Prólogo

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El sol de Pueblo Paleta se levantaba despacio sobre las colinas, anunciando un nuevo día lleno de promesas y aventuras. En una modesta casa, un joven de diez años estaba ansioso por comenzar su viaje como Entrenador Pokémon. Este joven era Ash Ketchum, un chico lleno de sueños y ambiciones.

A diferencia de muchos otros aspirantes a entrenadores, Ash había pasado las últimas semanas preparándose intensamente para su viaje. Todo había comenzado con una conversación casual con su madre, Delia, y el Profesor Oak, el experto Pokémon de la región.

—Ash, sé que estás muy emocionado por comenzar tu viaje, pero creo que deberías estar un poco más preparado —le sugirió el Profesor Oak una tarde en su laboratorio.

—¿Preparado? ¡Claro que estoy preparado! —respondió Ash con su típico entusiasmo.

—No me refiero solo a la emoción, Ash. Me refiero a tener un conocimiento básico sobre los tipos de Pokémon y cómo manejar a tus compañeros. Gary, por ejemplo, ha estado estudiando mucho últimamente —añadió el Profesor, mencionando al rival de Ash.

Las palabras de Oak calaron hondo en Ash. No quería ser menos que Gary, ni mucho menos fracasar en su primer intento como entrenador. Así que decidió dedicar tiempo a aprender sobre los distintos tipos de Pokémon y sus fortalezas y debilidades. También empezó a leer sobre el cuidado y manejo adecuado de los Pokémon, algo que descubrió era tan importante como conocer sus ataques.

Delia, siempre apoyando a su hijo, le consiguió varios libros y materiales de estudio, y el Profesor Oak le ofreció sesiones de entrenamiento y clases básicas en el laboratorio. Ash aprendió que el tipo Fuego era fuerte contra Planta, que el Agua vencía al Fuego, y que el tipo Eléctrico era la debilidad de los Pokémon de tipo Volador y Agua, entre muchas otras cosas.

Pasaba horas en el laboratorio de Oak, observando cómo el Profesor interactuaba con diferentes Pokémon, aprendiendo no solo sobre batallas, sino también sobre la importancia de crear un vínculo fuerte con cada Pokémon. El Profesor Oak le enseñó técnicas básicas de cuidado y entrenamiento, y le permitió practicar con algunos Pokémon del laboratorio.

Además, Ash aprendió sobre estrategias básicas en batalla, cómo aprovechar las ventajas del terreno y la importancia de conocer a su oponente. Descubrió que la paciencia y la observación eran clave para ser un buen entrenador.

Una noche, mientras repasaba sus apuntes en su habitación, Ash sintió una mezcla de nervios y emoción. Sabía que su viaje no sería fácil, pero también sabía que estaba mejor preparado que antes. "No solo se trata de ser el mejor, sino de cuidar de mis Pokémon y entenderlos", pensó, recordando las palabras del Profesor Oak.

Cuando finalmente llegó la noche antes de su partida, Ash se sentía diferente. Su entusiasmo seguía intacto, pero ahora estaba respaldado por un conocimiento básico y una preparación que lo hacían sentir más seguro. Miró con determinación su despertador, sabiendo que al día siguiente elegiría a su primer compañero Pokémon: Bulbasaur, Charmander o Squirtle.

Sin embargo, la emoción y los nervios lograron arrebatarle el sueño. Ash decidió que lo mejor era estar lo más preparado posible, agarrando todos los libros que había estado estudiando ese último tiempo. Asegurándose de estar listo para enfrentar los desafíos que le esperaban y decidido a demostrar que con preparación y determinación, podía convertirse en un verdadero Maestro Pokémon.

Un Ash Más PreparadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora