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Egoísta, egoísta, egoísta.

¿Acaso ella era una jugadora egoísta?

Kim Minji siempre había sido una gran aspirante a los deportes desde pequeña. Por cierta parte se debía a la influencia de su hermano que fue jugador de baloncesto por muchos años, pero también estaba su altura (extrañamente)

Lo primero que le dijo Minjun, su hermano mayor, fue que su altura le facilitaría muchos deportes famosos mundialmente. Entre ellos le mencionó el básquetbol, el fútbol, el handball y el voleibol. Aún se acordaba de las demostraciones que el mayor ejecutó para explicarle a más detalle en que consistía cada uno.

Minji supo desde la primera vez que vio a Minjun con un balón de voleibol, que era eso lo que le llamaba la atención y que quería probarlo.

Por fortuna, venir de una familia genéticamente alta facilitaba mucho lo que era el voleibol y cuando empezó a postular a academias, su mayor cualidad era su altura. Fácilmente pudo ingresar a su primer equipo de voleibol, en la Academia Gangwon.

Ahí Minji empezó a hacer sus primeras jugadas y a buscar su posición en la cancha. La verdad es que probó todas, pero ninguna la emocionaba tanto como se la armadora.

Se sentía responsable porque gracias a ella muchas jugadas funcionaban para las que remataban y hacían punto al otro lado, por lo que Minji decidió que ese sería el lugar de su vida dentro del voleibol.

A los quince años, en un partido amistoso contra la academia de Boryeong, Minji confirmó que esa posición le fascinaba. Aún se acordaba del momento exacto en el que la pelota llegó a sus manos y, en vez de lanzar un pase directamente a donde estaban las bloqueadoras al frente de la red, logró enviarlo hacia atrás con una precisión perfecta y su compañera hizo un punto limpio y seguro.

Eso fue lo que llenó a Minji de vida y decidió asegurarse de que el voleibol sería su pasión más profunda.

Indagó por varias academias y jugó muchísimos partidos que ganó y perdió. Interactuó con un montón de chicas y chicos, aprendió a ser sociable, al igual que disciplinada, fuerte y exigente con sus propias motivaciones.

Sus padres la apoyaron firmemente, su hermano también y entonces Minji terminó postulando a la Academia BE en su último.

Era una academia de alto rango y reconocimiento. Se destacaban por haber llegado a la semifinal de las nacionales en el 2001, el 2005 y el 2011, y tras haber ganado contra equipos importantes del país en partidos amistosos y de clasificatoria, consiguieron un puesto importante. Fácilmente, BE se transformó en uno de los mejores diez equipos del país, perteneciente al puesto número seis en toda la lista.

Minji se ilusionó mil veces más y, una vez aplicó a la Universidad de Geoje, aplicó al mismo tiempo a BE.

El mejor día de su vida fue cuando supo que quedó en ambos y festejó alegremente con sus amigos. Todo parecía ir bien, hasta las exigencias eran divertidas para Minji, pero entonces pasaron seis años y llegó el partido semifinal de la clasificatoria a las nacionales.

Ese día, el grupo logró ganar el primer set, pero pronto el equipo HYUK remontó y quedaron arriba con dos sets ganados. Eso alteró a la formación y al entrenador, el cual retomó la mejor estrategia que tenían hasta ahora.

Minji era consciente y sabía que eso ponía en riesgo la continuidad de la reputación de BE, pero no fue suficiente y el caos se armó cuando Ryujin se lesionó y, por cuestiones que Minji ni siquiera entendió, tuvo que defender el saque del equipo contrario cuando estaban 24 a 21, con tres puntos de diferencia.

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