El vientre del pequeño serafín iba aumentando mientras el tiempo transcurría, aquello se había convertido en la novedad del cielo.
Luzbel era el primer ser celestial el cuál llevaba en su vientre el fruto de su amor con otro ser celestial.
El embarazo del pequeño serafín era toda una novedad para todo el cielo, cualquier ángel que miraba a Luzbel, lo tenían para tocar su vientre y sentir a la pequeña que crecía dentro de él.
De cierta manera, aquella atención incomodaba al pequeño serafín, solía ser ignorado y ahora todos querían estar cerca de él.
Continuo haciendo sus espectáculos, los cuales estaban totalmente llenos, todos querían ver a aquel serafin bailar, cantar y contar sus historias mientras su vientre seguía creciendo.
Luzbel comenzó a hacerse cada vez más popular y a ser tratado con respeto.
Habían pasado algunos meses y a Luzbel se le estaba complicando el moverse libremente, debido a su vientre estaba demasiado abultado.
Constantemente el pequeño serafín sentía los movimientos de su pequeña y en algunas ocasiones le dolía.
Miguel de cierta manera se sentía celoso de la atención que recibía su hermanito, no porque quisiera tener la misma atención que él, si no que no le gustaba que quisieran pasar tiempo con su amado y eso hacía que perdiera el poco tiempo que podía tener con él.
El arcángel pidió permiso para ausentarse unos días, quería estar al tanto de su pareja el cual ya tenía aproximadamente 6 meses y medio de embarazo.
Luzbel se encontraba recostado en aquella cama, estaba descansando, su embarazo estaba tan avanzado que le costaba inclusive caminar sin cansarse.
Aquel arcángel miró a su amado y se acercó a él, acarició sus cabellos y esto provocó que Luzbel abriera sus ojos y volteara a ver a Miguel.
- Lo siento mi pequeña estrella... Te desperté? - Dijo aquel arcángel mientras miraba esos ojos celestes y se acercaba para depositar un pequeño beso en los labios del pequeño serafín.
Luzbel se acomodo en aquella cama para hacerle espacio al mayor y que esté se recostara a su lado.
Miguel entendió lo que él pequeño serafin quería y subió a su cama y abrazó el pequeño cuerpo del serafín y lo pegó al suyo, teniendo sumo cuidado de no lastimar a su hija.
Luzbel se acurrucó entre los brazos de su hermano y cerró sus ojos mientras percibía su perfume el cual lo calmaba.
La pequeña que yacia en el vientre del pequeño serafín comenzó a moverse, como una manera de llamar la atención de sus padres.
El pequeño serafin se quejo un poco y Miguel rápidamente puso su manos sobre aquel vientre, sintiendo los movimientos de su hija.
- Te duele mucho? - Preguntó el arcangel mientras acariciaba el vientre del menor.
- Un poco... Últimamente las patadas de nuestra niña son cada vez más dolorosas... - Dijo aquel serafin mientras miraba los ojos de su hermano.
Aquel arcángel continuo acariciando el vientre de su estrellita, quería calmar un poco a su hija y que no siguiera ocasionando más dolor para Luzbel.
— Mi pequeña... Deberías tener cuidado con tu madre... Sé que quieres salir y conocer como es todo lo que nos rodea pero estás lastimandolo. — Dijo aquel arcángel con voz suave y dulce, sintiendo como al instante aquel pequeño ser podía entender sus palabras y dejaba de moverse de esa manera.
Luzbel sintió como su hija se calma e hizo un pequeño puchero.
— No es justo... — Murmuró el pequeño serafín quien estaba celoso de que su hija pareciera solo obedecer al arcángel.
Miguel escucho sus palabras y vió aquel puchero del rubio y tomó su barbilla y besó sus labios de nuevo.
— Lo que no es justo es que mi pequeña estrella brille para los demás... Cuando solamente debería hacerlo para mí... — Dijo aquel arcángel mientras miraba los ojos azules del pequeño serafín.
— No me gusta... Tanta atencion... Por eso prefiero pasarlo encerrado en nuestra habitación. — Dijo el rubio mientras correspondía a la mirada del mayor.
— No deberías permitir eso... Eres mi estrellita y ambos somos hijos legítimos de nuestros padres... No fuimos creados como nuestros demás hermanos... — Dijo el arcángel con voz seria mientras comenzaba a acariciar los mechones rubios del serafín.
— Es... Es un poco difícil... — Murmuró Luzbel mientras agachaba su mirada.
— En ese caso yo te protegeré mi estrellita... Yo les diré a todos que deben respetar tu espacio personal... Y sí no quieres ser molestado, que te dejen tranquilo... Lo ordenare... — Dijo con voz calmada aquel arcángel para después besar su frente.
— Está bien... Cuida de nuestra hija y de mí... Cómo siempre lo has hecho amor... — Dijo el pequeño serafin mientras miraba los ojos de su hermano y sonreía.
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Alas Entrelazadas (HeroStar)
FanfictionLuzbel es tentado por fuerzas oscuras, poniendo a prueba su amor y lealtad. Miguel debe elegir entre salvar a su hermanito o proteger el orden divino.