▲⤝•Լαട ᙏαɳίαട ԃҽ ᥙɳ Ƥαԃɾҽ•⤞▼

❝𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟗: 𝐋𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐭𝐚❞

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❝𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟗: 𝐋𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐭𝐚❞

➝『_Erezly_Hyakuya_ prepara la funa pq esto va a hacer llorar a mucha gente MUAJAJAJ』

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El cielo nocturno se conforma de índigos colores de azul, con algunas estrellas que alcanzan a ser notadas en la encantadora noche que en ese instante se hace presente. Bastante nulos son los sonidos que llegan a ser escuchados, con una que otra voz vagamente perceptible en los oídos del azabache, el cual no hace nada más que observar al exterior entre uno que otro suspiro pesado. Los rayos de sol que son reflejados a través del brillo que demuestra la luna atraviesan con gran facilidad el vidrio de la ventana del autobús, a su vez que los oscuros ojos del niño dan una mirada que transmite un sentimiento de cansancio, luciendo bastante exhausto a pesar de no haberse subido a ningún juego más que a los últimos dos del enorme parque por la orden de su querida maestra de artes, quien estuvo a su lado todo el tiempo gracias a que ella no se subió a ningún juego más que a los mismos que Azrael.

Hablando de este chico, creo que lo mejor sería mencionar el hecho de que su mente se estaba volviendo un total desastre durante todo el lapso del día, pensando en un tema el cual a Azrael nunca se le ocurrió que llegaría a suceder y que en la actualidad aterraba todo su ser, lo que provocaba que los latidos de su temeroso corazón se aceleraran por cada minuto que pasaba y que este palpitara con una clara demencia y un gran frenesí. Su cuerpo estaba a nada de temblar, y no exactamente por el frío que nublaba las ventanas del transporte, sino que por pensar en lo que sucedería una vez que él llegara a su casa. Repentinamente, las ganas de morder sus uñas hasta hacer que sus dedos sangraran se volvía una opción cada vez más tentadora conforme los segundos y el camión avanzaban.

Él desvió la mirada de la ventana, dirigiéndola hacia su izquierda para observar por un par de segundos a su hermano mientras este dormía plácidamente entre los brazos de su "amor prohibido" (apodo que el mismísimo Azrael le había dado al moreno cuando lo conoció). Ahora su mente comenzaba a preguntarse el como dos niños podían caber con tanta facilidad en un solo asiento de autobús, pero se respondió a sí mismo cuando pensó en que estaba la posibilidad de que la diminuta estatura de su hermano pudiera hacer que sobrara espacio en el lugar.

De igual forma, Azrael aprovechó la ocasión para sacar su celular y así poder tomarles una foto a la pareja de pololos.⁽¹⁾

Una disimulada risita escapó de sus labios con la mayor discreción que se le fue posible, llevándose una de sus manos a la boca en un intento de que esta pudiera producir el menor ruido posible. Después de todo, es no como si él estuviera buscando despertarlos.

En ese instante, otra risita pudo ser percibida por los oídos del joven, y con aquel tan característico tono ligeramente rasposo pero femenino el azabache pudo saber de manera instantánea e inmediata que se trataba de su mejor amiga: Niffty.

Azrael alzó la mirada, viendo como la chica se agarraba de su asiento para ver con mayor claridad aquella escena entre ambos niños con una sonrisa pintada en su rostro.

𝙴𝚜 𝚎𝚗 𝚎𝚜𝚝𝚘𝚜 𝚖𝚘𝚖𝚎𝚗𝚝𝚘𝚜 𝚎𝚗 𝚍𝚘𝚗𝚍𝚎 𝚖𝚎 𝚕𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝚝𝚎𝚗𝚎𝚛 𝚊𝚗𝚘𝚏𝚝𝚊𝚕𝚖𝚒𝚊. Fue lo que pronunció la menor con una notable tristeza, aunque esta era entonada de manera exagerada.⁽²⁾

Azrael no supo si la mejor opción en ese momento era reír por el chiste o sentirse ligeramente apenado por aquel comentario, por lo que él no hizo nada y prefirió permanecer en un total silencio en su asiento, sin producir cualquier tipo de sonido.