CAPITULO FINAL

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1 AÑO Y MEDIO DESPUES

HARRENHAL

La vida es una verdadera hija de puta, nunca sabes el giro que esta va a dar o lo que va a provocar, esa era una lección que tanto a Jace como a Aegon les había quedado bastante clara.

A veces la vida es como aquel barco hundido en las profundidades del mar, que guarda celosamente su propia historia a la espera de ser descubierto para revelar los misterios y secretos de entre sus ruinas.

Alfa y omega, ambos habían pasado por cosas muy dolorosas que les obligaron a reconsiderar y reacomodar sus vidas; pero como dice aquella frase:

"Hay que darle tiempo al tiempo"

-¡Papá, míranos!- Jaehaerys y Jaehaera le llamaron al omega que permanecía sentado sobre la manta en el césped y era cubierta por una enorme sombrilla que le daba sombra, los dos gemelos venían corriendo hasta Aegon a la vez que sujetaban firmemente las pequeñas manitas de su nuevo hermanito Maelor, el pequeño niño apenas había dado sus primeros pasos y sus hermanos mayores se habían empecinado en hacer que corriera para que pudiera jugar con ellos.

Aegon miro con una enorme sonrisa a sus tres pequeños mientras acariciaba su vientre de embarazo de apenas 4 meses, tomo un puño de fresas de la canasta a su lado, las últimas semanas le había dado aquel antojo de estar comiendo fresas cada vez que tenía oportunidad, ya sea en pasteles, jugo, con crema, chocolate, entre otros; según sus sirvientas los antojos variaban dependiendo del género, si el antojo era dulce sería un omega, si el antojo era salado sería un alfa, pero si eran ambos sería un beta.

Hasta ahora los antojos con sus 3 pequeños habían sido salados pero en este embarazo todos eran muy dulces; para ese punto Aegon ya podía imaginarse a un pequeño y lindo omega de cabellos castaños muy similar a su esposo corriendo por los pasillos de la enorme fortaleza que era Harrenhal.

-Príncipe- Una de sus damas de compañía venia llegando con una carta en su mano- Un mensaje para usted- Aegon recibió la carta con el sello de cera rojo con el emblema de su casa de nacimiento.

-Gracias Kara- La beta le sonrió, Aegon desenvolvió la carta.

Esta era de Lucerys y Aemond invitándolos al cumpleaños de sus gemelos.

-¿No preferiría ir a su recamara a recostase? Puedo pedirles a las sirvientas que le lleven más fruta.

-Agradezco tu preocupación pero estar encerrado tanto tiempo me causa claustrofobia- Ya había sido suficiente tiempo el que tuvo que encerrarse, paso 5 años aislado, encerrado y alejado de todos viviendo en Dragonstone por miedo a las habladurías de la gente, además de aquellas infernales semanas en las que estuvieron encerrados en la fortaleza roja temiendo por la vida de Rhaenyra y la de sus familiares que se vieron obligados a embarcarse en un misión suicida- ¿Mi esposo aún no termina su reunión?

-Una de las chicas fue hace unos minutos a llevarles una jarra de agua, dijo que estaban a nada de terminar.

-Entiendo.

-¿Quiere que le digamos algo de su parte?

-No es necesario.

-Con permiso alteza.

Al comer la última fresa el omega miro el bello anillo de matrimonio que ahora adornaba su dedo anular en la mano derecha, con solo verlo una enorme sonrisa se formó en su rostro y esta se agrando más al recordar la vez que Jace enfrento a todos su demonios en la sala del trono.

-De hecho Majestad hay algo que yo quiero pedirle- Para ese entonces Rhaenyra ya se había recuperado, aun no sanaba por completo pero ya estaba lo suficientemente repuesta como para volver a sentarse en el torno de hierro y retomar sus deberes como reina aun teniendo a su lado a Lord Lyonel Strong y a su hermano Aemond Targaryen como apoyo.

LUCHANDO POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora