IV

26 4 0
                                    


Después de su encuentro, se dirigió a sus clases, su concentración dividida entre lo que enseñaba el maestro y las palabras del zorro.

De algún modo se había visto convencido por el astuto pelirrojo para reunirse con él en el viejo almacén, sin especificar realmente la razón.

Organizando sus libros, preparado para salir del salón, sintió una presencia a su lado.

Sintió un leve estremecimiento cuando apareció de repente, su presencia en el pasillo era tan inesperada como inquietante. 

La sonrisa irónica del zorro no hizo más que aumentar la tensión en el aire.

— Justo a tiempo — bromeó el omega; sus labios brillaban con el dulce sabor del caramelo que comía.

Agarró sus cosas y asintió, aunque con cierta cautela.

— Creí que me esperarías allí.

— No me arriesgaré a que me plantes — sentenció.

Rio ante las ideas del pelirrojo y lo siguió cuando empezó a caminar por los pasillos del internado.

Mientras se acercaban al viejo almacén, el pasillo se iluminaba débilmente por las luces de emergencia, proyectando largas sombras que danzaban en las paredes. 

El aroma a madera vieja y polvo llenaba el aire, mezclándose con el fresco aroma floral del jardín cercano.

El lugar estaba lleno de sombras y recuerdos olvidados.

A medida que cruzaba el umbral del almacén, una sensación de incomodidad se instaló en su pecho. 

Las sombras que se alargaban como dedos oscuros parecían querer atraparlo, y el ambiente cargado de antigüedad le hacía sentir una mezcla de curiosidad y desconfianza.

El omega cerró la puerta tras de sí, lo siguió con la mirada, desconfiado, contando cada uno de sus pasos.

Lo miró sacar un molde con marcas de mordida y se lo entregó.

— Encontré esto... por ahí. Se supone que es de oso, pero necesito confirmarlo. ¿Podrías morder algo en tu forma animal para comparar?

Frunció el ceño y negó con la cabeza.

— No puedo hacer eso. Está en contra de las reglas transformarse en el campus sin permiso.

El zorro levantó una ceja, claramente sorprendido.

— ¿De qué hablas? Todos se pueden transformar dentro del campus, solo asegúrate de que no sea dentro de las instalaciones.

— Bueno, en mi carta de aceptación ponían que estaba estrictamente prohibido que pudiera transmutar a mi forma animal... Supongo que era una regla especial para mí — llegó a la conclusión.

El omega pareció pensarlo unos momentos antes de hablar, pero él cambió de tema, tomando el molde y examinando las mordidas.

— Estas marcas no parecen de osos. No soy un experto, pero esta mordida es muy pequeña para un oso. ¿De dónde sacaste esto?

El pelirrojo vaciló un momento antes de responder.

— Lo tomé de la oficina del director. He estado escuchando a algunos profesores hablar sobre estudiantes que han desaparecido. No quieren asustar a los demás, así que no lo anuncian. No creo que sean osos.

— ¿Así que tu mejor idea fue investigar por tu cuenta y robar evidencia? — cuestionó divertido.

— Bueno, ahora tú estás involucrado, así que será mejor que no abras la boca — amenazó, divertido y descarado.

Back to Instinct [N.J, Y.M, V.K, V.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora