"Hasta las voluntades más fuertes pueden caer ante una belleza".
–Cardozo.✧✧LEONARDO✧✧
Salgo de la ducha con una toalla envuelta en mi cadera. Las gotas tibias caen de mi cabello negro, por mi espalda libre de tatuajes. Me visto enteramente de negro, desde los zapatos lustrados, hasta la camisa. Adorno mis manos con un par de anillos dorados; mi cuello, con una cadena de oro; y mi muñeca con el reloj de diseño exclusivo para los Ventura. Despeino mi cabello hacia atrás, hecho colonia en mi cuello y muñecas, y me dispongo a bajar hacia la cocina.
Intento pasae desapercibido para Olga y para mi abuela, quienes están en la cocina. Quieren saberlo todo, todo el tiempo. Pero es en lo único que puedo fallar, mi abuela parece tener un radar que le indica cuando entro a su campo de visión. Gira la cabeza en seco, me recuerda a una película de terror.
—¿A dónde vas, Leo?—debo detener mi caminar, cuando la escucho.
—Al Casino, abuela—respondo simplemente.
—¿No vas a comer algo?—se cruza de brazos, sabe que estoy ocultando algo.
—Lo haré allí. Cena de negocios —no espero a que me responda, camino hacia la puerta para salir de aquí —. ¡No me esperes!
—¡Recuerda que el cumpleaños de Arianna es en casi un mes! ¡Más te vale arreglarte así, para la ocasión, y no sólo para ver a mujeres!—su voz se pierde cuando salgo por completo de la casa.
«¿Las mujeres tienen un sentido que les indica cuando un hombre va a ver a una mujer?». O, tal vez, sólo sea cosa de mi abuela... siempre supo descifrar lo que los demás no.
Bajo las escaleras y me acerco a mi coche, Camila me espera con la puerta abierta. Pero ésta noche quiero conducir.
—Iré sólo. No quiero a un sólo hombre siguiéndome —subo al asiento del piloto, intento cerrar la puerta, pero ella habla, deteniéndome.
—¿Está seguro, Don? ¿Va a confiar en ella?
—Yo no confío en nadie, Capo—salgo disparado de mi mansión, enojado por su atrevimiento.
Mientras conduzco, intento no pensar en nada, pero éso es imposible cuando tienes una mente dañada como la mía. Jamás me arrepentí de lo que soy, y jamás lo haré. Camila aún tiene esperanzas de que demuestre ser alguien que no soy, quiere tener una versión de mí que no existe, una versión dulce, amable, y humana. Pero no soy así, ¿éso es malo? Bueno, para ser el Don, tengo que cumplir el requisito de no ser bueno.
En resúmen, que se jodan. Tengo un plan, y mi plan es erradicar a mis enemigos hasta reducirlos a cenizas. Lo cumpliré, como que me llamo Leonardo Ventura, y soy el jodido Don de la Ndrangheta. La organización criminal que dirige el mundo.
Estaciono en el casino que diseñé, y sin preámbulos, ingreso. Me satisface ver que, pese a no ser fin de semana, muchas personas están aquí. Empleados me saludan, pero tengo un objetivo fijo, así que subo las escaleras hasta llegar al piso en donde una bailarina me deleitará ésta noche. A mí sólo.
Busco con la mirada a la encargada de las bailarinas, visualizo que está camino al camerino, así que acelero el paso hasta alcanzarla.
—¡Marissa!—por fin me escucha y para.
—¿Don? Qué sorpresa verlo aquí—sus cejas se alzan en mi dirección.
—Seré breve, no te quitaré el tiempo.
—Digame—comenzamos a hablar en tono confidencial.
—¿Recuerdas a la bailarina de cabello largo? La Dama.
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SERENDIPIA: Jugadas Del Destino [+21]
Romance⚠️Mafia, Dark Romance, +21⚠️ Yo soy Irina Ivanov y ésta es mi historia. Ésta es la historia en donde me encomendaron infiltrarme en una de las organizaciones criminales más sanguinarias de Italia. La historia en donde lo conocí a él: mi perdición, m...