10

439 50 156
                                    

Los Sainz se habían llevado a los niños a su entrenamiento de fútbol y de paso irían a la casa de ellos por qué ahí iba a estar Thiago ya que Yuki había entrado en labor de parto de emergencia y no tenían donde dejar al pequeño ya que tanto Guillermo al ser obstétricio y Lionel al ser pediatra debían estar presentes. Las tres familias habían acordado dar una tregua del castigo por esa ocasión.

Los Verstappen estaban disfrutando de su soledad al igual que velando por el bienestar de su amigo y su esposo. Max en esta ocasión había preparado una pequeña cena y ahora ambos se encontraban en el patio de la casa disfrutando de la cálida noche.

Ambos tenían sus pijamas puestas que era una playera del PT y del PRI con shorts de alberca y sus chanclas del 2x1 de Waldo's. Habían sacado el ventilador de 3 velocidades del Smart afuera ya que no se aguantaba el calor y se estaban chingando cada uno de los bolis que habían comprado según ellos para Franco. Era la tarde perfecta.

—Maxie

—¿Que paso Chequito?

—Te amo mucho, eres lo mejor que me ha pasado y te doy gracias por haberme permitido ser papá de Franco y que estés con nosotros.

—Lo mismo digo de ti amor, eres el hombre más maravilloso del universo y estoy tan feliz de estar a tu lado y que Franco sea nuestro pequeño rayito de sol.

Ambos se dieron un beso tierno y dulce que después se fue tornando más intenso. Ambos se vieron a los ojos con una sonrisa tierna cargada de amor y se dirigieron tomados de las manos hacia su habitación.

Ambos cayeron en la cama mientras volvían a unir sus labios en un dulce beso y sus ropas cada vez se hacían menos. Sonidos de los besos sobre la piel y manos recorriendo cada extremidad cubierta en un rocio por la excitación y los 38°C que azotaban la ciudad. Sumado que los pendejos dejaron el ventilador afuera conectado aventando aire solo al patio. Como si fueran los dueños de la CFE.

—Extrañaba mucho esto— jadeo Sergio mientras tomaba al rubio del cabello mientras el rubio trabajaba con el miembro del pecoso.

—Eres tan delicioso, te podría comer todos los días— gimió Max mientras sentía su miembro ser prisionero en sus boxers.

Rápidamente se los quito y Sergio se estaba encargando de hacerle un trabajo manual. Cómo estaban completamente solos se podían dar el lujo de ser lo obscenos que quisieran ser. Esa noche aparte de tener sexo harían el amor, volverían a reforzar esa conexión que tenían los dos como pareja.

—Si no se logra nada no quiero que te vaya a desanimar— le dijo Max antes de comenzar a introducirse dentro de su esposo.

—Ni de pedo, esto es... M-mhhg— no pudo terminar de decir Sergio ya que gimió al sentir a su esposo introducirse y comenzar a moverse dentro de el.

—Si A-ahi— gemia Sergio al sentir las fuertes estocadas que Max le daba.

—Te amo tanto, cada centímetro de ti es precioso— decía Max entre gemidos y jadeos hasta que un movimiento en Sergio le aviso que estaba a punto de llegar.

Max comenzó a moverse más fuerte tocando ese punto en Sergio que lo hacía gritar y perder la poca cordura que tenía. Sergio era un lío de gemidos y jadeos al igual que Max. Finalmente ambos llegaron a su orgasmo Max llenando por dentro a Sergio mientras el aún tenía ligeros espasmos por el fuerte orgasmo que tuvo, ambos siempre quedaban satisfechos después de tenerse uno al otro el esa situación.

—Te amo mucho— decía Sergio mientras sentía los brazos de Max rodearlo en su sesión de cuidado posterior.

—Yo más mi galaxia— dijo Max

F1 a la mexicana libro 2 (Chestappen & multishipp) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora