Darling, love me. (A.B)

CAPÍTULO 9

« Cariño, no llores »

🥀

Los caballeros se encontraban en el club discutiendo con Lord Featherington para que les diera el dinero de las apuestas de la pelea, él buscaba la manera de darles excusas para que le dieran tiempo para entregarles lo correspondido.

Anthony después de la plática con Simon, tenía una audiencia con el Príncipe que le pedía formalmente la mano de Daphne Bridgerton, por otro lado el Conde Cavendish se sentaba con el Duque que parecía muy malhumorado.

— No creo que Lord Featherington de ese dinero— rió con ironía al sentarse en la silla en la que antes estuvo el vizconde, Simon no le prestó atención— Se habla de sus problemas financieros— Gabriel observo la expresión del moreno— ¿Hastings?

El Duque salió de su ensoñación— ¿Qué sucede?

— Nada en realidad, ¿estás bien amigo mío?

— Un poco cansado por la pelea— se excusó tomando de su copa.

— Ya veo, oí que te irás pronto ¿por qué?

— Tengo cosas que hacer fuera, y sabes bien que no estoy aquí en Londres para casarme— Simon fijo su vista en Anthony y Frederick que hablaban en un lejano pasillo, Gabriel siguió la mirada del Duque.

— ¿Por eso te vas?— llamó la atención del moreno rápidamente.

— ¿Qué? ¿De qué hablas?

— ¿Te irás por lo que sientes por Daphne?— la cara de Simon se desencajo ante la pregunta.

— ¡No digas barbaridades Cavendish!— respondió enojado.

— Es solo una pregunta, no te molestes...

El príncipe le dió la mano al vizconde cerrando la conversación.

— Ya me tengo que ir— habló secamente, se paró de la silla y se fue sin dejar hablar a Gabriel.

Anthony llegó a la mesa— ¿Se fue Hastings?— se sentó en el asiento vacío.

Gabriel no quiso decirle exactamente lo que había pasado para no crear más problemas, sabía que ellos dos se habían peleado por la cercanía de Simon y Daphne, esperaba que pronto se arreglará, así que solo asintió sin decir nada más del tema del Duque.

— El príncipe me pidió la mano en matrimonio de mi hermana— dijo con una expresión neutra.

Gabriel abrió los ojos sorprendido— ¿En serio? Eso es bueno ¿no?

— Supongo que sí, aún no le dí la respuesta, quiero que sea Daphne quien se la de— mostró una media sonrisa.

— Es lo mejor amigo.

— Lo es, solo quiero que mi hermana sea feliz, solo eso.

— Te comprendo, el amor de un hermano es inmenso, y solo buscamos la felicidad de ellas— comentó el rubio sirviéndose una copa.

— ¿Todo bien con Harriet?

— Sí todo bien— respondió bebiendo su bebida.