▲⤝•Լαട ᙏαɳίαട ԃҽ ᥙɳ Ƥαԃɾҽ•⤞▼

❝𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 𝟏: 𝐅𝐮𝐠𝐚, 𝐩𝐚́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐲 𝐦𝐚́𝐬 𝐩𝐚́𝐧𝐢𝐜𝐨★❞

▲⤝•Լαട ᙏαɳίαട ԃҽ ᥙɳ Ƥαԃɾҽ•⤞▼

❝𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 𝟏: 𝐅𝐮𝐠𝐚, 𝐩𝐚́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐲 𝐦𝐚́𝐬 𝐩𝐚́𝐧𝐢𝐜𝐨★❞

— .*•¿🏳️‍🌈?•*. —

Avanzada era la hora, con el cielo pintado de un oscuro tono azul, teniendo como única compañía a las pocas estrellas que brillaban en la fría noche que hacía.

Las luces en la enorme casa se encontraban prendidas, otorgándole luz al edificio mientras innumerables pasos resonaban desde el primer piso, entre el comedor y la cocina. Pero un tanto alejado del lugar, en uno de los cuartos de arriba, cierto chico de piel pálida se encontraba en medio de un pequeño discurso.

𝙳𝚎 𝚊𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘, 𝚟𝚘𝚜 𝚙𝚘𝚍𝚎𝚜 𝚌𝚘𝚗 𝚎𝚜𝚝𝚘. Se dijo a sí mismo el rubio, viéndose fijamente en el espejo en su baño.

Él suspiró, tratando de calmarse.

Y pudo seguir hablando, pero las motivadoras palabras que se hubiera dicho para tranquilizarse fueron interrumpidas por un grito proveniente del primer piso.

¡𝙰𝚐𝚞𝚊𝚜 𝚕𝚘𝚌𝚊𝚜, Le llamó su hermano menor. 𝚊 𝚌𝚘𝚖𝚎𝚛!

Lucifer soltó una pequeña risita ante el apodo utilizado por Azrael, luego salió del baño en su cuarto y bajó por las escaleras para estar en el primer piso y llegar al comedor, en donde vio la mesa bien puesta, con los platos llenos de comida y todos sus hermanos reunidos.

El de ojos azules solo se sentó en el mismo asiento de siempre, estando a un lado de cierto azabache que le había llamado; este volteó a verlo con una boba sonrisa en rostro y sacudió su mano a modo de saludo.

El contrario iba a devolver el saludo, pero fue interrumpido por una mano que se posó sobre su cabello y lo despeinó, siendo esta una pequeña muestra de afecto que Miguel le empezó a dar luego de sus primeras sesiones en guía psicológica.

Pero esos son detalles.

El mayor se sentó al otro lado de Azrael, susurrándole a la oreja una pregunta que Lucifer no fue capaz de escuchar debido al resto de conversaciones que eran presentes en la mesa. Pero todas cesaron tan pronto una figura se hizo presente en el lugar, esta perteneciéndole al progenitor de los jóvenes.⁽¹⁾

𝙱𝚞𝚎𝚗𝚊𝚜 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎𝚜. Pronunció con tranquilidad, yendo directamente hacia su asiento en la cabeza de la mesa.

La cocinera de la casa le sirvió agua en su vaso tan pronto lo vio entrar, recibiendo un breve agradecimiento por D. Morningstar, quien luego de aquello le dio un trago a la bebida.

𝙱𝚞𝚎𝚗𝚊𝚜 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎𝚜, 𝚙𝚊𝚍𝚛𝚎. Saludó Leo, sin recibir respuesta alguna.

En cambio, su progenitor se dirigió al menor de la familia, ordenándole decir unas palabras en específico, al igual que siempre.

𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜 𝚊 𝙳𝚒𝚘𝚜 𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚘𝚍𝚎𝚖𝚘𝚜 𝚌𝚘𝚖𝚎𝚛.. Comentó sin ganas el chico, viéndose obligado a ser quien dijera aquello como en los demás días.

D. Morningstar solamente asintió con la cabeza, juntando sus manos para comenzar a rezar.

Leo lo siguió, pese no ser creyente, mientras que el resto de jóvenes se dedicaba a escuchar.

Esta solo se trataba de una cena cualquiera, el rezo era el mismo y las personas también, incluso el chico en terminar su plato antes que todos fue el mismo, siendo que Azrael es alguien que come rápido.