Luzbel comenzo a pasar la mayor parte del tiempo en su habitación, había comenzado un pequeño hobby: la creacion de patitos. Quería hacer el patito perfecto para su hija regalarselo cuando naciera pero hasta el momento ninguno le gustaba.
El pequeño serafin se encontraba sumido en sus pensamientos mientras creaba aquellos patitos y al no gustarle los deshechaba para comenzar a hacer otro.
Miguel se encontraba ocupado en sus obligaciones, quería avanzarle a su trabajo para tener mas tiempo libre y asi poder estar con su pequeña estrella.
Luzbel ocasionalmente sentía los movimientos de su pequeña, llevó su mano a su vientre mientras intentaba tranquilizarla, sabía que su pequeña solamente le hacía caso al Arcangel.
— Tu padre está un poco ocupado princesa... Así que tienes que conformarte conmigo... — Dijo aquel pequeño serafín mientras sentía como su hija se movía y golpeaba el lugar donde se encontraba su mano.
Luzbel soltó una pequeña risita mientras sentía como su pequeña seguía inquieta moviéndose en su vientre.
🎼
— ...Solo deseo. Nuestro nuevo comienzo.
Nos lo merecemos. No nos separaremos...
Pues al final. Yo te elijo sin dudar.
Te acompañare como nadie lo hará...
No hay nada mas. No hay nada más.
Doy gracias por tenerte. No hay nada mas... — Cantaba el pequeño serafin, aquella canción tranquilizaba a su pequeña.El pequeño serafin sintió como su pequeña parecía calmase y sonrió. Aquella sensación de paz y tranquilidad le duro muy poco, debido a que sintió un fuerte dolor en su vientre.
Luzbel se doblego del dolor, tocando su vientre, aquel dolor iba incrementándose cada vez mas, haciéndose mas insoportable.
Aquel pequeño serafín cerró sus ojos con fuerza mientras seguía sintiendo aquel dolor en su vientre... Al poco tiempo si tío como de su intimidad comenzaba a brotar sangre dorada.
Luzbel abrió sus ojos como platos mientras intentaba levantarse de aquel pequeño sofá donde estaba sentado creando aquel patito.
— Mi-Mierda... Esto duele mucho... Miguel... Donde estas amor? — Decía el pequeño serafin, intentando llamar al padre de su pequeña.
Luzbel sabía que era muy pronto para que su pequeña naciera, no podía entender lo que estaba pasando. Fue a recostarse en su cama, mientras seguía sintiendo aquellos dolores en su vientre... Cerró sus ojos mientras esperaba que aquel dolor comenzara a disminuir, pero solamente fue incrementando.
El pequeño serafín sentía como pequeñas gotas de sudor frio comenzaban a car por su frente e intentaba controlar el ritmo de su respiración.
Luzbel ahora se arrepentía de no permitir que alguien, ademas del Arcangel, estuviera a su lado por si llegara a suceder algo malo como lo que le estaba pasando en esos momentos. Sintió otro dolor y la urgencia de pujar, así lo hizo... Dándose cuenta al instante que estaba en labor de parto.
— Aaaaaaaaagh... Miguel!!! Dónde estás? Te necesito!!! — Grito el pequeño serafín, llamando desesperadamente a su hermano.
Luzbel deseaba que alguien lo escuchara y viniera a ayudarlo, mientras seguía sintiendo aquellas contracciones y podía sentir como su intimidad comenzaba a dilatarse.
Aquel serafín entendió que iba a estar solo en ese momento tan importante... Tenía que ser fuerte para poder traer a su pequeña al mundo.
Luzbel sentía como aquellas contracciones eran cada vez más seguidas y mas fuertes... Respiraba profundamente mientras ocasionalmente pujaba en cada contracción que sentía... Era demasiado doloroso.
Los minutos pasaron y Luzbel sentía como sus fuerzas se iban agotando, estaba cansado, quería dormir pero su hija aun no nacia.
El pequeño serafín continuó pujando, sentía como sus fuerzas comenzaban a agotarse. Cerró sus ojos mientras comenzaba a desvanecerse, había llegado a su límite.
— Miguel... — Murmuró el nombre de su amando mientras quedaba completamente inconsciente.
Mientras tanto, aquel arcángel se encontraba terminando sus pendientes, se sentía realmente intranquilo.
Afortunadamente Miguel había terminado con sus obligaciones e hizo un portal individual para llegar a su habitación.
Esperaba verlo sentado frente a aquel escritorio, trabajando en aquel patito pero abrió sus ojos al verlo inconsciente sobre su cama y bañado en sangre.
Miguel rápidamente se acercó a su pequeña estrella y lo cargo... No sabía que había pasado pero no iba a perder tiempo en averiguarlo.
Aquel arcángel abrió un portal individual y fue hacía dónde estaban los angeles que se encargaban del cuidado de los demás seres celestiales.
— Encontré a Luzbel inconsciente en nuestra habitación... Su túnica está bañado con su sangre... — Dijo aquel arcángel mientras miraba como aquellos angeles le arrebataban al serafín más amado y rápidamente comenzaban a actuar.
Los minutos pasaron y Miguel se encontraba esperando a que terminarán de ayudar a su pequeña estrella... Le preocupaba su estado de salud y el de su hija.
Vió como se acercaban a él, sus miradas parecían estar realmente consternados.
— Su Alteza Miguel... Su Alteza Luzbel estaba en labor de parto... A eso se debió el sangrado con el que llegó... — Dijo aquel angel sin siquiera mirar a aquel arcángel.
— Labor de parto? Quieres decir que nuestra hija ya nació? Cómo está Luzbel? Cómo está nuestra niña? — Dijo claramente emocionado aquel arcángel... Al fin era padre, pero notó como aquel angel desvío su mirada.
— Su Alteza Luzbel está bien... Se está recuperando... Pero su hija... No ha sobrevivido... El parto de su Alteza Luzbel fue tan repentino para él y lamentablemente él no tuvo la fuerza... De verdad lo siento mucho su Alteza. — Dijo aquel angel para después darle la espalda a aquel arcángel.
Miguel no podía creerlo, su niña no había sobrevivido al parto?
Aquel arcángel rápidamente fue a ver a Luzbel, quien se encontraba recostado mientras miraba hacia la pared de aquella habitación.
— Mi pequeña estrella... — Dijo aquel arcángel mientras se acercaba a él y extendía su mano para acariciar su mejilla.
Luzbel ni siquiera miro a Miguel, en cuanto sintió que iba a tocar su mejilla rápidamente golpeó la mano del mayor para evitar que lo tocará.
Aquello desconcertó al arcángel, al parecer Luzbel sabía lo que había sucedido con su pequeña.
— Luzbel... — Dijo Miguel con voz dulce, esperando que al menos su pequeña estrella lo mirara.
— Por qué? Por qué tengo que ser tan débil? Ni siquiera puedo... — Aquel pequeño serafín no pudo terminar su frase puesto que había comenzado a llorar.
Luzbel se sentía un verdadero inútil, no había sido lo suficientemente fuerte para dar a luz a su pequeña.
Miguel se acercó al pequeño serafín y lo rodeó con sus brazos, sabía que Luzbel podría querer apartarlo pero era cuando más lo necesitaba.
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Alas Entrelazadas (HeroStar)
FanfictionLuzbel es tentado por fuerzas oscuras, poniendo a prueba su amor y lealtad. Miguel debe elegir entre salvar a su hermanito o proteger el orden divino.