Capítulo: 2

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Somos una casualidad llena de intención”.
–Mario Benedetti.

✧✧IRINA✧✧

Plancho mi cabello naturalmente oscuro, contrasta con mis ojos celestes y mi piel blanca. Según mis registros, mi madre era japonesa por lo cual heredé su cabello negro y lacio, mientras que papá era ruso, de allí los ojos.

Mi piel es muy clara, por lo cual soy sensible al sol—y tener operativos al aire libre no ayuda—, asi que hoy me encuentro un poco más bronceada por mis últimas misiones.

El infiltrado que tenemos como un delincuente más en la Ndrangheta, notificó que ésta noche el Don irá a uno de sus casinos, lo hace todos los fines de semana. Y, casualmente, yo apareceré ahí. Sigue sin convencerme del todo la estrategia de Liam, pero ya fue decidido lo que se hará.

Haremos algo similar al Operativo Aguilera, le bailaré con lencería y, de ser necesario, pasaré la noche con él. Pero dudo que algo como éso me haga ser diferente a cualquier otra mujer que ya se haya tirado. Lo que necesitamos es que me mantenga cerca, necesito estar a su lado. Que me folle una noche no hará que me quiera cerca y parece que mis superiores no lo entienden.

«Por ello estoy ideando mi propio plan como la capitana responsable y obediente que soy.»

Si querían sólo a una infiltrada que acate órdenes sin chistar, tendrían que haber contratado a una actriz. Tengo mente propia, ya he trabajado en operativos como éstos cientos de veces, sé cómo funcionan los hombres así como sé que un baile no servirá.

Necesito que me desee pero que no pueda tenerme, éso me hará interesante para él. Y, aunque después reciba un regaño de mis superiores, tengo el suficiente autoestima y la suficiente confianza como para saber que no volveré con las manos vacías.

Me visto con la lencería roja que ajusta mis senos de manera en la que se ven aún más firmes. De cada uno baja en una tira de encaje por mi abdomen, hasta conectar con mi tanga de hilo. Aplico un perfume no muy dulce, pero fuerte para que se sienta a medida que camino, dejando mi presencia.

Me coloco las medias negras que cubren por completo mis piernas, luego el vestido, también negro, que se aferra a mí como si de una segunda piel se tratase. Consiste en un escote corazón que adorno con un collar de perlas, el vestido llega hasta mis muslos y resalta cada parte de mí. Me coloco las botas oscuras que llegan a mis rodillas y, mientras subo el cierre, mi celular suena.

Finalizo con unos guantes largos que adorno con anillos y pulseras, también de perlas. Observo el mensaje del novato el cual indica que mi auto ya fue depositado abajo, las llaves las tiene el recepcionista. Tomo mi bolsa y me visto con el saco oscuro que me cubre hasta las rodillas. Guardo solamente el celular y el arma. Bajo hasta la recepción y me tienden las llaves sin decir más que:

—Audi R8 negro y azul, patente «IVI0018»—me indica el hombre de traje que me recibe en el estacionamiento.

Hubico enseguida el auto que pedí y me complace ver que sí tiene los detalles en azul que solicité.

«Ventajas que tenemos los capitanes de la OMAM.»

Se me heriza la piel cuando escucho el motor, muerdo mi labio inferior para reprimir mi grito de chiquilla.

—Veamos de qué estas hecho —susurro desbordando emoción—. Centrada, Irina—cierro los ojos mientras me regaño a mí misma.

Una bolsa a mi lado llama me llama la atención, observo su contenido: un pequeño rastreador en forma de anillo y un micrófono con un auricular. Decido sustituir uno de mis anillos por el otro y utilizar el micrófono en mi abrigo, mientras que el auricular lo coloco cuidadosamente en mi oreja y lo cubro con cabello.

SERENDIPIA: Jugadas Del Destino [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora