Era jueves cuando Bin despertó a Dongmin a las tres de la mañana, teniendo que prepararse para salir en la madrugada hacía el aeropuerto. Tenían que salir por la mañana, de esa manera era menos probable que pudieran captarlos y con menos personas transcurriendo el lugar podían tener menos presión al momento de llegar al aeropuerto.
Dongmin cubría su rostro con uno de sus brazos, sin querer despertar mientras Bin trataba de apartar las cobijas de su cuerpo, era difícil siempre despertar a su lindo novio, pero no tenía de otra mas que seguir intentando que se levantara.
Movió sus brazos hasta que estos rodearon al modelo, rodando por la cama hasta que Dongmin quedó sobre el pecho de Bin, levemente mareado por el brusco movimiento repetino.
—Es hora de despertar, bebé.—Frotó la punta de su nariz contra la ajena, simulando un beso esquimal.
—Cinco minutos más.—Pidió con un puchero, sin abrir los ojos aún.
—Si no sales ahora mismo ya no podremos salir después, es mejor irnos desde ahorita para evitar el aeropuerto lleno.
—Pero el aeropuerto siempre está lleno.—Se quejó.
—Lo sé, pero en las madrugadas suele ver menos tráfico, ahora levántate para poder terminar de alistarnos.—Recorrió con una mano su espalda, provocándole escalofríos. Cuandoo Dongmin protestó en levantarse, una mano se estampó contra su glúteo, haciéndolo quejarse por lo bajo ante el ardor de la palmada.—Es hora de levantarse, nada de seguir renegando.
Dongmin se levantó de mala gana, empujando las cobijas a su paso y agarrando la ropa que había dejado preparada el día anterior con exceso de fuerza, caminando hacía el baño mientras maldecía todo por su mal genio en la mañana. Bin soltó una carcajada y tendió la cama, esperando a que su novio saliera de alistarse.
Sin tiempo de un gran desayuno, agarraron algo de fruta antes de salir con sus maletas hacía el automóvil que les estaba esperando en la parte de abajo. Subieron las maletas y cuando todo quedó en orden, subieron al asiento trasero, siendo llevados hacía el aeropuerto por sus representantes. Los dos se encontraban un tanto nerviosos por su pequeña escapada a Hawái, pero lo harían valer la pena, por lo que se aferraron a sus manos sobre el asiento mientras observaban el viaje hasta su destino.
El aeropuerto se encontraba especialmente solitario para cuando llegaron y les ayudaron a bajar su equipaje. Se dirigieron con los boletos en la mano que habían adquirido un día antes y mientras revisaban todo lo correspondiente a su proceso de viaje, la realidad les pegaba con una brutalidad al ser conscientes que estaban a nada de poder viajar solos, por su propia cuenta sin nadie quien cuide de ellos, solo estarían disfrutando del tiempo con el otro.
Lo siguiente que supieron es que se encontraban arriba del avión, abrochando sus cinturones uno al lado del otro mientras daban unas instrucciones sobre el altavoz del avión.
—¿Tienes sueño, bebé?—Cuando Bin cuestionó a un lado de Dongmin, él asintió mientras cerraba los ojos, recargando su mejilla contra el hombro del contrario.—Descansa, te despertaré cuando vayamos llegando.
—Gracias.—Murmuró entre la neblina del sueño, provocando una leve carcajada divertida por parte de su novio, recibiendo un beso en su frente.
Bin miró por la ventanilla del avión y suspiró, este sería su último fin de semana libre hasta su retiro y pensaba recompensar a su novio ante su ausencia. Solo esperaba que todo saliera tal y como lo planeó, era lo que más deseaba. Decidió que por el momento no se preocuparía más allá de lo necesario, seguiría descansando en todo el transcurso del viaje y una vez llegando ya se haría responsable de la situación bajo sus manos, mientras aún podía relajarse.
Con una última mirada a su alrededor y observando con una sonrisa a su novio, recargó su mejilla contra la cabellera de Dongmin y cerró los ojos, soltando un suspiro antes de disponerse a dormir.
(...)
La llegada al hotel había sido un tanto tediosa, además de que Dongmin se negaba a cooperar y terminó dormido nuevamente en la sala de espera cuando recién habían llegado. En el camino se había mantenido despierto para tomar fotos y llamaba la atención de Bin a cada rato para poder mostrarle alguna curiosidad que veía durante el trayecto, mientras el boxeador se limitaba a seguirle la corriente aunque no pudiera quitar por tanto tiempo al estar conduciendo y teniendo que enfocar su mirada en el camino.
Llegando al hotel no fue muy diferente conforme Dongmin buscó la habitación y nada más ayudando a meterlas maletas a la habitación, volvió a dormir un rato al sentirse aún demasiado cansado. Bin no lo acompañó a dormir, se encargó de ver el equipamiento de la habitación y notificarles a su representante que ya había llegado bien a su destino. Alzó sus brazos sobre su cabeza en un relajante estiramiento, pasar tanto tiempo sentado le estaba pasando factura, además de su estómago pidiendo comida y sin haber hecho el mandado aún no deberían de tardar en salir por algo de comer.
Con un pensamiento en mente y con su estómago aún gruñendo por la falta de comida por tanto tiempo, Bin se encaminó hasta la habitación donde Dongmin dormía con una sonrisa en sus labios que demostraba la travesura en ella. Dongmin parecía ajeno a todo, sin reaccionar aún y cuando el azabache tomó lugar a su lado, sentado mientras se inclinaba lo suficiente y rozar con sus labios la mejilla de su novio.
—Amor, tienes que despertar.—Delineó el contorno de la mandíbula con sus labios, provocando las primeras reacciones en el contrario.
Dongmin se removió en su lugar, una mano dando un manotazo al aire, sin poder darle a Bin al tener buenos reflejos y apartándose a tiempo.
—Bebé, tienes que levantarte, no puedes seguir durmiendo o habremos venido hasta acá en vano.—Se quejó el boxeador con un puchero en sus labios, observándolo a detalle.
Sus manos se metieron por la orilla de la sábana que cubría el cuerpo del rubio, para luego tentar hasta la camiseta de este. Encontró el borde de la misma y jugando con ella sus manos recorrieron la espalda ajena, provocándole escalofríos mientras seguía removiendose en su lugar.
—Minnie, cariño. Levántate o me obligarás a levantarte, decide.—Ahora comentó con un tono serio, logrando que su novio gruñera en respuesta, pero abrió uno de sus ojos somnoliento, frunciendo el ceño.—Ahí está mi bebé, me alegra que hayas despertado. ¿No querrás que esto se vuelva una costumbre? Tuve un pequeño déja vu, sigues sin querer despertar a pesar de todo.
—¿Qué hora es?—Murmuró, sintiendo la garganta seca.
—Faltan diez minutos para las seis, tenemos una reservación para ir a cenar a las siete así que apresúrate.—Depositando un último beso sobre la punta de su nariz se levantó, saliendo de la habitación.
Dongmin siguió gruñendo ante el evidente sueño que su rostro reflejaba, pero decidió que era hora de levantarse, se había pasado probablemente las últimas 24 horas durmiendo en ratos y perdiendo el tiempo. Se levantó con mal gesto y se dirigió al baño para alistarse, necesitando una ducha rápida y buscar una ropa cómoda para su primera cita en Hawái, tan solo pensar en ello le hizo sonreír, sintiendo un revoltijo en la boca de su estómago por los nervios, ¿Por qué estaba actuando así? No es como si hubieran tenido ya demasiadas citas en el pasado, pero por alguna razón todo ello se sentía diferente.
Y el rubio no era el único que se encontraba nervioso, Bin estaba meditando cuál sería el momento perfecto para contarle todos sus planes al rubio, no quería estropear desde el primer día sus vacaciones en Hawái, pero si dejaba pasar más días solo sería más difícil hacerlo. Solo esperaba encontrar aquella voluntad para poder decirle todo.
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Nothing | Binwoo
FanfictionDonde el reconocido modelo e influencer Lee Dongmin es reconocido no solo por su trayectoria, sino por promover las prácticas sanas y la persona más podría detestar la violencia; Moon Bin es el boxeador más reconocido de talla mundial, pero también...