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Bin terminó de mover sus maletas hasta la puerta de entrada, su celular sonando a la espera que bajara para irse al aeropuerto. Miró como Dongmin, ahora luciendo una cabellera castaña después de volver de Hawái, estaba sentado sobre el sillón con sus pies debajo suyo mientras lo miraba con una expresión triste.

-¿No te vas a despedir de mí?-Sonrió, extendiendo sus brazos en su dirección.

No tuvo que esperar mucho cuando el castaño se levantó corriendo de su lugar y brincó, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello y sus piernas sobre las caderas del boxeador. Lo atrapó contra su cuerpo, pasando sus manos detrás de sus rodillas mientras lo miraba con cierta nostalgia.

-Volveré tan pronto como pueda, y me comunicaré contigo, solo y si sé que no te estoy distrayendo de tus pendientes, ¿De acuerdo? No quiero que distraigas y que te llamen la atención, así que hablaremos cuando se pueda.

-Pero te extrañaré mucho.-Protestó en su contra, frunciendo el ceño.

-Pero tenemos nuestras agendas ocupadas y una diferencia horaria muy grande, ya sabremos cómo sobrellevarlo.-Depositó un beso sobre su frente, antes de dejarlo nuevamente en el suelo.

-Tienes que llamarme cuando llegues a Los Ángeles, no importa la hora que sea, quiero saber que llegaste sano y a salvo.-Recalcó, señalándolo con un dedo acusatorio.

Bin asintió, divertido por su expresión.-Te lo prometo.

-Y disfruta mucho de tu viaje, espero que puedas arreglar todo. Sabes que estaré esperándote aquí en cuanto llegues.-Con una sonrisa, se inclinó para depositar un beso sobre sus labios, el cual se hubiera prolongando más si no fuera por el insistente celular del azabache sonando.

Bin probó los labios una última vez antes de observarlo y, con una última mirada, agarró sus maletas antes de salir del departamento. Dos hombres lo esperaban afuera, por lo que lo ayudaron en cargar sus cosas y subieron al automóvil en cuanto salieron del edificio. Jinwoo lo recibió con un golpe sobre el hombro y el chófer comenzó a conducir hasta el aeropuerto.

-¿Preparado para lo que se viene?-Cuestionó el mayor, mirándole sobre sus anteojos.

Asintió, totalmente convencido.-Estuve preparándome para este momento, hyung, no podría no estar preparado.

-Se vienen los meses más pesados de tu vida, Moon.-Soltó un suspiro, recargando su cabeza sobre el asiento.-Y para mí mala suerte, también los míos.

Bin soltó una carcajada, sabiendo que no lo decía de una mala manera. De lo que sí estaba seguro, era que tan pronto como había salido del departamento ya estaba empezando a extrañar a su lindo novio.

(...)

La llegada a Los Ángeles había sido tranquila, sin tener contratiempos para llegar al hotel donde se estarían hospedando durante su estadía en el extranjero. Jinwoo le había ordenado que descansara tan pronto como habían llegado, entregándole su llave y avisándole que estaría en la habitación de enfrente; lo que restaba del día se había dedicado a desempacar algunas cosas y observar la vista de la ciudad desde su habitación, sintiéndose maravillado. No pasó demasiado rato en el balcón de la habitación cuando entró, cada vez se hacía más tarde y necesitaba descansar para lo que vendría al día siguiente, obligándose a acostarse y tratar de dormir.

Cuando la alarma sonó, Bin había salido del baño terminando de alistarse. Apenas y había pegado el ojo en toda la noche, por alguna razón se sentía un tanto ansioso por lo que ocurriría aquel día, por lo que se levantó antes de la hora programada y se comenzó a alistar. Cuando Jinwoo marcó para que bajara, no tardó ni dos minutos cuando se encontraba en el automóvil dirigiéndose a su primer destino.

Nothing | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora