Te tengo en mis manos

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Después de darle varias vueltas a esa ciudad que no conocía, el castaño soltó un suspiro cansado. Jamás pensó que ir a la universidad fuera tan complicado, había tenido muy mala suerte en buscar un cuarto o un apartamento para vivir, ya que las habitaciones dentro de la Universidad eran muy costosas.

Probó quedarse en una casa huésped, pero lo echaron ya que había una regla que decía que si llegaban muy tarde se quedaban afuera… Y así pasó.

Desesperado y sin saber que hacer, decidió entrar a buscar por Internet. Encontrando un anuncio que le pareció llamativo e interesante:

“Si estas buscando un lugar donde vivir, que sea accesible y no pagar nada. Esta es tu oportunidad puedes venir a la siguiente dirección, y te prometo que no te arrepentirás. Acá te espero 7u7”.
Esa última cara le dio mala espina, pero nada perdía con ir a ver.

Llegó a lo que era una casa no muy grande, pero tampoco muy pequeña. La cual era en colores blanco y café, tocó el timbre y fue atendido por un peli blanco de ojos heterocromaticos uno rojo y el otro azul. Quien sonrió con amabilidad al castaño permitiéndole pasar.

—así que, ¿estas interesado en vivir aquí? —preguntó Phi sentándose al costado suyo, aun con aquella sonrisa coqueta.

—si, enserio estoy desesperado, y si tengo que limpiar el baño con tal de quedarme aquí eso haré—dijo decidido Akaba, logrando que Phi se lamiera los labios deseoso.

—descuida corazón, no tienes que hacer nada. Simplemente tienes que portarte bien—lo rodea con su brazo poniendo nervioso al castaño—y con eso bastará.

—ok, y ¿en donde voy a dormir?—dudo tragando saliva nervioso.

—¡ven conmigo!—lo toma de la mano, obligándolo a ponerse en pie—te mostraré—sonríe con tranquilidad.

—esta bien, vamos—asintió siguiendo los pasos del albino… Siendo ese su error.

♥*♡∞:。.。  。.。:∞♡*♥

Un pequeño respingo en su espalda le hizo saber que tenía miedo, pero aún así trato de hacer las cosas bien…

—no te preocupes, no seré brusco contigo—susurro a su oído—además, esto es parte del trato que tenemos, no lo olvides.

Aiga no pudo hacer nada más, simplemente dejó que este misterioso hombre. De quién apenas si conocía su nombre… Lo besara, lo tocará… Aunque su boca y mente decían cientos de veces que lo que estaba sintiendo le daba asco, su cuerpo estaba reaccionando de otra manera.

Con algo de *descaro* Phi arrebató la playera que el castaño llevaba, causando así que un involuntario gemido saliera de esté. Para la sorpresa del albino…

—me encantan tus expresiones, son tan bellas y únicas. Ahora se que valió la pena esperar por ti—mencionó con tranquilidad, para luego él mismo quitarse todas las prendas que llevaba. Akaba ruborizado solamente veía como el mayor terminaba desnudo frente a él… ¿Ahora que tenía que hacer?.

—no te preocupes por eso—dijo señalando su miembro, el cual estaba más que necesitado—yo me encargo de todo el trabajo, tú solamente tienes que gozar—finalizó para colocarse encima del oji turquesa quién tembló debido a los nervios que su cuerpo le estaba demostrando.

𝑈𝑛𝑎 𝑦 𝑚𝑖𝑙 𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora