Destinos entrecruzados

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POV Chiara

Nací en Menorca, un rincón tranquilo de España,
donde las olas del mar parecen cantar una canción eterna. Mi infancia fue una sinfonía de risas y aventuras junto a mis hermanos, Joey y Jasmine. Mi madre, Emma, me enseñó el valor de la empatía, mientras que mi padre, Pedro, inculcó en mí una pasión inquebrantable por la música. Desde pequeña, siempre tuve una guitarra entre mis manos, y mis días se llenaban de melodías que brotaban de mi corazón.

Todo cambió cuando cumplí veinte años. Un diagnóstico inesperado rompió la armonía de mi vida: cáncer terminal. Mis sueños de componer y tocar en escenarios se desvanecieron en un instante. Pero no podía dejar que el miedo me venciera. Decidí enfrentar esta batalla con la misma pasión con la que toco mi guitarra, buscando momentos de belleza incluso en los días más oscuros.

Ahora paso mis días en el hospital, un lugar que debería ser desalentador, pero donde he encontrado una nueva familia. Aquí, entre tratamientos y silencios inquietantes, trato de mantener viva la chispa de la esperanza. Y es en este entorno que mi vida está a punto de cambiar de una manera que nunca imaginé.

POV Violeta

Mi historia comienza en Motril, un pequeño pueblo en la costa de Granada. Desde niña, siempre supe que quería ayudar a los demás. Mi madre, Sufema, y mi padre, Juan Carlos, me enseñaron a ser fuerte y compasiva. Con mi hermana Tanah, compartí innumerables momentos de juegos y risas, siempre soñando con un futuro donde pudiera hacer una diferencia.

Estudié enfermería y me mudé a Barcelona con la esperanza de encontrar un lugar donde pudiera marcar una verdadera diferencia. Trabajar en un hospital especializado en cáncer no es fácil, pero cada día encuentro consuelo en el hecho de que puedo aliviar el dolor de alguien, aunque sea un poco. La música siempre ha sido mi refugio, un escape que me permite encontrar paz en medio del caos. Mis días están llenos de rostros y nombres que pasan rápidamente, pero cada paciente deja una huella en mi corazón.

Nunca imaginé que una de esas huellas cambiaría mi vida de forma tan profunda. Entre las paredes frías del hospital, conocí a Chiara, una joven cuya valentía y amor por la vida me enseñaron a ver más allá del sufrimiento. Su pasión por la música resonó con la mía, y en su lucha encontré una fuerza que nunca supe que poseía. Este es el comienzo de una historia que va más allá de la enfermedad y el dolor, una historia de esperanza y humanidad en los lugares más inesperados.

Un amor terminal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora