𝑈𝑛𝑎 𝑦 𝑚𝑖𝑙 𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑟

αოíցօs cҽɾcαղօs

Ser mejores amigos es uno de los grandes desafíos que pueden ser así, cuando hay amor entre medio. Tal y como es el siguiente caso, Drum y Delta finalmente habían podido entablar una buena relación de amistad, ya que éste último solía ser muy reservado con sus sentimientos y con las personas que lo rodean. Entonces y gracias a la intervención de Tango, pudieron avanzar un poco más… siendo más unidos desde entonces.
Esto nos trae al tiempo actual, donde los padres del rubio habían venido de visita, y bueno, digamos que Akane tenía cierta curiosidad por saber quienes son, y porqué suelen viajar tanto. Sin embargo y por unas cuestiones personales se le había hecho tarde, pero llegó con un pequeño pastel. Para así no sentir que llegó simplemente para ver a Drum.

—Buenas tardes, disculpen la interrupción—dijo entrando a la casa de color celeste la cual resaltaba entre las demás—soy Akane Delta y yo, soy amigo de Drum—se presentó con un pequeño rubor en sus mejillas, aún no estaba acostumbrado a eso.

—bienvenido, pasa—dijo Rogia (la madre de Drum) —mi hijo no podrá atenderte, lamentablemente se enfermó. Pero si gustas puedes pasar a su habitación a saludar—lo convenció subiendo ambos escaleras arriba, de repente Kaio (padre de Drum) apareció delante del oji rojo y dijo:

—por favor te pido que no le hables muy fuerte, tiene algo sensible sus oídos. Y dame eso—le quita el pastel—no creo que a mí hijo le guste recibir visitas con eso en manos, mejor lo guardaré en el refrigerador. De ese modo estará perfecto para cuando decidan bajar—mencionó sin más para irse al primer piso.

—no le hagas caso, siempre suele ser muy celoso con las personas que no conoce—aclaró la rubia—sigamos.

Avanzaron un poco más, Delta se distrajo al ver algunas fotografías de Drum en distintas etapas de su vida. Por ejemplo, en una se veía de unos dos años abrazando un peluche en forma de dinosaurio. En otra donde aproximadamente tenía seis años estaba armando un rompecabezas, y por última estaba cuando lo conoció (a los diez años) sonriendo (como siempre) sosteniendo en sus manos el trofeo que había obtenido por ganar el carnaval beyblade. Finalmente llegaron hacia una puerta blanca, Rogia tocó tres veces hasta que escucharon una voz que dijo:

—Adelante.

—se oye mal—susurró Akane un tanto preocupado.

—por eso me da gusto que hayas venido, he intentado de varias formas hacerlo sentir bien. Pero nada de lo que hago funciona, quizás si ve a uno de sus amigos se sienta mejor—mencionó ella abriendo la puerta, dejando ver que Koryu estaba acostado en su cama, cubierto por una sábana celeste con estrellas en ella. En varios muebles habían diversos libros de toda clase, muchos rompecabezas, figuras de fósiles, una computadora, el trofeo del carnaval en una pequeña repisa a un costado, y como nunca podría faltar en su mesa de noche (aparte de una lámpara en forma de huevo), estaba Dragón.

—hola Delta, no sabía que vendrías—dijo el rubio con su voz algo rasposa, algunas ojeras por debajo de sus ojos verdes y su piel estaba pálida, muy diferente a su color natural.—me da gusto.

—pues yo, venía de visita porque, bueno—desvía la vista ruborizado—tú mencionas mucho a tus padres que, quise venir a conocerlos.

—Awwww, eso es muy tierno de tu parte—dijo Rogia dándole un pequeño abrazo al peli menta—lo mejor será dejarlos solos un momento, enseguida regreso amor—mencionó a su hijo, y no se retiró sin antes darle un corto beso en la frente.

—ahora veo de donde saliste así—comentó Delta con burla.

—Jejeje, ¿qué puedo decir?—respondió Koryu sonriendo, pero a los segundos su expresión cambió por una de dolor.

—¿qué pasa? ¿Qué tienes?.

—d-descuida, solo me duele un poco el estómago. Estoy así desde anoche—mencionó cansado—aunque en la mañana me empezó una fiebre que no me deja tranquilo. Pero descuida, estaré bien.

—no me gusta verte así.

—no te preocupes, ya te dije que estaré bien.

—alguien tan especial como tú no merece sufrir, ¿ya fuiste al doctor?.

—Sipi, es solo que, dijo algo sobre una infección estomacal. Ya me dio medicina y estaré bien en unos días—aclaró Koryu—Delta tú, ¿crees que soy especial?—preguntó sintiendo como sus mejillas se coloreaban de rosa al pensar en ello.

—no lo creo—toma su mano—estoy seguro—sonríe haciendo más fuerte el rubor del oji verde—sabes, ya no somos aquellos niños que solían tener problemas en todo. Ahora sé que las cosas no son iguales, ahora sé que, mis sentimientos y mi forma de verte han cambiado.

—¿eso que significa?.

—te quiero, ahora más que nunca estoy seguro de que, me gustas mucho—confesó sin más, y para su propia sorpresa Drum se lanzó contra él, dándole un fuerte abrazo.

—¡Yo también te quiero!, ¡Delta no tienes idea de lo feliz que soy de saberlo!—dijo con unas pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos. Al separarse solo un poco (sin soltarse) casi por inercia se fueron acercando, todo parecía transcurrir en cámara lenta… Sus labios se rozaron de manera tímida, como si tuvieran miedo de hacerlo, a lo que al mismo tiempo lo hicieron sus respiraciones.

—Drum amor, ¿quieres algo de beber?—preguntó Rogia por detrás de la puerta.

—A-agua estaría bien—dijo torpemente Koryu con su rostro completamente rojo—g-gracias mami.

—y ¿tú Delta?, ¿quieres algo?—dijo ahora abriendo la puerta, viendo como cada uno estaba en diferentes esquinas de la cama—¿todo en orden?.

—Si—susurró Drum.

—claro que si, no se preocupe—contestó Akane con su rostro hecho un tomate.

—Ok, vuelvo en un momento—respondió cerrando la puerta para dirigirse a la cocina, donde su esposo estaba sirviendo agua en un vaso.—cariño, ¿tú que piensas de Delta?, ¿crees que sea un buen chico?.

—¿por qué de repente dudas?, hace un momento lo estabas tratando como a un hijo—respondió su esposo—o ¿acaso paso algo que te hiciera cambiar de opinión?.

—pues Drum habla mucho de él, y digamos que, siento que hay algo entre ellos que no me convence del todo.—dijo pensativa.

—¿crees que se gusten?.

—recuerda que en el amor no hay nada imposible—fue la respuesta de la madre acompañada de una leve sonrisa. De pronto ambos notaron como su hijo y el que decía ser su amigo llegaban con ellos.

—¿Delta se puede quedar a cenar?—preguntó Drum con normalidad, a lo que los adultos se sonrieron entre ellos… Esa cena sería más que interesante.

Fin.

AmaiLovers
MnicaReyes473