Algo la golpeó en la cara. Despertó de violentamente y fue como si su respiración se reactivara. Sus pulmones despegándose, su pecho se infló llenándose abruptamente de aire. Todo lo ocurrido antes corrió por su mente y empezó a desesperarse.-Lorenzo...-se retorció en la silla que la tenían amarrada, buscándole. Cables sujetaban apretadamente sus muñecas y tobillos contra la madera. Miró alrededor parpadeando para despejar su visión. Parecía estar en una amplia habitación, un living con arañas antiguas de caireles, alfombrado, mesas y sillas como en la que estaba, estilo Luis XVI. Desbordaba lujos y dorado hasta en el empapelado.
Otro golpe impactó su mejilla. Esta vez supo que era el sujeto calvo parado delante suyo, quién le bofeteó. Se sonreía a ella.-Bien, ya despierta, zorra, hay mucho que hacer.-
Los ojos se le llenaron de lágrimas.-Lorenzo...-repitió.
El sujeto se inclinó más cerca a su cara.-Muerto.-
Sintió que bloque de cemento impactaba contra su pecho. No. No podía ser. No lo creería jamás. Lorenzo no podía estar... su labio tembló, y lágrimas le siguieron.
El sujeto se rió enderezándose. -Muerto y enterrado, preciosa. Ahora no hay quién te salve.-le delineó la mandíbula con el dedo.-Eres nuestra.-
Otro miedo se sumó corriendo libre por su cuerpo y empezó a temblar violentamente. Entró en pánico. Comenzó a gritar con fuerza ignorando el dolor desgarrador en su garganta.
El puño del sujeto se estrelló en su cara. Gritó ante el terrible dolor en su mejilla.-¡Cierra el pico, puta!-le amenazó alzando el puño de nuevo a su cara.
Lloró silenciosamente. Sentía sangre bajar por su pómulo.
-Oye, en la cara no.-le regañó uno acercándose a ellos. Estaba también vestido todo de negro pero con el rostro al descubierto. Tenía una horrible permanente hecha. -Si ven marcas, no la comprarán.-
-Apenas la toqué, hombre.-
-Bueno, no lo hagas, o al menos no en el rostro.-el otro sujeto se dobló hacia adelante pellizcándole la mejilla golpeada, y reprimió un gemido de dolor. -Mira qué cara tan bonita que tienes. Nos vas a vales unos buenos dólares.-
No entendía nada. Tampoco quería hacerlo.
-¿Dónde está Lorenzo?-la voz le salió rasposa por el gritar de antes.
Los sujetos rieron.
El sujeto con la permanente, se incorporó.-Preocúpate por ti, caramelo. Lo que te está por venir, es más importante.-
Algo en sus palabras, le hizo tener un escalofrío.
En ese momento, la puerta se abrió con alguien entrando. Los sujetos se alejaron de ella y corrieron deteniéndose a cada lado de esa persona en señal respeto. Lo reconoció al instante.
ESTÁS LEYENDO
Venganza a la Italiana
RomanceRica Nolton está desesperada, su mejor amiga ha desaparecido sin dejar rastro alguno. Las sospechas de inmediato recaen en su pareja, pero no hay evidencia que respalde su corazonada. La policía no quiere escuchar sus gritos de ayuda, porque sin cue...