Capítulo: 5

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“Porque sin buscarte, te ando encontrando por todos lados, principalmente cuando cierro los ojos”.
–Julio Cortázar.

✧✧IRINA✧✧

El hombre frente a mí es alto y musculoso, si no tuviera el entrenamiento suficiente, ya habría podido empujarme lejos. Sus ojos son verdes y su cabello es negro, tiene un distintivo lunar al lado de su ojo.

—¿Quién eres?—repito nuevamente. No me temblará la mano si debo rebanarle el cuello, con tal de hacer de este operativo un éxito.

Admito que tuve fallos. No estuve centrada éstas últimas semanas, pero ya he tenido bajas en operativos anteriores y aún así los pude realizar con éxito. Este no será distinto. Llevo más de diez años entrenando y aprendiendo, ganando experiencia. Y estuve cinco años conociendo el más bajo mundo. Si pude con ello, podré con ésto.

—Veo que el capitán Taylor no es bueno informando... sigue haciendo el trabajo sólo —masculla lo último—. Soy el sargento Jhonson, el infiltrado de ésa organización del infierno.

Inmediatamente lo suelto y le ordeno seguirme. Caminamos a una distancia prudente hasta los baños, ambos entramos a uno y es cuando por fin analizo la situación.

—¿Eras tú el que me estaba siguiendo?

—Sí, capitana. Llevo queriendo localizarla desde ayer pero me fue imposible. Creí que el capitán Taylor iba a informarle.

—Te mencionaron en la reunión, pero nadie me dió información útil.

«Sin dudas, es extraño. Algo en éste operativo es sospechoso...».

—Dame el informe —le pido. No es el mejor lugar para hablar, sin embargo, ambos estamos infiltrados y es riesgoso que nos relacionen.

—No averigüé más de lo que ya hay en los archivos de la OMAM. Algo relevante en la rutina del Don es que una vez al mes sale del país, pero no logré saber a dónde se va. Algunos dicen que a Francia, y otros dicen que directamente sale del continente.

—¿Qué día lo hace?

—Suele viajar el primer viernes de cada mes y regresar el domingo a la noche, para continuar su rutina el lunes.

—¿Lugares que frecuenta?—comienzo a tomar notas mentales.

—Este casino, dos bares en la segunda avenida y la casa de su abuela. No sale mucho de su casa durante el día, trabaja desde su mansión y se mueve en las sombras.

—¿Amigos, amantes, socios...?

—Giovanni Colombo, su actual consejero, amigo de su infancia. Los Colombo fueron los consejeros del Don tres generaciones consecutivas.

«Giovanni».

—Capitana...—me inspecciona con sus ojos verdes—¿No tiene miedo a que puedan reconocerla?

—¿Miedo? Si tuviera miedo a éso, no podría tener este trabajo.

—Sabe porqué lo pregunto.

—Sargento, yo para el mundo no existo. Estoy registrada como una persona desaparecida, probablemente muerta. La única manera de que alguien lo sepa, sería filtrando los archivos de la OMAM, pero nadie del exterior podría hacerlo.

SERENDIPIA: Jugadas Del Destino [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora