*Tiempo después*
Ya han pasado dos semanas desde mi llegada a mi país. Todo ha sido tan difícil, ahora no sé cómo adaptarme a ser quien era antes, realmente extraño tanto la presencia de Yoon-Gi en mi vida.
Sin contar, con que Christopher está más emocionado que nunca con el tema de la boda, hasta lo acompañé a ver algunos salones para realizar la boda y las invitaciones ya están siendo entregadas.
He quedado sorprendida, me he vuelto tan introvertida en el aspecto de que no puedo dar mi opinión sobre las cosas, simplemente no me salen las palabras a la hora de no estar de acuerdo en algo.
No entiendo cómo podía pelear con Yoon-Gi cuando algo no me parecía...
Hoy tengo una salida con Christopher, me invitó apenas hace unos días y aunque la emoción no existe, pues simplemente quería salir de mi casa, quizá de este modo logro salir de mis pensamientos con Yoon-Gi.
- ¿Cómo estás, hija? ¿Ya te estás arreglando? -Dijo mi mamá al entrar a mi habitación-
- En eso estoy, no encuentro algo que me guste... -Respondí-
- ¿Qué tal este vestido? -Dijo y me dió una bolsa-
Tomé la bolsa, saqué una caja en la cuál venía un regalo para mi. Cuando lo abrí, me quise quebrar ahí mismo y contar todo lo que había vivido a lado de Yoon-Gi, pues el regalo era un vestido amarillo.
Era un vestido amarillo, idéntico al vestido que tenía cuando vivía con Yoon-Gi. Aquel vestido con el que estando en el baño de su habitación, estuvimos a nada de tener relaciones.
- ¿Te gustó? -Dijo-
- Me encanta, pero... Creo que no es el momento correcto para usar este hermoso vestido. -Respondí-
- Si es la situación correcta, te contaré algo... Christopher me dijo que hoy te dará el anillo de compromiso. -Dijo y yo solo la miré sin expresión alguna- ¿No estás feliz?
- Lo estoy... -Dije y fingí una sonrisa- Aún así creo que no es la situación correcta, mejor usaré otra cosa.
Hice que mi madre saliera de mi habitación, mientras me vestía no podía contener mis lágrimas. Han pasado dos semanas y yo siento que todo pasó ayer. Es increíble que le estoy llorando a quien un día me hizo llorar del dolor, a quien me dejó marcas en mi cuerpo de los golpes que me daba. Es increíble que no haya festejado cuando por fin salí de su casa.
Quité mis pantalones, justo ahí vi aquel tatuaje que me dejó Yoon-Gi cuando me llevaron a la habitación especial. Esa iniciales que no solo tengo en mi piel, también están en mi corazón.
Es increíble que la vida tenga que ser tan injusta o tal vez la injusta soy yo, al estar llorando por esto cuando hay un chico emocionado porque hoy es el día en el que me pedirá matrimonio y yo solo no me puedo armar de valor para decir que eso no es lo deseo. Que ya no deseo tener su presencia en mi vida, que desde hace tiempo he dejado de pensar en él y esa absurda boda, y que ahora el mafioso más cruel de todo Corea se ha adueñado de mis pensamientos y de mi corazón.
Limpié mis lágrimas al escuchar la voz de mamá, quién me decía que Cristopher ya estaba en casa. Me vestí rápidamente, por suerte ya me había maquillado.
Traía puesto un vestido algo casual y unos tacones que eran los menos favoritos que tenía, escogí uno de los bolsos que más me combinaba y bajé tranquilamente.
- ¡WOW! Te miras impresionante, me gustas más a cada que te veo. -Dijo Cristopher y yo solo fingí una sonrisa-
- Gracias. -Respondí-
- ¿Nos vamos? Ya tengo la reservación lista. -Dijo-
- Sí, ya estoy lista. -Dije-
Me hizo cruzar mi mano por su brazo, y ambos salimos juntos de mi casa. Mi madre me veía tan orgullosa de que hoy le piden matrimonio a su hija, pero en el fondo de su corazón, ella sabe que algo no va tan bien..
Condujo hasta un restaurante un poco lejano, siempre había sido mi favorito y eso Cristopher siempre lo había sabido, solo que nunca habíamos tenido la oportunidad de ir.
- Un día te prometí traerte a este restaurante y ahora vendremos siempre. -Dijo-
Se bajó del auto y abrió mi puerta, tomó mi mano para ayudarme a bajar del auto. Antes de entrar me dió un beso, él se notaba tan feliz que ni siquiera se daba cuenta de que yo no lo estaba.
Ya había hecho reservación, así que nos llevaron a la mesa que nos corresponde, separó mi silla de la mesa y me senté, así como lo hacía Taehyung cuando empecé a comer acompañada de Yoon-Gi
- Buenas noches ¿Gustan pedir ya? -Dijo la mesera que atendía-
- ¿Quieres pedir ya, amor? -Dijo él-
- ¡Dios! Tú eres la sobreviviente ¿Cierto? -Dijo la chica muy impresionada, yo solo la miré extrañada- ¿Es verdad que fuiste tan valiente de poder escapar de las manos del mafioso Min Yoon-Gi?
- ¿Tú cómo sabes eso? -Pregunté asustada-
- Eso dicen las noticias, dicen que lograste salir de la casa de ese mafioso y que tú mamá, la jefa de seguridad, te encontró en la carretera. Así fue como saliste de su casa. -Dijo ella- ¿De verdad fuiste así de valiente? ¿Cómo es vivir en ese mundo? ¿Cuál era tu trabajo en ese lugar? ¿Te pegaban? Dicen que ese hombre asesina a las trabajadoras cuando comen un mínimo error...
- Por favor déjame un momento tranquila. -Dije-
- Solo quiero saber cómo era vivir con ese hombre. Es increíble que seas hija de Stephanie, apenas me enteré que ella tiene una hija... ¿Cómo no te defendió? ¿Cómo te llevó ese mafioso? -Dijo la chica-
- De verdad necesito que te vayas, no quiero ser grosera, solo no quiero hablar de ese tema. Es un tema bastante traumático para estar hablando con quién sea de eso, jamás daré mi versión de los hechos. -Dije un poco frustrada-
- Chica, retirate. No molestes a mi novia, por favor. -Dijo Cristopher-
- Lo siento... Cuando gusten pedir, solo toquen ese botón y yo estaré aquí. -Dijo ella y se retiró-
Tantas preguntas que esa chica me hizo, me hicieron entrar en un trance donde solo pasaban los flashback de todo lo que viví con Yoon-Gi. Tantos golpes, gritos, maltratos físicos y psicológicos, que aún no logro entender cómo fue que me logré enamorar de él.
Una lágrima empezó a correr con mi rostro, al recordar tantas cosas vividas a su lado, pues luego comencé a recordar todo lo lindo que viví con él. Incluso recordé esa noche donde me entregué completamente a él, pues yo realmente sentía que él era el indicado.
- ¡Amor! -Dijo Cristopher y me hizo salir de ese trance-
- ¿Eh? -Dije-
- Te estoy hablando hace rato ¿Estás bien? ¿Quieres que nos vayamos? -Dijo él-
- Estoy bien, no te preocupes... -Dije-
- ¿Ya quieres pedir? -Preguntó y solo asentí- ¿Recuerdas que siempre soñamos con venir a acá como novios? Nunca se dió, hasta hoy...
- Ese siempre había sido nuestro sueño. -Dije-
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