Memories of the soul (Kazuscara)

Reencuentro

Tras la pelea en Sumeru donde el Viajero derrotó a Scaramouche y la conversación que tuvo con la Diosa de la Sabiduría, donde decidió borrar su existencia del Irminsul, había algo o alguien que había olvidado por completo: Kazuha, el último del clan Kaedehara. Anteriormente a todos estos sucesos, habían tenido un contacto casi nulo, ya que Scara era odiado por Kazuha. La enorme similitud de Scara con la Arconte Electro y su pertenencia a los Fatui no ayudaba en absoluto. Sin embargo, a Scara poco le importaba ser odiado por alguien como él, ni siquiera le inmutaba.

Para su buena o mala suerte, siguieron encontrándose una y otra vez conforme pasaba el tiempo, llegando al punto de haber formado una amistad, dejando de lado quién era y su profesión. Lamentablemente, Scara jamás llegó a pensar en Kazuha como pensaba en Niwa. Sin embargo, su pecho dolía en el lugar donde debería ir su corazón cada vez que recordaba a Niwa estando con Kazuha, ¿Porqué sucedía? Jamás logró comprenderlo del todo, tampoco le daba mucha importancia, odiaba sentir esas emociones inútiles humanas.

Pasaron unos meses desde su inscripción en la Akademiya de Sumeru, y aunque ya se había adaptado a casi todo lo nuevo en su vida, aún le costaba la idea de socializar. En una expedición llevada a cabo por una investigación de suma importancia, tuvo que viajar a Inazuma. Aun con los traumas que cargaba, aceptó acompañar a su equipo. Una vez llegaron a Inazuma, a tan solo metros de haber bajado del barco en una de sus playas, le llegó un recuerdo a la cabeza:

Un niño pequeño, con ojos brillantes de emoción, se acercaba corriendo hacia él.
—¡Kabukimono! ¡Mira, mira!
El niño llevaba una caracola en la mano y sonreía ampliamente. Kabukimono le devolvió la sonrisa y extendió su mano para recibir la caracola.

La realidad lo golpeó de repente cuando escuchó una voz llamándolo. Su brazo estaba estirado en el aire, confundido entre la realidad y el recuerdo, como solía sucederle a menudo. Formó un puño con su mano extendida y dirigió su vista hacia la dirección de la voz. Allí estaba Kazuha, a tan solo unos pasos de él. El susto lo hizo soltar un grito que silenció a duras penas cubriéndose la boca.

Kazuha se encontraba frente a él, con una expresión mezcla de sorpresa y curiosidad. La mente de Scaramouche era un torbellino de emociones y pensamientos contradictorios. ¿Qué debería hacer? ¿Qué debía decir? ¿Cómo debería actuar?

El "corazón" de Wanderer latía con fuerza mientras intentaba recomponerse, jamás comprendió cómo podía dolerle algo que no tenía. Kazuha, con su presencia tranquila y serena, parecía una ancla en el caos de sus emociones. La tensión en el aire era palpable.

—Kazuha... —empezó a decir, pero su voz se quedó en un susurro apenas audible.

Kazuha, desconcertado por el hecho de que alguien que no conocía supiera su nombre, retrocedió unos pasos con cautela. El viento, siempre su confidente, no le ofrecía ninguna pista sobre el chico de cabello azul frente a él, pero había una sensación inexplicable en su corazón que lo impulsaba a querer saber más sobre él. ¿Por qué tenía esa sensación de que lo conocía de algún lugar? Nunca antes lo había visto, sin embargo, ahí estaban, uno frente al otro, y el chico de cabello azul parecía conocerlo.

El desconcierto y la curiosidad se entremezclaban en su mente, creando un torbellino de emociones. Abrió y cerró la boca varias veces, intentando encontrar las palabras correctas. Cada intento fallido aumentaba su frustración. Mordió su labio inferior con nerviosismo mientras apartaba la mirada, su mente buscando respuestas en vano. Su corazón latía con fuerza, como si anticipara algo importante.

El chico de cabello azul, Wanderer, observaba a Kazuha con igual confusión. La expresión vacilante de Kazuha lo hizo dudar. ¿Habría cometido un error al acercarse? Incómodo, Wanderer aclaró su garganta, su voz temblando ligeramente. "Lo siento," murmuró antes de girarse bruscamente, intentando huir de la escena. El temor a haber causado una mala impresión lo invadió, y su corazón se aceleró al buscar a sus compañeros, que no estaban lejos de allí.

Mientras se alejaba, Kazuha sintió un vacío inexplicable al verlo marcharse. ¿Quién era ese chico y por qué sentía una conexión tan fuerte con él? La brisa susurraba a su alrededor, pero no traía respuestas. Sólo quedaba la sensación persistente en su corazón, que le decía que este encuentro no era casual, y que necesitaba descubrir la verdad detrás de esa misteriosa familiaridad.