CAPITULO 11 REPRESALIAS

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Algo la golpeó en la cara

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Algo la golpeó en la cara. Despertó de violentamente y fue como si su respiración se reactivara. Sus pulmones despegándose, su pecho se infló llenándose abruptamente de aire. Todo lo ocurrido antes corrió por su mente y empezó a desesperarse.-Lorenzo...-se retorció en la silla que la tenían amarrada, buscándole. Cables sujetaban apretadamente sus muñecas y tobillos contra la madera. Miró alrededor parpadeando para despejar su visión. Parecía estar en una amplia habitación, un living con arañas antiguas de caireles, alfombrado, mesas y sillas como en la que estaba, estilo Luis XVI. Desbordaba lujos y dorado hasta en el empapelado.

Otro golpe impactó su mejilla. Esta vez supo que era el sujeto calvo parado delante suyo, quién le bofeteó. Se sonreía a ella.-Bien, ya despierta, zorra, hay mucho que hacer.-

Los ojos se le llenaron de lágrimas.-Lorenzo...-repitió.

El sujeto se inclinó más cerca a su cara.-Muerto.-

Sintió que bloque de cemento impactaba contra su pecho. No. No podía ser. No lo creería jamás. Lorenzo no podía estar... su labio tembló, y lágrimas le siguieron.

El sujeto se rió enderezándose. -Muerto y enterrado, preciosa. Ahora no hay quién te salve.-le delineó la mandíbula con el dedo.-Eres nuestra.-

Otro miedo se sumó corriendo libre por su cuerpo y empezó a temblar violentamente. Entró en pánico. Comenzó a gritar con fuerza ignorando el dolor desgarrador en su garganta.

El puño del sujeto se estrelló en su cara. Gritó ante el terrible dolor en su mejilla.-¡Cierra el pico, puta!-le amenazó alzando el puño de nuevo a su cara.

Lloró silenciosamente. Sentía sangre bajar por su pómulo.

-Oye, en la cara no.-le regañó uno acercándose a ellos. Estaba también vestido todo de negro pero con el rostro al descubierto. Tenía una horrible permanente hecha. -Si ven marcas, no la comprarán.-

-Apenas la toqué, hombre.-

-Bueno, no lo hagas, o al menos no en el rostro.-el otro sujeto se dobló hacia adelante pellizcándole la mejilla golpeada, y reprimió un gemido de dolor. -Mira qué cara tan bonita que tienes. Nos vas a vales unos buenos dólares.-

No entendía nada. Tampoco quería hacerlo.

-¿Dónde está Lorenzo?-la voz le salió rasposa por el gritar de antes.

Los sujetos rieron.

El sujeto con la permanente, se incorporó.-Preocúpate por ti, caramelo. Lo que te está por venir, es más importante.-

Algo en sus palabras, le hizo tener un escalofrío.

En ese momento, la puerta se abrió con alguien entrando. Los sujetos se alejaron de ella y corrieron deteniéndose a cada lado de esa persona en señal respeto. Lo reconoció al instante.

Venganza a la ItalianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora