𝑈𝑛𝑎 𝑦 𝑚𝑖𝑙 𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑟

ʙᴇsᴏs sᴀʙᴏʀ sᴇᴅᴜᴄᴄɪᴏ́ɴ

Silas Karlisle un atractivo bombero que tiene muy mala fama, por ser un mujeriego. Vive la vida a su antojo, sin embargo y por casualidad se encuentra con un amigo suyo de la infancia.

Hyuga Asahi un estudiante de preparatoria, quien conoce sus mañas y hace todo lo posible para que cambie su forma de ser. Pero luego de un accidente la relación de estos dos cambia drásticamente.

Ya que después de que Hyuga se fuera a vivir al apartamento del peli verde, se encendería la llamada de la pasión… Y esta no sería nada fácil de apagar.

“Tú eres ese sueño, que quiero ver realizado”.

Esa noche en específico, tanto Silas como un pequeño grupo de amigos. Habían optado por salir a festejar y dejar a un lado el estrés del trabajo.

Entre ellos había un dulce chico de cabello rojo y ojos rosas llamado Hyuga, quien bebía con calma mientras observaba las historias que contaba uno de los compañeros de Silas, llamado Valt.

—entonces salte por la ventana y, ¡pooow! ¡Todo el fuego corrió por mi espalda!—comentó el peli azul extendiendo sus brazos hacia arriba. Varios lo miraban con una sonrisa, en especial cierto Albino de ojos rojos, quien suspiro enamorado por el carisma del joven. Quien era uno de los bomberos más codiciados de la ciudad.

—¿quieres uno pequeño?—preguntó Free al peli rojo mostrándole un plato con camarones.

De repente una mano lo tomó con fuerza del hombro, siendo este cierto peli verde de ojos azules. Quien sonriendo burlón dice:

—veo que ya no tienes bebida, ¡mesero¡ ¡otra ronda por aquí!—pidió moviendo su otra mano.

—vamos Silas, ¿por qué no sales con alguien que sea indicado para ti? Y así me dejas de molestar—se quejó Asahi un tanto incómodo.

—me es difícil elegir solo una, todas las chicas son hermosas—dijo Silas con burla, provocando que el oji rosa lo tomara de la mejilla y jalará de esta, para la molestia de Karlisle.

Después de ese pequeño inconveniente, todos se retiraron a sus casas. Hyuga al llegar a su apartamento se colocó su pijama y decidió dormir. Por lo general no le gustaba salir a fiestas, pero solo por esa vez hizo una excepción.

Pasadas unas horas comenzó a despertar, debido a unos ruidos que se escuchaban por fuera. Se levantó de su cama y fue a ver por la ventana, descubriendo que el edificio donde vivía se estaba incendiando… Así que asustado tomó una escoba y comenzó a golpear y a gritar, con tal de que alguien pudiera ir a salvarlo.

De pronto dejó de hacerlo, con la idea de que con eso no iba a llegar a ningún lado. Pero para su asombro la puerta fue derribada de un golpe, apareciendo en ella Silas con su uniforme de bombero completo…

—¡vámonos de aquí!—grito tomando en sus brazos al menor, quien se dio cuenta que un mueble de madera perdió el equilibrio por lo que solo soltó un grito asustado. Silas se dio rápido la vuelta recibiendo el impacto en su espalda, Hyuga lo observaba sorprendido y con un pequeño rubor en sus mejillas.

Luego de haber escapado además de haber apagado el fuego, ambos jóvenes estaban cerca de una ambulancia por si acaso era necesario tratar alguna herida.

—muchas gracias por haberme salvado—dijo Hyuga un tanto apenado.

—¡eres un tonto!—grito de pronto Karlisle, sorprendiendo al menor—¡¿por qué dejaste de gritar?! ¡Por un momento pensé lo peor!—baja la vista—creí que te había perdido para siempre.

—Silas—susurro Asahi.

Hyuga observo a lo lejos el edificio quemado, evidentemente nada se había salvado… Y fue ahí que recordó algo.