El humor de los principes se puso cada vez peor a medidas que los dias pasaban, el camino era tan largo, y solo pensaban en lo largo que seria de vuelta tambien, se tardaron tres semanas en poder llegar a la ciudad donde estaba su padre, contaban los dias para poder volver y eran demasiados aun asi, habian acortado los tiempos de viaje tanto como podian reduciendo los instantes de pausa, y sus soldados y caballos estaban terriblemente cansados, pero no dijeron nada frente a los principes.Lo notaron, asi que le aseguraron a los soldados que les darian unos dias de descanso al volver a casa, y unos mas tambien al llegar a ese reino, no era su intencion ser malos, solo querian regresar pronto, y era tan obvio para todos lo enamorados que estaban que no dijeron nada. Usaron todas sus aves mensajeras para las emergencias excepto una en Chifuyu, se aseguraban de que cada ciertos dias le enviaban una carta cada uno, diciendole lo mucho que lo extrañaban, y que faltaba cada vez menos para que pudieran verse.
No podian saber que Chifuyu se sentia tan calido y feliz cada vez que le decian lo mucho que extrañaban sus hermosos ojos esmeralda, su sonrisa dulce, y su rostro bonito, soñando con su voz cada noche, y es que cada noche no dejaban de pensar en el, la manera en que ellos hablaban de el lo hacia sentirse solo tan calido, saber el modo en que lo veian le hacia sentir de nuevo todas esas mariposas en su interior, siendo una pena para los cuatro que Chifuyu no pudiera mandarles cartas de vuelta para que supieran que estaba pensando en ellos tambien, y que los extrañaba.
Solo lo tenian en sus sueños, no dejaban de soñar con el al tenerlo tan lejos, y a veces despertaban con una sensacion culpable, porque aunque no querian pensar en el de esa manera, no podian evitar tenerlo en sus sueños, sujetarlo entre sus brazos, verlo enrojecer de placer por sus toques y sus besos, llenandolo de sus cachorritos mientras los dulces gemidos escapaban de sus labios.
Era un matrimonio falso, no serian sus esposos realmente, Chifuyu podia quererlos, pero sabian todo lo herido que habia sido, todo lo que habia visto y que podria no querer algo asi, el matrimonio lo protegeria, pero no estaban seguros por completo que deseaba el, lo que significaba que no le pondrian una sola mano encima aunque quisieran todo eso con el, lo deseaban tanto y tan intensamente que era dificil decirle a su parte Alfa que el jamas seria su Omega, que jamas llevaria a sus bebes, lo que le llenaba de rabia por dentro, era todo lo que querian ahora ademas de ellos.
Lo extrañaban tanto que era doloroso, no pensaron jamas poder extrañar a nadie de esa manera, apenas les dejaba respirar, ¿Como es que se habia vuelto tan importante para ellos?, sentian que estaban muriendo cada segundo en que no estaba, lo que les ponia de mal humor, porque lo necesitaban tanto, necesitaban verlo en persona, estar a su lado, era una necesidad tan profunda que no era solo suya, era de su parte Alfa que lloraba por no tener su dulce aroma Omega cerca, ellos eran buenos juntos, con Chifuyu eran perfectos.
Algunas veces intentando sacar su deseo entre ellos cuando los soldados estaban durmiendo, pero no pasaban de un beso, no se sentia correcto sin el, nada se sentia bien estando lejos de Chifuyu ahora, y la distancia era tan dolorosa sin el a su lado, estaban sintiendose morir, el nudo en su garganta no se marchaba, y su paciencia se estaba haciendo poca, enviaron la ultima paloma que podian sin darse cuenta que era al ultima, lo que termino en una fuerte discusion.
-¡Ahora pensara que nos paso algo!.-Ryusei solto alterado.
-Debieron revisar primero.-Kazutora puso los ojos en blanco, bastante furioso con ellos porque ahora el estaria triste, Baji mirandole de mala manera.
-Tu tambien pudiste hacerlo.
-Enviemos la ultima, tenemos que explicarle que estamos bien, que vamos a volver pero que no podemos escribirle mas.-Ryusei propuso, y Baji nego con la cabeza, alguien teniendo que ser la voz de la razon ahi.