2.- El imperio

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Luis McGreen no era más que un joven que su padre, endeudado hasta las cejas con sus caros y poco productivos negocios con telas verdes que eran repulsivas a la vista y que la élite aborrecía porque se contraponía con el color de la sangre y el color del misterio y la distinción de la nobleza, les acabaron cambiando el apellido a la familia para humillarlos.

Estaban en un escalón más bajo de toda autoridad únicamente por ello, y el problema no era que su familia lo hubiera vendido para que trabajase día tras día, en diferentes trabajos hasta que terminó en ese barco, sirviendo a un aventurero codicioso que tenía un favor del rey para ir a las Indias. Ese Nuevo Mundo que nunca nadie había podido explorar con detalle, y ellos no serían más que una pieza más en el ajedrez de la monarquía que buscaba controlar todo ese mundo nuevo que había sido descubierto y que muchos juraban haber llegado a India o incluso a China, pero era evidente que no eran aquellas dos localizaciones... En aquellos momentos, solo deseaban poder alcanzar la costa más allá, rodeando el territorio hasta lo imposible, pero llegar al verdadero objetivo... La anhelada Asia...

El jaguar se movió sinuoso, casi confundido por aquella muestra de rendición y aquella entrega tan impulsiva a sus fauces como lo era la pasividad de movimiento. Agitó su cabeza cuando un flechazo hizo vacilar sus pasos hacia su fácil presa, y se encontró asediada por miles de flechas que se arrojaron sobre el cuerpo de la fiera bestia. Luis esperó su propia muerte también ante la inmovilidad y el acercamiento de figuras que, a juzgar por el jaguar muerto pocos pasos después, eran nativos caníbales, o al menos de los que tenían conocimiento de flechas que hacían efecto en menos de un minuto; lo cual sería catastróficamente mortal para ellos si se enfrentasen a esos guerreros tan formidables.

Alzó la cabeza lentamente cuando vio que era rodeado por varias figuras humanas, sus cuerpos morenos y sus ojos oscuros, así como sus cabellos negros tenían sus iris clavados en él de forma fugaz. Se sintió acobardado y tembló de forma inconsciente.

En un dialecto y lengua que no comprendió, estos mantuvieron una conversación rápida entre ellos y volvieron a poner sus ojos sobre él. Uno de ellos le tendió su mano y agarró su propia mano que ocultaba su rostro.

Descubrieron su pálido rostro estropeado por las lágrimas y tocaron curiosos sus cabellos negros, la ingenua e inocencia con la que tocaban su cuerpo como si fuera alguien totalmente diferente a ellos, y sus telas, sobre todo las telas que cubrían su cuerpo, pero no el de las personas que tenían en frente, que a duras penas una tela cubría sus bajos.

Sus cuerpos estaban estrictamente depilados, salvo las axilas, y sus miradas estaban llenas de cierta curiosidad y tomaron su mano para ayudarlo a levantar. Examinaron su estatura, dieron vueltas a su alrededor, parecía un extraño ritual, pero Luis no dijo nada al respecto, estaba muy asustado en aquellos momentos.

Lo guiaron a través de la selva hasta una imponente muralla de piedra que rodeaba una ciudad majestuosa y ostentosa. Algo que le sorprendió fue no ser capaz de identificar ninguna clase de camino, o señalización, lo cual confirmaba la buena orientación de aquellas personas.

Entre todas las chabolas de arcilla, caña y piedra, había un edificio central que parecía un palacio de piedra tallada y pulida, allí era donde se dirigían. Luis tenía miedo, y que lo llevasen casi agarrado de la muñeca de aquella manera como si fuera un niño pequeño, lo hacía sentir patético y ridículo. Era extraño que hubieran tocado tanto su cuerpo, sus mechones su ropa, y que en aquellos momentos mantuvieran aquella distancia tan marcada cuando estaban rodeados de los suyos.

Se quedaron a las puertas del palacio, y en su lengua le comunicaron algo a una de las personas que salió del templo y que rondaba por ese palacio tan majestuoso. Algo que notó el azabache era la ausencia de catedrales o iglesias, más bien parecía ser una combinación de un culto privado y personal de cada uno de ellos. La persona que se encontraba frente a ellos lo miró fijamente y le dio un ademán, una mirada fija para que lo siguiera y giró sobre sus talones, haciendo que lo adelantase para que fuera primero, aunque Luis estaba confundido, pues no sabía hacia dónde estaba yendo.

Finalmente llegaron a una sala donde se encontraba un varón sobre un compilado de almohadas, acostado en el suelo cual Diógenes entre la basura, pero ornamentado en oro, especias, mujeres y siendo la fantasía de más de un varón en el barco en el Luis viajaba. Las almohadas de un color rojo pasión, una alfombra gruesa sobre la piedra también en ese color, pero más claro, las mujeres vestidas con ropajes que a pensamiento de Luis eran indecentes por la muestra de sus curvas y sus muslos, pero no iba a cuestionar nada; y sobre todo la ornamentación que portaba aquel varón, sobre todo oro en sus muñecas, tobillos, en su cabeza en forma de corona extravagante... Luis se quedó atrapado en aquellos ojos color canela...

- Las tropas de reconocimiento han encontrado a esta dama extranjera cerca de un poblado de extranjeros aliados con los invasores...- comunicó en su lengua al príncipe.- Creen que fue abandonada a su suerte o castigada con la expulsión, estaba sola, a punto de ser atacada por una de las Bestias de la selva...

- ¿Aplacaba contra ella?

- No... Dijeron que pareció tenerle piedad por su miseria reflejada en sus ojos...- el joven moreno se llevó una mano al mentón con cierta confusión y algo de admiración.

- Tal vez fue la Gran bestia de la selva vio algo en ella que sea especial y por ello tuvo piedad...- se levantó de la alfombra y se acercó meticulosamente a ambas personas.- ¿Sería ético tomarla como esposa?

- ¿Quién sabe si no tiene un hombre con ella?

- Claramente no lo tiene...- aquellas palabras resultaron extrañas en su acompañante, que no pareció comprender el motivo por el cual aseguró aquello con tanta naturalidad.- Puedes retirarte... Me quedaré con ella hasta que se tranquilice...

- No entiende nuestro idioma, mi señor...

- Me las apañaré...- prometió solemnemente.

Hubo un momento de silencio antes de que su acompañante asistiera, hiciera una reverencia formal y se retirase del lugar sin decir nada más. Luis se quedó solo frente al gobernador de aquel lugar, y no sabía cuál sería su destino.

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Ahora que acabo de revisar esto me di cuenta de que tal vez sea muy apresurada la manera en que los protagonistas se conocen 🤔🤔🤔

Buenos la historia tiene 20 capítulos aprox. Lo importante es lo que viene, no tanto la presentación.

De hecho, algo que me gusta son las conversaciones que habrá con el tiempo entre ambos, ahora no sé preocupen porque no se entiendan.

Y sí, sé que tendría que haber puesto náhuatl, pero eso hubiera hecho que el 60-70% de los diálogos de la historia fueran en náhuatl y como comprenderán, eso hubiera demorado el proceso de la historia varios meses (por la corrección y la edición) por eso preferí poner los diálogos en náhuatl en cursiva y así aligerar el procedimiento 🥺🥺🥺

Espero que no les moleste esa decisión creativa / narrativa 👉👈✨

Aquí las opiniones -------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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75.- No puedo hacerlo (Gay/Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora