Encuentro con el pasado

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POV VIOLETA

Violeta caminó hacia la cafetería de la esquina con paso firme, aunque su corazón latía acelerado. Entró y buscó a Julia con la mirada. La encontró sentada en una mesa cerca de la ventana, con una expresión mezcla de nerviosismo y esperanza.

Tomó un respiro profundo y se dirigió a la mesa. Julia levantó la vista y sonrió, una sonrisa que solía derretir el corazón de Violeta, pero que ahora solo le provocaba una sensación de incomodidad.

—Hola, Violeta —dijo Julia, levantándose ligeramente de su asiento en señal de saludo.

—Hola, Julia —respondió Violeta, tomando asiento frente a ella.

Se hizo un silencio tenso mientras ambas intentaban encontrar las palabras adecuadas. Julia fue la primera en romperlo.

—Gracias x venir. Sé que probablemente era lo último que querías hacer hoy —dijo Julia, su voz suave y llena de sinceridad.

—Tienes razón, no es fácil estar aquí. Pero quiero escuchar lo que tienes que decir para poder cerrar este capítulo de una vez por todas —respondió Violeta con firmeza.

Julia asintió, sus ojos reflejando una mezcla de tristeza.

—He cambiado, Violeta. Sé que eso es difícil de creer después de todo lo que pasó entre nosotras, pero es la verdad. He estado en terapia, he trabajado en mis problemas de celos y control. Ya no soy la misma persona que era antes —dijo Julia, su voz temblando ligeramente.

Violeta la miró, tratando de discernir la verdad en sus palabras.

—Es bueno escuchar que has estado trabajando en ti misma, Julia. Pero no sé si eso cambia las cosas entre nosotras —dijo Violeta, tratando de mantener una postura neutral.

Julia tomó un sorbo de su café antes de continuar.

—Todavía te amo, Violeta. No he dejado de amarte desde que nos separamos. Me doy cuenta de que cometí muchos errores, y lo siento mucho. Solo quiero una oportunidad para demostrarte que he cambiado, que podemos tener algo mejor —dijo Julia, sus ojos llenos de lágrimas.

Violeta sintió una oleada de emociones, pero trató de mantenerse firme.

—Julia, nuestra relación fue muy dolorosa para ambas. Tuvimos buenos momentos, sí, pero también hubo demasiadas peleas, demasiado dolor. No estoy segura de querer volver a eso —dijo Violeta, su voz suave pero decidida.

Julia extendió una mano, pero Violeta no la tomó.

—Solo dame una oportunidad, una sola. No estoy pidiendo que volvamos a estar juntas de inmediato, solo que consideres la posibilidad de que las cosas pueden ser diferentes ahora —pidió Julia, su voz llena de una desesperación controlada.

Violeta se quedó en silencio, mirando por la ventana mientras pensaba. Recordó los momentos difíciles, pero también los buenos. Recordó las promesas rotas, pero también las risas compartidas. Y luego pensó en Chiara, en su sonrisa y en su casi beso.

Finalmente, volvió a mirar a Julia.

—No puedo prometerte nada, Julia. Necesito tiempo para pensar. No quiero tomar una decisión apresurada que podría hacernos daño a ambas. Necesito enfocarme en mí misma y en mi trabajo, en las personas que dependen de mí —dijo Violeta con suavidad.

Julia asintió, aceptando la respuesta aunque claramente decepcionada.

—Entiendo, Violeta. Solo espero que algún día podamos tener una segunda oportunidad. Te amo, y siempre lo haré —dijo Julia, con una pequeña sonrisa.

Violeta se levantó, sintiendo que ya había dicho todo lo que necesitaba decir.

—Gracias por entender, Julia. Cuídate —dijo Violeta, antes de girarse y salir de la cafetería.

Mientras caminaba de regreso al hospital, Violeta sintió una mezcla de alivio y tristeza. Había cerrado un capítulo doloroso de su vida, pero también había dejado una puerta entreabierta. Sabía que tenía mucho en qué pensar.

Después de dejar la cafetería, Violeta caminó de regreso al hospital.

Al llegar al hospital, Violeta fue directamente a la sala de descanso para tomar un respiro antes de retomar su turno. Se mojó la cara con agua fría, tratando de despejar su mente. Luego, recogió la medicación de Chiara y se dirigió a su cuarto.

Al entrar, encontró a Chiara sentada en la cama, mirando por la ventana. Los ojos verdes de Chiara se iluminaron al verla, pero rápidamente notaron algo diferente en Violeta.

—Hola, Violeta. ¿Estás bien? Pareces un poco distante —dijo Chiara, con una mezcla de preocupación y curiosidad.

Violeta esbozó una sonrisa tranquilizadora, aunque por dentro aún sentía el remolino de emociones.

—Estoy bien, Chiara. Solo ha sido un día largo, eso es todo —respondió, prefiriendo no mencionar nada sobre Julia.

Chiara frunció el ceño ligeramente, claramente no convencida por la respuesta.

—Violeta... lo que pasó antes... —dijo Chiara, su voz bajando al recordar el momento en que casi se besaron.

Violeta sintió un nudo en el estómago al recordar el casi beso. Quería ser honesta, pero también sabía que debía mantener una distancia profesional.

—Chiara, lo que pasó antes fue un error. No puede volver a suceder —dijo Violeta, tratando de sonar firme aunque su corazón doliera al decirlo.

Chiara bajó la mirada, claramente afectada por las palabras de Violeta.

—¿Por qué fue un error? —preguntó Chiara en voz baja, sin levantar la vista.

Violeta suspiró, acercándose a la cama para entregar la medicación.

—Porque soy tu enfermera, Chiara. Estoy aquí para cuidarte y asegurarme de que estés bien. No puedo cruzar esa línea profesional. Además, no quiero complicar más las cosas para ti —explicó Violeta, tratando de mantener la calma.

Chiara asintió lentamente, aunque su corazón se sentía pesado.

—Entiendo. Solo pensé que tal vez... había algo más entre nosotras —dijo Chiara, su voz llena de tristeza y una pequeña esperanza.

Violeta sintió un dolor en el pecho al ver la expresión de Chiara, pero sabía que tenía que ser fuerte por ambas.

—Eres una persona increíble, Chiara. Y mereces amor y felicidad, más de lo que yo podría ofrecerte en estas circunstancias. Ahora, por favor, toma tu medicación y descansa. Eso es lo más importante ahora —dijo Violeta, con una sonrisa suave pero firme.

Chiara tomó la medicación sin decir una palabra más, asintiendo en silencio. Violeta la observó por un momento antes de salir de la habitación, sintiendo que cada paso que daba la alejaba más de lo que realmente deseaba.

Mientras se alejaba, Violeta no podía dejar de pensar en las palabras de Chiara y en la chispa que había visto en sus ojos. Sabía que debía mantener la distancia, pero no podía negar que algo dentro de ella anhelaba más. Sin embargo, por el bien de Chiara y su propio corazón, debía mantenerse fuerte y recordar por qué estaba allí en primer lugar.

Un amor terminal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora