SAL Y AZÚCAR --- {Mandy x Chester} °•-•°

Color

Jueves 6:45 PM

POV: Chester

Después de un rato terminé las trenzas.
He de decir que me quedaron mucho mejor de lo que me esperaba, aunque un poco cortas ya que el pelo de Mandy no es muy largo.

—Ya están, ¿Te gustan?— le pregunté

Ella se tocó el pelo y se levantó para ir a verse al espejo. Yo la seguí para ver su reacción.

Me apoyé en la pared mientras miraba a Mandy verse en el espejo como si fuese uno de los niños nuevos que entran a ver la tienda de Candyland.

Se giró a verme —¿Y bien, qué tal me quedan?— dijo para volver a mirarse al espejo —Deberías hacérmelas más a menudo—

Entonces se dió cuenta de que había una pequeña bola en una de sus gomas de pelo que yo había usado para hacerle las trenzas.
Y cuando la intentó quitar...

¡SORPRESA!

Una explosión de purpurina rosa salió de la bolita y le manchó una trenza a Mandy.

¿Qué quería?¿Que hiciese una trenza normal sin ningún tipo de broma?

Pensó demasiado bien de mí.

Aunque tampoco es que le quedase tan mal.

—...— Mandy se giró a mirarme lentamente y supe que mi única salida era la muerte.

—ME ACABAS DE ARRUINAR EL PELO, IDIOTA— me gritó

—¡Pero si te queda genial!— respondí —Un poco de purpurina no le arruina la vida a nadie. De hecho, se podría decir que hasta las he mejorado.—

Mandy se volvió a mirar al espejo y suspiró.

— ¿Ves cómo tengo razón? — me acerqué (mala idea cuando está enfadada)

— ¿¿Sabes lo difícil que va a ser quitarme esto del pelo?? — me dijo tocándose el pelo

— Tienes suerte de que no tenía pegamento...— me miré por un momento al espejo y vi la venda que cubría parte de mi frente.

Y como si fuese un rayo Mandy me echó un puñado de purpurina verde que tenía guardada en el cajón de debajo del lavabo.

—¡TOMA!, por cabrón— me dijo mientras se reía.

—¿De dónde has..?— le iba a preguntar pero me cortó en mitad de la frase.

—¿De dónde he sacado la purpurina? Te dejaste unos botes la última vez que viniste aquí.— Dijo mientras abría el cajón que tenía los botes que llevaba buscando hacía ya días.

—¡JA!¿Cómo se siente al probar de tu propia medicina?— Mandy me miraba con aires de grandeza.

Yo me sacudí con una mano el pelo dejando caer gran parte de la purpurina. Y cuando nos miré a los dos en el espejo me di cuenta que teníamos los dos purpurina del color del pelo del otro.
Y como no había mejor momento volví a sentir todo el calor de mi cuerpo subir hasta mi cabeza y me empecé a marear.