Te amo, mi estrellita

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      Ambos gemelos se encontraban en su habitación, nadie había podido objetar nada en contra de la voluntad de aquel arcángel.

El pequeño serafín estaba realmente herido después de los golpes que los guardias celestiales le habían y el fuerzo que había hecho para poder liberarse.

El arcángel tenía al menor entre sus brazos mientras llevaba su frente de besos.

Mi pequeña estrellita... Como pude dejar que esto te sucediera. — Dijo aquel arcángel mientras miraba a su pequeño hermanito, a la razón de su felicidad.

El pequeño serafín miraba los ojos de su hermano mayor, sus ojos estaban completamente rojos debido a todo lo que había llorado.

Aquel arcángel acarició su mejilla, mientras le sonreía y seguía mirando aquellos ojos que tanto adoraba.

Mi pequeño Luzbel... Podrías volver a decirme que me amas? — Dijo el arcangel mientras lo miraba fijamente a los ojos, las mejillas del pequeño serafín se tornaron de carmín.

El pequeño serafín miro los ojos de su hermano y asistió tímidamente, extendió su mano hacia la mejilla del rubio mayor y se acercó tímidamente hacía él, hasta que sus labios se tocaron y lo beso tímidamente.

Te amo, hermano... — Murmuro entre aquel beso el pequeño serafín para después separarse de aquel pequeño beso y mirar los ojos de su hermano mayor.

El pequeño serafín sentía como su corazón latía rápidamente mientras su hermano acaricia su mejilla, seguía sintiendo dolor en sus alas, estas se encontraban prácticamente desgarradas pero había valido la pena, ahora estaba con su hermano.

Yo también te amo, mi estrellita. — Dijo el Arcángel con una sonrisa en sus labios.

El arcángel cargo al pequeño serafín y lo colocó en su regazo y comenzó a llenar su rostro de pequeños besos, aquello comenzaba a ocasionar cosquillas en el pequeño serafín quien comenzó a soltar leves risitas.

Al poco tiempo aquellos besos fueron hasta el cuello del menor y eso lo hizo soltar un jadeo y aferrarse a los hombros de su hermano... Podía sentir como su cuerpo diferente antes aquellas acciones de su hermano mayor, eran totalmente diferentes a los besos que solían darse anteriormente.

Luzbel sintió el aliento de su hermano en su cuello mientras sentía como lo tomaba de su pequeña cintura y lo pegaba a su cuerpo.

Nnnnngr... Mi-Miguel... Es-espera... — Murmuró entre jadeos el pequeño serafin.

Luzbel pudo sentir como las manos de su hermano eran introducidas debajo de sus ropas, haciéndolo soltar pequeños jadeos.

Qué es esa linda voz, mi estrellita? Nunca habías hecho ese tipo de sonidos... Acaso te gusta que haga esto? — Preguntó aquel arcángel con voz ronca mientras seguía explorando la piel de su hermano menor.

Las manos de Miguel siguieron explorando el cuerpo del menor, hasta llegar a sus pezones y comenzar a acariciarlos mientras Luzbel se retorcía sobre su regazo.

Ninguno de los dos entendía lo que estaba pasando, lo único que sabían era que se necesitaban el uno del otro.

El arcángel mayor posicionó a su hermanito entre sus piernas, obligándolo a rodear su cintura con las suyas, mientras tomaba su pequeño trasero y lo pegaba a su cuerpo haciendo que sus cuerpos rosaran entre sí.

Mmmmmgr... Her-Hermano... Tengo mucho calor... — Dijo el pequeño serafin entre jadeos mientras sentía como su hermano movía sus caderas.

El arcángel no dijo nada, solamente comenzó a quitarle aquella túnica a su pequeño hermano y lleno de besos su pecho, yendo a sus pezones y comenzar a lamerlos.

Luzbel cerró sus ojos al sentir aquel contacto, arqueó su espalda mientras comenzaba a jadear de una manera más aguda y se aferraba al cuerpo de Miguel.

El arcángel comenzó a desabrochar sus propias ropas, su cuerpo también se sentía ardiendo.

Ambos seres celestiales quedaron semi desnudos, el Arcángel buscó los labios de su pequeño hermano y lo besó apasionadamente, está vez comenzando a entrelazar sus lenguas, mientras el pequeño serafin movía sus caderas sobre el regazo de su hermano mayor.

Ambos tuvieron que separarse debido a la falta de oxígeno, sus respiraciones eran aceleradas, así como los latidos de sus corazones.

El arcángel siguió besando el cuello de su hermano, dejando pequeñas marcas en su pálida piel.

Las manos de aquel arcángel fueron bajando por el vientre del pequeño serafín y esté volvía a gemir.

Los dedos del arcángel fueron explorando hasta llegar a la intimidad del pequeño serafin y se sorprendió al darse cuenta que su anatomía al parecer era diferente a él.

Luzbel se aferró cada vez más a su hermano mientras sentía como esté usaba sus dedos y acariciaba sus pliegues. Ni siquiera él había explotado su cuerpo como lo estaba haciendo su hermano.

Sus gemidos se escuchaban cada vez más en aquella pequeña habitación compartida.

Mi estrellita... Quiero escuchar tu linda voz... Sigue haciendo esos sonidos tan lindos. — Dijo el arcángel mientras seguía moviendo sus dedos acariciando su intimidad.

Alas Entrelazadas (HeroStar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora