Entre luceros rosados y plateados aparecieron en los jardines del Escuela de magia, Joaquin y Fe sujetando la mano de Azuriel.
Por aqui, dijo AZuriel presurosa, dandoles la espalda y guiandolos hasta la oficina de Ituriel, donde los esperaban los otros dos Elegidos.
Los corredores eran amplios y silenciosos, limpios y con aroma de flores. ¿Lo sientes, no es asi? preguntó Joaquin, lanzando una mirada inquisitiva a Fe, si, magia, en todos lados, emana del suelo, de las paredes, del techo, incluso flota en el aire. Joaquin solo asintió, y usando su telepatia comento: "me siento extrañamente más poderoso". "Si, yo también", respondío en sus pensamientos, fe. Ambos se comunicaban de esa manera desde que se conocieron al principio era algo que Joaquin hacía para calmar a Fe, pero ahora lo hacian casi para todo.
Por aqui, dijo Azuriel, doblando hacia la izquierda al final de un pasadizo. Ellos la siguieron apresurando el paso. Azuriel yacia de pie al lado de una enorme puerta de madera con grabados exquisitos, algunos simbolos mágicos que Joaquin alcanzaba a reconocer y otros que eran todo un enigma.
Azuriel giro la perilla con su mano derecha y haciendo un ademan con la izquierda los invito a pasar. Adelante, exclamo serena. La luz era más brillante que en los pasadizos, asi que Joaquin y Fe tardaron unos segundos en adaptar sus pupilas y poder ver con claridad.
Alli yacía un hombre con una túnica muy similar a la de Azuriel, pero de un color azul oscuro como el mar al caer la noche, y reflejaba la luz que se colaba por la ventana, aunque su rostro no mostraba indicios de edad, su cabello con mechones blancos por encima de sus orejas pequeñas y redondeadas delataban que era una persona que había visto y vivido mucho. Joaquin y Fe, solo habian dado unos pasos en la habitación, cuando la puerta se cerró tras ellos, y aquel hombre se puso de pie, en verdad era muy alto, mucho más que Marco o Lucas, su figura imponente contrastaba de manera peculiar con su voz pausada y amigable y una pequeña sonrisa en sus labios.
Mi nombre es Ituriel, y soy el director de la Escuela de Magia, dijo extendiendo su mano hacia Joaquin, quien la estrecho con respeto y un poco de temor. Es un placer conocerte Joaquin, dijo asintiendo con la cabeza. Y tu debes de ser Fe, añadió.
"Mantente alerta", sugirió mentalmente Fe, y Joaquin asisntió de la misma manera. Por favor tomen asiento, dijo Ituriel invitandolos con un gesto. dándoles la espalda se acerco hasta una pequeña mesa al lado de su escritorio, y sirviendo té en tres tazas las ofreció a los muchachos.
"No les han dicho que es de mala educación el cuchichear y más aún usando sus dones mágicos", exclamó con calma Ituriel trayendo su taza de té y sentándose frente a ellos, cruzando su pierna derecha sivre la izquierda adoptando una posición de confianza y de poder. Los ojos de Joaquín y Fe se abrieron como platos. "Acaso también tienes poderes telepáticos como yo, pregunto dubitativo Joaquín". "No, en realidad, ese no es mi don", respondió Ituriel sorbiendo té de su taza y saboreandolo. "Es solo que he pasado algunos siglos rodeados de grandes telepatas, por lo que aún cuando no puedo leer sus mentes, puedo percibir cambios en el aura de las personas cuando usan sis dones mágicos", añadió.
Lo siento, no queríamos ser maleducados dijo Fe, haciendo una pequeña venia a manera de disculpa.
Por favor, beban su té, es una mezcla hecha por uno de nuestros alumnos, viene de un largo linaje de chamanes, es una mezcla de te negro con cascarilla de cacao, y una pizca de semillas xe cardamomo molidas, simplemente exquisito, barro Ituriel, admirando las notas aromáticas que despedía su taza de té, disfrutandolas con los ojos cerrados. Los tres sorbieron el té en silencio. De pronto alguien llamo a la puerta e Ituriel invitando a qué pasarán, está se abrió dejando ver tres siluetas, dos de ellas altas y tomadas de la mano, la tercera más baja y vaporosa, quien iba un nos oasis por delante.
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Los Elegidos: El Renacer
Kısa HikayeTras el despertar de La Nemesis, Marco y Oscar, junto a Joaquín y Fe buscan evitar el apocalipsis.