_ ¡ Brinni! ¡ No subas al árbol! ¡ Te vas a lastimar!
_ ¡ No me pasará nada! Mamá_ Brinni habló con calma y terquedad, desde una rama de un árbol, ya era muy tarde para su madre, la cual no pudo impedir que la pequeña se subiera al árbol. No estaba prestando atención a su hija debido a que estaba ocupada en la colada.
Brinni era una niña imperativa, le encantaba estar en constante movimiento, le encantaba subir a los árboles, correr por toda la casa, saltar en cualquier esquina y hacer estragos.
Brinni era una pequeña llena de energía, pero aveces agotaba a su madre._ Brinni, si te pasa algo no me lo perdonaría. _ Confesó su madre con una largo y agotado suspiro.
_ Está bien mami, ya voy. _ Brinni bajó del árbol del jardín de su casa, con una sonrisa radiante en sus labios. Pero para su sorpresa, apenas puso un pie en la tierra su madre le dió un coscorrón en la cabeza. _ Auch, eso dolió.
_ Entonces no lo vuelvas a hacer.
Brinni bajó su mirada hacia sus pies en gesto de inocencia, para luego levantarla con unos ojos de ternura.
_ No lo volveré hacer... _ Brinni habló haciendo un puchero.
_ Me gusta escuchar eso.
_ ...al menos no por ahora. _ Salió corriendo hacia el interior de la casa luego de su travesura, mientras escuchaba los gritos de su madre que la reprendían.
"A los mayores no se les contesta"
Su madre siempre le decía eso, siempre le educaba. Pero Brinni era muy cabeza hueca como para aprender.
Era toda una salvaje. Su cabello negro siempre estaba despeinado y no importaba cuantas veces su madre le levara las uñas, siempre las tenía sucias. Y para finalizar su ropa siempre estaba estrujada. Pero Brinni amaba plantar rosas, girasoles y sobretodo frijoles, por lo que era imposible que algún día anduviera limpia y pulcra.
_ Papi. ¿ Qué hay de comer?_ Brinni preguntó sentándose en un taburete de la cocina. Su madre llegó atrás, regresando del jardín.
_ Tu plato favorito, pollo asado. _ Respondió alegre su padre. Los ojos de Brinni se iluminaron, amaba el pollo asado, sobre todo cuando lo comía junto a sus padres.
_ Pero antes debes lavarte las manos. _ Señaló su madre revolviendole el cabello.
_ Está bien. _ Brinni se puso de pie y fue a lavarse la manos.
Amaba pasar tiempo con sus padres. Su único sueño era tenerlos al lado todo el tiempo. Odiaba cuando tenían que ir el trabajo, y ella, tenía que asistir al colegio.
¿ No se puede desaparecer el colegio?
Es abuuuuurrido.
¿Y el trabajo?
Ojalá no existiera.
Cada instante que pasaba con su padres ella lo atesoraba como un hermoso recuerdo. Al fin al cabo, el alma vive de recuerdos.
Después de haber lavado sus manos, Brinni caminó silenciosa hacia la cocina, quería darle un susto por detrás a sus padres.
Pero jamás imaginó que se encontraría con una conversación, que aparentemente no debía escuchar.
_ ¿ No crees que sería mejor decirle? Cuando lo sepa estará muy triste. _ Era la delicada voz de su madre.
_ No, solo la pondremos ansiosa, sería peor si le decimos. Quien sabe como reaccionaría. _ Aconsejó su padre entre murmullos, pero lo suficientemente alto como para que lo pudiera escuchar Brianna, que se quedó a esperar que la conversación terminara.
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Lúcido
AcakBrianna, una joven cantante. La cual es matriculada en una escuela de existencia poco conocida, para alejarse del mundo de las críticas dirigidas hacia ella por una falsa acusación. Y además para alejarse del mundo de la fama.