XV

9 4 0
                                    


Las palabras del cisne no se fueron de su cabeza en toda la tarde, ni en toda la semana siguiente, tampoco.

Al final, sin encontrar paz en los pasillos del internado, decidió salir al bosque.

Necesitaba distraerse, llenar su mente con algo, cualquier cosa que no fuera la voz del omega repitiéndole su miseria.

Sus pasos resonaban apenas contra el suelo húmedo y cubierto de hojas, y el aire frío y denso del bosque lo rodeaba, como si intentara calmarlo.

La humedad de las plantas, el aroma intenso de la tierra y las hojas secas le daban una especie de calma momentánea, como si el bosque lo aceptara y comprendiera su dolor en silencio.

Avanzaba despacio, sintiendo el crujir de las hojas bajo sus pies, perdiéndose entre ramas y arbustos en busca de la flor de Somnus, esa planta misteriosa que le obsesionaba y que ahora parecía su único refugio.

Se detuvo a observar el suelo, buscando entre sombras y matorrales, queriendo que algo, lo que fuera, lo distrajera del dolor que le quemaba el pecho.

Pero en su mente, las palabras del peliblanco seguían rebotando, cargadas de reproche y desprecio.

"Desesperadamente... te abres a cualquiera..."

Sintió cómo las lágrimas querían asomarse, pero las contuvo, respirando profundo para controlarse.

Siguió caminando, tratando de concentrarse en su entorno, en los olores del bosque, en el sonido del viento entre las ramas.

Pero entre el peso de sus pensamientos, no notó que la noche había caído hasta que el aire comenzó a enfriarse.

La oscuridad lo envolvió de un poco, transformando el bosque en un mar de sombras y siluetas inquietantes.

Intentó tranquilizarse, diciendo que no tenía nada que temer.

"Solo necesito regresar" pensó.

Pero sus pasos eran inseguros, y al girar, no pudo reconocer el camino de regreso.

"Estoy perdido" se dijo con un nudo de miedo en el estómago.

La noche avanzaba, y el bosque parecía tragarse su propio silencio.






Para entonces, en el internado, los murmullos sobre su ausencia empezaron a llenar los pasillos.

El omega de suaves cabellos blancos, quien se encontraba en el comedor, escuchó a un par de estudiantes comentar que nadie lo había visto desde la tarde.

Algo en su pecho se tensó.

"No puede ser..."

Intentó ignorar esa inquietud que crecía en su interior, pero conforme los minutos pasaban, la sensación de malestar se volvía más densa.

Un aroma familiar, el ligero rastro de miel y vainilla que asociaba con el omega, seguía presente en su memoria.

"¿A dónde pudo haber ido?" se preguntaba mientras apretaba los puños, sus pensamientos recordando sin querer las palabras que le había dicho antes.

La última vez que lo había visto, lo había dejado ir con la cabeza baja, sin un atisbo de fuerza para defenderse.

Algo en su pecho se rompió ante ese recuerdo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 18 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Back to Instinct [N.J, Y.M, V.K, V.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora