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Era un miércoles y quedaban pocos días para que acabase abril. Minji estaba con exámenes esa semana y había estudiado arduamente, pero ahora estaba enfocada en lo que Haerin le tenía preparado.

—Un café para amargarte más la vida —le estiró el vaso.

—¿Esa es tu manera de alegrarme? —Minji lo recibió con pereza, tenía mucho sueño.

—No, soy pésima con eso, pero estoy segura que este café te hará bien. Solo amargará tu boca, nada más —sonrió —. Te tengo noticias que posiblemente te van a gustar, pero también existe la posibilidad de que me quieras golpear.

—¿Más de lo que quiero?

—Sí, seguramente.

A veces Minji envidiaba de buena forma la tranquilidad de Haerin para absolutamente todo y como absorber los fracasos de su vida para transformarlos en bromas, en anécdotas, en cosas donde aprender.

Minji asumía que nunca se equivocaba en nada, entonces no estaba segura en qué hacer si cometía un error o cómo aprender.

—¿Recuerdas que te dije que te conseguiría una academia? —lentamente fue sacando unas hojas.

Su interés se disparó, tan así que se sentó derecha en la mesa y le dio un sorbo agresivo a su café.

—Ah, te gustó eso.

—Obvio. Llevo semanas sin jugar voleibol correctamente.

—¿Y yo qué hago cuando vamos a la colina?

—No juegas bien.

Haerin hizo una mueca y le levantó el dedo del medio. Gesto que Minji recibió con una sonrisa burlesca.

—Como sea —suspiró —, te inscribí en la Academia ADOR.

De repente, todo dentro de Minji quedó en silencio y tal vez sintió algo de decepción al oír el nombre de un equipo que jamás antes había escuchado. Era demasiado nuevo... o quizás muy poco conocido.

—¿ADOR? —frunció el ceño.

—Quita esa cara de mierda, Minjidiota —reclamó. —Toma, lee esto. Traté de darte en el gusto para que dejaras de ser tan fastidiosa con tu estúpido estándar de equipos.

Intrigada, Minji tomó los papeles que Haerin le estiraba y empezó a leer la información sobre su futura academia. Porque claro, a esas alturas Minji daba lo que fuera por solo tener un equipo y también terminar con los comentarios asquerosos en el vecindario y la universidad sobre su retiro del deporte.

Esa jamás sería una opción.

El papel explicaba brevemente sobre la fundación de la Academia y parte de su historia. Sin embargo, a Minji le llamó la atención que al principio no decía ADOR, sino Hungkuk. El equipo Hungkuk... ese era un equipo que Minji admiró mucho de pequeña cuando aún no entraba a alguna academia y soñaba profundamente en ser como algunas de esas chicas.

Pero claro, hubieron problemas tanto financieros como de administración y la academia fue cerrada. Nadie supo que pasó con ella y donde quedaron las mejores jugadoras de la ciudad, por lo que fácilmente pudieron superarla; tal como el Gong, HYUK, BE, hasta el JIU.

—La reabrieron hace poco tiempo, el año pasado y están buscando jugadores porque quieren postular al torneo de verano, ir a las clasificatorias de invierno y ser las representantes de Geoje en las nacionales, en Seúl.

Boom.

La cabeza de Minji explotó y su espíritu competitivo se alimentó fácilmente. Aquel estaba hambriento y necesitaba de aquella motivación para estar decidida en sus futuros entrenamientos que ya estaba planeando sin siquiera haber conocido a su equipo aún.

—Luego de todo el caso que vivió el Hungkuk, tuvieron que cambiar la administración y el nombre. Muchos dudan de que sea la misma academia, además porque sus jugadoras no son excepcionales como el Gong, el HYUK o hasta el BE, pero se están esforzando y... creo que puedes encajar bien en ese equipo.

¿Encajar? Minji no estaba tan segura, hacía años que no ingresaba a una nueva academia.

—Puede que no tengan una reputación como la que buscas, pero son un equipo competitivo que quiere llegar lejos y alzar el nuevo nombre de la academia. Puedes ser muy útil con las habilidades que tienes y tu técnica —continuó —. Además, hay una jugadora que está a tu nivel de juego... o quizás mejor.

Haerin sabía perfectamente cómo provocar a su orgullo. Eso la alertó y le interesó a la vez.

—El HYUK quiso tenerla, casi estuvo en el Gong, pero no sé por qué fue a ADOR.

—¿Cómo se llama?

Con satisfacción, Haerin le sonrió. Había conseguido interesarla.

—Lee Hyein —respondió. —Tiene veintiún años y es rematadora.

Rematadora...

—Una rematadora del nivel de ella con una armadora como tú, definitivamente sabrían entenderse muy bien. El equipo no tiene bajo nivel, solo que no supera a ninguno de los tres mejores en Geoje.

—¡Bien! —Minji dio un manotazo a la mesa. —Dime cuando hay que ir.

—Ay, eres una competitiva asquerosa, Minjidiota.

—Entiéndeme. Quiero jugar en ese nivel.

—Sí, pero...

—Dime cuándo —interrumpió —. Me siento ansiosa.

—Vamos mañana después de cla...

—¡Genial! —Minji empezó a tomar sus cosas y su café.

—¿A dónde vas?

—A prepararme.

—Idiota, seguimos en clases.

—¡Mentalmente! —corrigió. —¿Sabes que te quiero mucho, Haerinie?

—Me da asco que lo digas.

—¡Pues te quiero mucho! —exclamó feliz. —¡Serás mi manager cuando sea la mejor jugadora de Corea!

—¡Pero! —Minji ya se alejaba. —¡Ten cuidado, Minji!

A lo lejos, ella solo le alzó el dedo pulgar y le lanzó un beso, el cual provocó una mueca en Haerin.

—Tonta... —murmuró Hae —, Minjidiota.

ikigai | bbangsazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora