CAPITULO 15 LA ULTIMA PIEZA DEL ROMPECABEZAS

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Un mes después

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Un mes después...

"Según los bomberos, el incendio fue provocado por un mal cableado que causó que la enorme mansión del Señor Mateo Bandel ardiera en llamas hasta la consumición. –hablaba el periodista en la radio.-El señor Mateo era bien conocido por la policía por sus...tratos no muy legales. El FBI había estado detrás de él por largo tiempo intentando atraparle para que diera información del verdadero cabecilla de su gran red de narcotráfico, pero ahora con él muerto, su secreto ha sido llevado a la tumba."

Lorenzo extendió la mano cambiando a música. Ella miró a su rostro, sonriéndole, y él le guiño el ojo.

Estaban conduciendo hacia su antiguo departamento. Ya estaba viviendo oficialmente en el departamento de él, pero siempre había algo que se le olvidaba. Habían decidido subarrendarlo hasta que se hicieran los dos meses para que finalizara su contrato de alquiler, y la nueva chica era muy agradable. Evelyn Scott. Inglesa, trabajaba para una joyería importante en Londres que buscaba expandirse, y había arribado a Newport para cerrar tratos con algunas joyerías de allí. Lo que les venía como anillo al dedo.

Lorenzo apagó el motor. Se habían detenido delante de su antiguo piso.

-¿Quieres que te acompañe?-le preguntó él.

Le sacó importancia con la mano.-Nah, es entrar y salir. –agarró la manija de la puerta.-Además, si te ve, se va a babear con lo perfecto que eres, y me voy a poner muy celosa y no voy a tener otra opción que marcar mi territorio en ti con ella delante.-

Él se sonrió pecaminoso.-Me estás tentando, sole mio. –

-Y, tú a mí, y no quiero volverme homicida.-le sonrió.-Otra vez.-

Abrió la puerta saliendo cuando la mano de él se cerró en su brazo, tirando de ella de nuevo para dentro. Acunó su rostro con su otra mano, llevando de sus labios a los suyos.

Le dio un apasionado beso, la clase de beso que la dejaba sin aliento y con el corazón acelerado por horas.

Soltó la puerta para agarrarle de la parte de atrás del cabello, y tirarle hacia ella. Mordió su labio y chupó antes de volver a meter la lengua en su boca.

La mano de él bajó por su cuello, haciéndole estremecer con el tacto rasposo de las yemas de los dedos. Apretó levemente haciéndola soltar un suave gemido. Él gruñó, pero su mano la empujó contra el asiento, separando sus labios.

-Joder, vete o te tomo aquí mismo.-le dijo. Sus ojos oscuros ardían de puro deseo.

Le acarició el pecho sonriéndole de manera seductora.-¿Es una proposición?-se inclinó dejándole mordisquitos a lo largo de su mandíbula. Su barba incipiente raspaba sus labios y le gustaba.

-Rica...-su advertencia se disolvió en gemido. Tensionó su mano alrededor de su garganta apretándole hasta casi sacarle robarle el aliento pero sólo sirvió para estimularla más.

Venganza a la ItalianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora