Capítulo: 7

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"Que llegue quien tenga que llegar, que se vaya quien se tenga que ir, que duela lo que tenga que doler... que pase lo que tenga que pasar".
-Mario Benedetti.

✧✧LEONARDO✧✧

Una maldita rata se metió en mi casa, me robó y se fué como si éste fuera su territorio.

«Mierda».

-Ése golpe fue duro, ¿se encuentra bien?-el doctor me repite la misma pregunta desde la última media hora, y mi respuesta sigue siendo la misma; asentir. No puedo hablar, si lo hago, romperé todo a mi alrededor.

-Sigame, dictor. Le agradezco...-dejo de escuchar lo que le dice Giovanni al doctor, una vez que lo saca de mi habitación.

El recuerdo de aquella persona viene a mi mente, ésa manera de luchar... no era sólo un simple matón. Dudo que sea obra de los Russo, no es el estilo de su líder. Ésto fue obra de alguien sigiloso, que sabía a lo que venía y lo que estaba haciendo. Su tarea era robarme, ¿pero, por qué no me mató? Tuvo la oportunidad, la herramienta, y sin embargo...

Me levanto de la cama de un salto, voy directo al baño y me planto frente al espejo. Comienzo a negar con la cabeza a medida que la furia carcome mi cabeza.

«Respira, piensas mejor estando centrado». Me repito una y otra vez. Luego de controlar mi respiración y mis pensamientos, lavo mi rostro con agua bien fría, concluyendo el ritual. Oigo golpes en la puerta, mientras seco mi rostro con una toalla blanca y le permito a la otra persona ingresar.

Salgo del baño a paso lento, con la misma cara de poker de siempre. Hay cosas que están fuera de mi control, pero las cosas funcionan mejor si controlo lo que sí puedo controlar: mi mente.

Tomo asiento en la ventana mientras prendo un puro. Tras la primera calada, cierro los ojos disfrutando el aire fresco del amanecer.

-Habla-le ordeno a mi hermana.

-¿Ves que tenía razón? Tienes que poner cámaras que estén monitoreadas todo el tiempo, Leo. ¡Tienes enemigos! ¿Qué hubiera pasado si Twyla no te encontraba, si no se ponía a ladrar? Probablemente te hubieras desangrando, imbécil. ¡Y no lo sabríamos hasta mucho tiempo después!

-No grites, Arianna, me explotas la cabeza-masajeo mi frente.

-¿Por qué te sigues negando a algo como éso?-se obliga a reducir el volumen de su voz.

-Sabes la razón, Arianna.

-¡Pero no la entiendo, Leonardo!

-¡Privacidad!-estallo-Tengo a todo un anillo a mi alrededor cuando doy un pie afuera de esta casa. Estoy en la mira de todos cuando entro a la ciudad, ¡y me siguen a todos lados, todo el mundo, todo el maldito tiempo! ¡No quiero a alguien viéndome en el único lugar donde estoy sólo!

-¡¿Y por éso vas a arriesgarte a que pase ésto de nuevo?! ¡Camila!-llama a mi capo con una furia descomunal. Dejo que se encargue ella mientras yo pienso.

-¿Me llamó, señorita?-escucho luego de un momento.

-¡Ven aquí!-la puerta se abre y se cierra, oigo pasos adentrarse a la habitación. Cuando escucho el primer golpe es cuando decido mirar la escena.

-Imagino que ya supiste lo que pasó -Arianna tiene acorralada a Camila contra la pared-. Dime algo, Camila... ¿cómo dejaste ir a alguien así?

-No lo sabía, señorita... creí que era el Don -le cuesta hablar cuando mi hermana la toma del cuello y hace presión.

-¡Eres la encargada de su seguridad, eres los ojos de este lugar, nadie debería entrar y salir de aquí sin ser visto por tí, ¿y me dices que "creíste"?! Tienes mucha suerte de que ésto no haya sido más grave, de otra manera, ¡ahora te estaría sacando los ovarios con una pinza!

SERENDIPIA: Jugadas Del Destino [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora