14. Verdades Ocultas

15 5 0
                                    

Habían pasado horas en aquel caluroso sótano en el que cada uno se había acomodado en su propio rincón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Habían pasado horas en aquel caluroso sótano en el que cada uno se había acomodado en su propio rincón. Tenían ropa cómoda, sí, y espacio, pero no conseguían imaginarse cómo podrían aguantar tanto tiempo en ese calor con más gente y amontonados.

Nore incluso llegó a cuestionar su educación, ¿De verdad le habían traído algo bueno a esas personas? ¿Había sido tal como lo llamaban sus maestros? ¿Aquellos chicos tenían razón?

No supo qué pensar. Era... Asqueroso hacerlo. En el abuso retratado en esas paredes. Tantas pruebas y aún así... No se le daba reconocimiento.

Debían esas cosas, cada objeto de los museos pertenecía a los nativos, igual que cada parte de ese castillo. Mierda. Habían sido una mierda y aún después de milenios no eran capaces de admitirlo. ¿Había sido un descubrimiento? Técnicamente, habían habitantes en el continente, ¿Cómo los colonos podían llamarse descubridores de algo que ya era conocido? ¿Eran tan egocéntricos?

-Nymeria...- La voz de Verena la aisló de su mente-. No siento mis piernas.

Miraron a Demir, quien reposaba sobre ellas.

-Eso es que le agradas.

-¿Podré caminar si le sigo agradando?

-No pesa tanto. Quejona.

-¿Y cuánto tiempo puede durar sin comer?- Preguntó la chica, Rin, a unos metros.

-Tranquila. No le hará daño a nadie.

-¿Cómo creen que estén las cosas allá arriba?- Preguntó un chico distraído.

Tanto Nore como Verena se encogieron de hombros.

-En algún momento habrá que salir, no podemos permanecer aquí por siempre.

Rin se sonrojó cuando sus tripas sonaron.

Algunos suspiraron.

-¿Tienen la cuenta de cuánto llevamos aquí?

-Eran casi las nueve de la mañana cuando pasó todo- murmuró un chico de su edad-. Pasamos unas cuantas horas, luego llegó el sueño... Tal vez más de doce horas.

-¡¿Doce horas?!- Exclamó una chica.

-Es un aproximado.

Nore se apoyó en las paredes. No pudo evitar mirar uno de los mensajes, uno con sangre. Se preguntó qué significaba pero una voz melodiosa la hizo estremecer al susurrar:

Ohana... Significa familia. Y la familia nunca te abandona. Ni te olvida.

♦️●●--●●◄⭕►🔴◄⭕►●●--●●♦️

Sus ojos cambiaron de vista. De repente, habían barcos grandes llenos de gente mientras la brisa fresca atravesaba el aroma del mar por su cabello.

Vió a un hombre rodeado de gente, todos con tez oscura o un poco bronceada. Pero ese hombre era singular, poseía unos ojos azules que lo hacían más atractivo y aquel cabello oscuro tenía ciertos reflejos de mechones dorados. Un rubio tan oscuro que parecía castaño dorado.

Génesis De Imperio: Precuela [Saga Elementos] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora