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—Ya estoy hasta la pinche chingada de esto, ahí vengo— dijo Max subiéndose al carro mientras Sergio lo veía sacado de pedo mientras terminaba la comida y Franco estaba poniendo la mesa.

Después de un rato llego Max con un dispensador de agua y se puso a instalarlo, se había cansado de estar cargando siempre el garrafón para servirse agua. Sergio se soltó riendo recordando una foto que tenían cuando el tomatito estaba bebé y Max le dio agua directo del garrafón.

—Ya, solo le vamos a picar aquí y ya vamos a tener agua— dijo Max orgulloso viendo su instalación —Me quedó mejor que tú instalación del lavabo

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—Ya, solo le vamos a picar aquí y ya vamos a tener agua— dijo Max orgulloso viendo su instalación —Me quedó mejor que tú instalación del lavabo.

—Oye— le pego Sergio con el trapo de cocina —Tarde 2 horas viendo el tutorial de YouTube de un árabe con acento bien masticado para dejar bien la instalación del agua. Te me calmas.

—Y tu Franco, no quiero que andes picándole a lo tonto, solo es para servirte agua en tus vasitos.— le dijo Max a su hijo y el pequeño asintió.

—Ya vamos a sentarnos por qué se enfría la comida— dijo Sergio mientras subía a Franco a su silla para que alcanzará la mesa.

—No quiero— dijo el pequeño haciendo un puchero.

—Pero si te hice picadillo sin chile para ti, debes de comer— dijo Sergio mostrándole su plato.

—No quiero— volvió a repetir.

—Pero si nunca lo has probado, ¿Como puedes decir que algo no te gusta si no lo has probado?

—No quiero— Dijo en un grito iniciando una rabieta.

Sergio se tocó la cien y suspiro para contener la paciencia —Si no comes no vas a ir ahorita al parque con tus primos.

—Que tiene.

—Le voy a hablar al Rayo McQueen y le voy a decir que no quieres comer.

—Hablale.

Sergio suspiro y supo que decirle —Si no comes le voy a decir a Cristina que sea la mejor amiga de Ollie y que se junte con el en el recreo y que ahorita juegue con las bicicletas.

El pequeño abrió los ojos y comenzó a comer descubriendo que si le gustaba. Le dijo a su papá Sergio que estaba muy rico y el de pecas sonrió triunfal mientras Max veía la escena sin ninguna expresión en su rostro y viendo con una mirada de celos -a lo que pudo deducir Sergio- y procedió a comer.

—¿Me puedes explicar lo que acaba de pasar?

—Tranquilo don celoso, solo son niños y su sentido de ser posesivos con lo que les agrada. Ayer la maestra les puso una actividad con pedacitos de tela e intercambiarlos y tuvo un problema enorme por qué ninguno se quiso separar de su tela, así es lo mismo.

—Ay Franco, nos quieres emparentar con los Sainz

—El tiempo lo dirá, recuerda que ahorita nada está definido y ellos tienen un niño como una niña que son muy cercanos a el.

—Tambien los Hamilton tienen una niña un año menor, las Martinez- Piquet tienen una niña y otro que aún no se sabe en camino, aparte los Alonso tienen una niña y los Gasly van a tener una niña y luego...

—Calmate, aún son pequeños y aparte no manches, la de Fernando y Lance aún es una bebé y el de las chicas y de Yuki aún ni nace. Aún faltan muchos años para eso. Mientras cálmate.

—Es que observalo, está todo bonito. Se parece mucho a ti y ese color de ojos como el mío y ay no, no quiero imaginar cuando sea mayor y nos presente una novia o un novio. ¿Tu tío el Rigoberto aún tiene el rifle

—Calmate papá oso, te estás viendo bien paranoico— le dijo Sergio —Aparte no mames, ese rifle es de postas y no te voy a dejar que cuando llegue ese momento andes asustando a la gente.

—No mames— repitió el pequeño mientras seguía comiendo.

—Esa palabra no se dice, son malas palabras que el grosero de tu padre dice pero los niños comportados y bonitos no las dicen— dijo Max mientras Sergio lo observaba con una mirada juzgona.

Después de terminar de comer y que Franco le ayudará a recoger la cocina, ya que le estaba criando con el método Montessori se fueron al parque donde sus amigos lo esperaban y por decir amigos eran todos a excepción de Oscar y Pato como Pierre y Yuki que se habían quedado en casa ya que el japonés por su riesgo que tenía debía permanecer en casa.

Ollie, Martha, Franco y Thiago traían a la pequeña Dorianne en un carrito metálico paseandola en turnos en su bicicleta mientras la de dos años gritaba feliz y se reía. Penelope les tomaba fotos con su cámara fotográfica infantil que le habían regalado. Ciara y Lucianna Ochoa se ponían el reto de pasar el pasa manos. Parecía que todas las familias se habían apoderado del parque.

—Mira papá— gritaba Franco mientras el era ahora el que estaba en ese carrito.

—Que bonito.

—Soy Ayrton Senna.— gritaba el pequeño mientras Martha pedaleaba para ir a más velocidad.

—Mira sin manos papá— grito la pequeña.

—Martha Sainz, ten cuidado— grito Carlos y la pequeña por escuchar a su padre se descontroló y se cayó al igual que Franco salió volando.

—Niños— gritaron Max y Carlos al mismo tiempo ya que Sergio y Charles al estar chismeando no se dieron cuenta hasta que escucharon el grito de sus maridos. Martha como Franco estaban tirados en el suelo llorando.

Ollie salió corriendo y fue directo donde estaba Franco ignorando a su hermana. —Franco ¿Estás bien?

—Si, solo me duele la rodilla— dijo el pequeño mientras Lionel revisaba a ambos niños que estuvieran bien. Ventajas de tener amigos doctores.

—Solo fueron los raspones y el susto, les va a doler unos días pero no se ve nada malo.

—Yo si me preocupe Martha. — dijo Rafael que se encontraba también jugando en el parque.

—Yo llegué primero— dijo Thiago empujando al niño y ayudando a Martha.

La cara de Carlos fue un poema al ver que uno de sus hijos no era la primera vez que se mostraba muy atento al mismo niño y su hija provocaba atenciones a otros niños, aunque Thiago en un inicio era más cercano a Ollie pero cuando Franco le quiso pegar se alejo de el y se fue más con la pequeña de los Sainz. Max no era la excepción por la pequeña plática que habían tenido en la mañana Sergio y el.

Sergio y Charles se reían de sus maridos y bromeaban con la situación y si ya deberían llamarse consuegros. Los que aún tenían hijos más pequeños disfrutaban de la escena.

—¿Te imaginas cuando Dorianne...

—Ni siquiera lo pienses Lewis— ahí el celoso era George.

—Melissa va a ser un dolor de cabeza para quien quiera salir con ella— dijo Lance viendo que aunque fuera bebé su hija estaba muy consentida y mimada y Fernando asintió con una sonrisa.

Les quiere OpheliaHorror ❤️ 🖤

F1 a la mexicana libro 2 (Chestappen & multishipp) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora