13. Necedades

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-Carajo, te dieron duro- comentó Arsène

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-Carajo, te dieron duro- comentó Arsène.

Nore lo fulminó con la mirada mientras terminaba su macarron5.

Habían pasado tres días desde aquella agitada noche y no pudo dejar de pensar... Pues en Verena. O tal vez la figura de Verena. Y también la química con... No. Ninguna química.

Era inaudito pensar así. Un momento de estrés las había llevado a eso y nada se tiene que sobrepensar si... Ay, de milagro sabe dónde está sentada. ¿De qué estaba hablando con Arsène?

-Si yo tengo la decencia de respetar tu privacidad espero ese favor de vuelta.

Ella había sabido que esas semanas habían sido un tormento para él. No sé equivocaba, ya que también sentía lo mismo. Cada que parpadeaba veía reflejos de sangre... Aunque a ella se le solía combinar lo que vivió en la Isla Volcán. Como odiaba esa cosa.

-Es que me sorprende... Digo, creo que el reino no es tan ignorante acerca de tus clandestinas reuniones, Nero. Pero lo extraño es que no he oído chismes y, aún así, te ví hace dos días con marcas que ameritaban un chequeo. ¿Te metiste con un murciélago?

-Púdrete.

-Como gustes- Darius entró por la puerta al mismo tiempo que su hermanastro, Seth-. Buenas tardes, jóvenes. Me disculpo porque tengo un chisme que descubrir.

Ambos lo miraron con curiosidad, pero Nore se paralizó al ver que mientras Arsène abría la puerta Verena entraba con un crop top de escote recto sin mangas y falda rosa palo hasta la mitad del muslo mientras sus gemelos estaba decorada por los cordones de cuero de sus sandalias. Se le secó la boca y quiso enterarse en el mar.

Mierda. Ella estaba al borde del colapso mientras Verena se veía como reina con ese conjunto. ¿Cómo era eso posible? Gracias a eso, su orgullo estaba sufriendo un colapso.

-Hola, Arsène- le saludó.

La verdad es que Arsène era la excepción del grupo maravilla para Verena, lo consideraba más ameno, aunque no un amigo.

-Buenas, Vere, ¿algo que contar?

-¿Por qué lo dices?- Preguntó con cautela. Sí Nymeria lo había hecho público le quitaría el aire del cuerpo.

-Porque siento chisme en el aire y alguien- miró a su amiga, concentrada en la decoración los macarrones- no me quiere decir nada.

-¿Qué chisme?- Preguntó Seth.

-Eso voy a averiguar. Díganle a Leanne que Nero se está comiendo sus macarrones.

Ella se detuvo.

-¿No eran tuyos?- Desapareció antes del reclamo-. Cobarde.

Y siguió comiendo

-¿Qué están hablando allí dentro y por qué nos trajeron a nosotros?- Preguntó Seth.

Génesis De Imperio: Precuela [Saga Elementos] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora