Capítulo 7.

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Ouma Wang

Mi cuerpo entero se estremece y tiembla debajo de las manos de Reid, es una noche fría y he pasado por demasiadas cosas, pero no puedo negar que las ansias de sentirlo haciéndome el amor son mayores y eso me hace temblar con mucha fuerza.

—¿Estás seguro de esto? —pregunta Reid preocupado, sin dejar de acariciar mi cintura y mis caderas con sus dedos de una forma muy delicada— Tu cuerpo tiene varios golpes y heridas, y si ahora nosotros...

—Lo necesito ahora, si no voy a enloquecer, por favor lo necesito ahora...

—Tranquilo, solo pídelo una vez, cuando estas a mi lado no es necesario suplicar.

Sé que Reid tiene razón, pero no puedo abandonar las viejas costumbres que he tenido en toda mi vida de un día al otro. Este cuerpo mío, que se ha acostumbrado a la violencia y el dolor por tanto tiempo, ahora se remueve de forma ansiosa bajo las suaves caricias de este alfa, que yo sé que nunca sería capaz de hacerme daño.

—Lento, lo haré muy suave, ¿Esta bien? —pregunta él besando mis mejillas, haciéndome sentir realmente bien.

Reid me había dicho que no era una persona agradable, que no tenía amigos por que las demás personas lo detestaban, y que no tenía buen carácter. Pero cuando él me toca de esta forma, llenándome de sus besos y caricias, pienso que él es el alfa más dulce y amable que he conocido, no hay nadie mejor que Reid en todo el mundo para mí.

Sus caricias comienzan a volverse más calientes, siento como sus dedos suben de mi cintura a mi pecho, comenzando a estimular mis pezones, tirando suavemente de ellos, algo que me hace jadear suavemente y comenzar a remover mi cuerpo.

Yo estoy casi desnudo, pero Reid aun trae ropa, lo cual es injusto, por lo que tomo su camiseta con mis dedos y trato de quitársela de forma torpe, mi cuerpo no está respondiendo de forma clara ahora mismo, y no puedo quitarle la ropa como deseo.

—Con calma, si querías que me desnude, debiste pedirlo... —dice él riéndose un poco de mí.

—Rápido, no puedo esperar... —suplico volviendo a tirar su ropa con fuerza.

—Calma, hazlo con calma.

Decidiendo ayudarme, Reid se quita la camiseta entregándome su ropa y quedando con el pecho descubierto. Sin dudarlo ni por un segundo, tomo su camiseta y la llevo a mi rostro suavemente, olfateando sus feromonas como un demente, ya que su aroma siempre me tranquiliza. Esta es la ropa de dormir de Reid, huele tanto a él... No quiero dejar de olerlo.

Aprovechando que estoy distraído con su camiseta, Reid me quita mi ropa interior y baja dejando besos por todo mi pecho hasta mi sexo, sacando un jadeo de sorpresa de mis labios cuando siento con claridad como sus calientes labios se envuelven alrededor de mi miembro, dándome mucho placer.

—E... Espera... —suplico avergonzado, bajando mis manos a sus hombros con suavidad.

¿Estuve duro todo este tiempo? No me di cuenta de eso, aunque ya no importa, no cuando Reid comienza hacer que mi cuerpo tiemble y se vuelva extraño bajo sus toques, Reid es realmente bueno en esto, darme placer...

Envuelto en sus feromonas, sintiendo sus labios tocándome de esa forma y dándome placer, es obvio que no voy a soportar mucho más tiempo, y aferrándome a él con fuerza presionando sus hombros, tras solo un par de minutos me vengo en su boca, jadeando y temblando con suavidad.

Dándole un par de lamidas más a mi miembro, Reid vuelve a ponerse a mi altura, dejando besos en mi cuello mientras yo aún me siento perdido por todo el placer que sentí, y le doy un par de golpes en el pecho, sintiéndome molesto.

Me enamoré de un Omega inestableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora