El Comienzo del Viaje

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El sol aún no se había alzado completamente sobre Pueblo Paleta cuando el estridente sonido del despertador llenó la habitación de Ash. Pero el joven entrenador, agotado por haberse quedado hasta tarde estudiando, no se movió. El reloj marcaba las 6:00 a.m. y, poco a poco, los minutos fueron pasando.

De repente, los ojos de Ash se abrieron de golpe. Miró el reloj y su corazón se aceleró.

—¡Oh no, es muy tarde! —gritó, saltando de la cama y vistiéndose apresuradamente. Con su gorra apenas colocada correctamente, salió corriendo de su casa, sin siquiera desayunar.

Las calles de Pueblo Paleta estaban tranquilas, pero la paz fue interrumpida por la figura de Ash corriendo a toda velocidad hacia el laboratorio del Profesor Oak. Cuando llegó, jadeante, se encontró con Gary, su eterno rival, que ya tenía una Pokébola en mano.

—Vaya, vaya, Ash. Parece que todo ese estudio no sirvió de nada si no sabes levantarte temprano —dijo Gary con una sonrisa irónica.

Ash supo mantener la compostura, y decidió no caer en las provocaciones. Sus ojos se fijaron en la Pokébola de Gary.

—Lo que importa es cómo usamos lo que aprendemos, Gary. ¡Ese Pokémon no te hará ganar solo por tenerlo! —respondió Ash con determinación.

Gary soltó una carcajada.

—Veremos, Ash. De todas formas, buena suerte. La necesitarás.

Con una sonrisa altiva, Gary se dio la vuelta y se marchó. Ash, todavía recuperando el aliento, se dirigió al laboratorio del Profesor Oak.

—Profesor, lo siento por llegar tarde —dijo Ash, abriendo la puerta de golpe.

El Profesor Oak lo recibió con una sonrisa comprensiva.

—Ash, todos los iniciales ya fueron elegidos. Pero tengo un Pokémon especial para ti.

Ash sintió una mezcla de decepción y curiosidad cuando Oak le mostró una Pokébola diferente.

—Este es Pikachu. Puede ser un poco difícil al principio, pero estoy seguro de que puedes manejarlo.

Pikachu salió de la Pokébola, mirándolo con desconfianza. Ash se agachó para estar a su nivel.

—Hola, Pikachu. Soy Ash. Seremos compañeros a partir de ahora —dijo con una sonrisa.

Sin embargo, Pikachu se mostró reacio y se negó a entrar en la Pokébola, electrocutando a Ash en el proceso.

—¡Ay! Bueno, parece que prefieres estar fuera. Está bien, podemos caminar juntos.

Delia, la madre de Ash, llegó con una mochila lista para su viaje.

—Aquí tienes, Ash. Estoy muy orgullosa de ti —dijo, dándole un abrazo y la mochila.

Ash, con Pikachu a su lado, se despidió de su madre y los habitantes de Pueblo Paleta, que lo animaban mientras comenzaba su viaje.

Ya en el camino hacia Ciudad Verde, Ash notó que Pikachu no quería seguirlo. Recordando sus estudios y decidido a hacer un esfuerzo por ganarse su confianza, se detuvo y se arrodilló frente a Pikachu.

—Pikachu, sé que no confías en mí todavía, pero quiero que sepas algo. Mi sueño es ser el mejor entrenador de todos. Quiero mejorar junto a mis Pokémon, ser su amigo y compañero. No quiero obligarte a seguirme, pero te pregunto, ¿no te gustaría también ser más fuerte y mejorar juntos? —dijo Ash con sinceridad.

Pikachu lo miró, un poco desconfiado pero interesado. Ash continuó.

—No voy a obligarte a nada. Solo te pido que me des una oportunidad. Podemos ser un gran equipo, aprender juntos y ser los mejores. ¿Qué dices?

Pikachu lo miró fijamente por un momento, y luego asintió levemente. Un pequeño rayo de esperanza y confianza pasó entre ambos. Ash sonrió, sintiendo que había dado un primer paso importante.

—¡Genial, Pikachu! Vamos a empezar esta aventura juntos.

Ash se adentró en la Ruta 1 junto a Pikachu, con la emoción de un nuevo comienzo llenando su corazón. Mientras caminaban, vio algo moverse entre la hierba alta.

—Mira, Pikachu, ¡un Spearow! —exclamó Ash, señalando al Pokémon salvaje.

El Spearow se volvió hacia ellos, observando con ojos desafiantes. Ash sabía que esta era una oportunidad perfecta para demostrar lo que había aprendido.

—¡Pikachu, vamos a desafiarlo! —dijo Ash con determinación.

El Spearow lanzó un Picotazo directo hacia Pikachu, que apenas logró esquivar.

—¡Pikachu, usa Impactrueno! —ordenó Ash.

Pikachu concentró su energía y lanzó un Impactrueno que golpeó de lleno a Spearow, dejándolo aturdido. Ash, viendo su oportunidad, lanzó una Pokébola con todas sus fuerzas. La Pokébola impactó contra Spearow y, tras unos segundos de incertidumbre, se quedó inmóvil. ¡Habían atrapado a Spearow!

—¡Sí! ¡Lo logramos, Pikachu! —gritó Ash, saltando de alegría. Pikachu también compartió la emoción, dando pequeños brincos.

Sin embargo, la celebración fue interrumpida por el ruido de alas batiendo en el aire. Un grupo de Spearow furiosos apareció en el cielo, volando directamente hacia ellos. Parecía que el Spearow capturado era el líder de la bandada.

—¡Oh no, Pikachu, tenemos que correr! —gritó Ash, mientras ambos se giraban y empezaban a correr a toda velocidad. Los Spearow les lanzaban ataques desde el aire, logrando algunos golpes en Ash y Pikachu.

Corriendo desesperadamente, Ash y Pikachu se encontraron con una niña de pelo naranja que estaba pescando cerca de un río.

—¡Ayuda! —gritó Ash, mientras los Spearow se dirigían también hacia ella.

La niña, rápidamente entendiendo la situación, dejó su caña de pescar y se unió a la huida.

—¡Qué está pasando! —exclamó, mientras corrían juntos.

—¡Capturé a un Spearow y ahora todos sus amigos están furiosos! —respondió Ash entre jadeos.

—¡Eso fue muy irresponsable! —gritó la niña, mientras intentaban escapar de los furiosos Spearow.

Finalmente, Ash y Pikachu se detuvieron, exhaustos.

—¡Pikachu, usa Impactrueno, con todo lo que tengas! —ordenó Ash con su voz llena de desesperación.

Pikachu reunió toda su energía y lanzó un poderoso Impactrueno, tan fuerte que dispersó a los Spearow en todas direcciones, dejándolos fuera de combate. Ash y la niña se detuvieron para recuperar el aliento.

La niña, claramente irritada, se volvió hacia Ash.

—¡¿Cómo se te ocurrió meterte en un lío así?! —le regañó, sus ojos fulminantes.

—Lo siento, solo quería atrapar un Pokémon —respondió Ash, sintiéndose un poco avergonzado.

—Eso no es excusa para actuar de manera tan imprudente —replicó ella, cruzando los brazos. —Podrías haberte lastimado a ti mismo y a Pikachu.

Ash bajó la cabeza, reconociendo su error. Pero pronto levantó la mirada, decidido a mejorar.

—Soy Ash Ketchum de Pueblo Paleta. Apenas he comenzado mi viaje para convertirme en un Maestro Pokémon y ahora me dirijo a Ciudad Verde —explicó, extendiendo una mano en señal de presentación.

La niña suspiró, suavizando su expresión.

—Soy Misty, una entrenadora que se especializa en Pokémon de Agua. Mi sueño es convertirme en la mejor entrenadora de tipo Agua. Y también me dirijo a Ciudad Verde —dijo, estrechando la mano de Ash.

Ash sonrió, aliviado de haber hecho una nueva amiga, aunque de una manera algo accidentada.

Con Pikachu caminando entre ellos, Ash y Misty comenzaron su camino hacia Ciudad Verde, listos para las aventuras que les esperaban en su viaje Pokémon.

Un Ash Más PreparadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora