〃El azabache miro esos lindos labios y sintió un delicado latido en su corazón, sabia que tenia que besar a ese chico antes de que las estaciones los separaran, sabia que tenia que descubrir ese "dulce misterio de amor".
❝¿Qué si me gustas...? Mi co...
Summer. " Mira mis ojos y entrelaza tus suaves manos con las mías, dime, ¿conocernos estaba planeado? "
El cobalto se despertó por un gran y ruidoso sonido afuera de su hogar, con enojo trato de tapar sus orejas con una de sus almohadas pero, al notar que esto no servia de mucho decidió en levantarse para poder investigar y saber de que se trataba aquel molesto ruido.
Con cuidado miro por su ventana, el sol apenas iba a salir y podía notar los suaves colores naranjas y amarrillos del amanecer, con dificultad pudo leer lo que decía en aquel camión: mudanzas.
¿Alguien nuevo en el vecindario? Penso aquel erizo azulado, sorprendido al igual que confundido por no ver a la persona que se mudaría a la casa frente de la suya.
Rodo los ojos, recordó el por que estaba despierto tan temprano y al conseguir la 'información' que quería decidió volver a dormir.
˗ˏˋ 🌼 ˎˊ˗
Mas tarde, el cobalto regresaba de hacer sus compras, el día era fresco y el sol daba los más brillantes rayos. Mientras caminaba de regreso noto que ya no se encontraba ningún camión afuera de la casa donde la nueva persona se habia mudado, no habia ni un auto, ni una 'señal' que te hiciera ver que alguien vivía ahi. Algo un poco extraño.
El chico siguió con su camino, no iba a negarlo una nueva persona en el vecindario le daba curiosidad.
"¿de donde vendrá?" "¿por que se habrá mudado?" "¿sera serio o amable?", demasiadas preguntas se acumulaban en su cabeza.
Estaba seguro que en algunos días se toparía con esa persona al salir o al regresar de alguna compra o salida con sus amigos, solo era cuestión de tiempo.
Entro a su hogar despues de algunos pensamientos y decidió dejar las cosas que habia comprado en la mesa del comedor, no sin antes tomar un pequeño objeto que habia comprado. Una cometa.
No era bueno con las cometas, no habia intentado volar alguna desde que era un niño pequeño pero, le hacia ilusión.
—no me desilusiones. —dijo mientras tomaba la cometa entre sus manos, tenia confianza en si mismo. —hace un viento increíble para intentarlo... —hablo con seguridad y sin mas salio de nuevo de su casa.
Pasaron minutos donde no lo lograba, corría por la acera con tropiezos pero estaba convencido en que lo lograría.
¡No pienso rendirme!, penso con algo de frustración.
Hasta que, despues de un gran esfuerzo lo logro, su cometa se elevo en el cielo y su grito de alegría habia sido inigualable.
—¡por fin lo logre! —podía sentir la nostalgia de como años atrás también lo habia logrado.
Pero su emoción y felicidad duro poco pues el viento soplo tan fuerte que perdió el pequeño hilo que sostenía para controlar la cometa, el cobalto alarmado noto que su cometa habia quedado atorada en el árbol de la casa del nuevo vecino.
—oh mierda... —dijo mientras pasaba por la calle y iba directo a aquella casa. —¿enserio?
El no quería presentarse, no de esa manera vergonzosa.
Se acerco a la puerta de madera oscura y dio unos pequeños toques.
¿Estará en casa? ¿Seria tan bueno el destino de hacerme un favor? ¿Seria el destino tan bueno conmigo, haciendo que el o ella no este en casa? Y así podre subir al árbol sin problema, Penso de inmediato mientras esperaba una respuesta.
La puerta fue abierta despues de unos segundos, el destino no estaba de su lado o eso creía ahora.
—¿si? —una voz grave y seria se escucho, una voz que se quedaría grabada para toda su vida.
Un erizo azabache, de vetas rojas y ojos granate se hizo ver al abrirse la puerta, tenia un semblante serio y algo malhumorado.
—hola. —contesto el cobalto despues de verlo discretamente. —Mhn... ¿Eres el nuevo vecino cierto?
—¿que necesitas? —el azabache se cruzo de brazos mientras evadía la pregunta que era realmente obvia.
—mi cometa se atoro en tu árbol y quería saber si... —fue interrumpido.
—tómala y ten mas cuidado para la próxima, ¿de acuerdo? Solo has lo que tengas que hacer. —despues de esas frías palabras cerro su puerta, sin ningún 'adiós'.
—oh... De acuerdo. —fue lo ultimo que dijo el cobalto, rodo sus ojos con algo de molestia.
Sin mas importancia trato de subir al árbol con cuidado para poder bajar su cometa, cuando logro alcanzarla su cuerpo perdió equilibrio y cayo al suelo, algunas hojas se clavaron en sus púas azules.
—¡auch! —se quejo mientras se levantaba con su cometa rota en mano y se sacudía, dejando algunas hojas aun en su cabeza sin mas que hacer se fue directo a su hogar, como una 'derrota'.
Nunca se dio cuenta que alguien lo habia visto todo por una ventana del segundo piso, el mismo erizo azabache de mal carácter sonrió levemente mientras veía a ese erizo azulado entrar a su casa.
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