr - ¡La flecha!

Agarré a Emma de la mano y la llevé a un sitio muy alejado. La flecha le cayó al chico de las vedas.

- Eso estuvo cerca - suspiré.

- Muy cerca - dijo -. Gracias por sacarme de ahí.

- No me perdonaría si la flecha te llega a dar - contesté y nos abrazamos.

Niños Grandes - Greg Feder y Emma Higgins || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora