COMPILADO SHIKATEMA

Amor Extraordinario

Temari no está acostumbrada a que le digan que no.

Ella es brillante. Es capaz. Es casi insuperable en el campo de batalla. Además, su hermano es el Kazekage. Ella es una princesa. Tiene una influencia real en su aldea por derecho de nacimiento y por su propio mérito.

A Temari no le gusta que le digan que no.

Esa es su especialidad, o al menos eso le han dicho. Ella no acepta un no por respuesta. Por eso la envían a negociaciones diplomáticas con más frecuencia que a la mayoría de los otros shinobi de alto rango de la Arena. No deja de presionar hasta que obtiene lo que quiere, lo cual generalmente no tarda mucho, y es el orgullo y la alegría del gabinete de asesores del Kazekage.

O al menos eso le han dicho los ancianos de la Arena durante años.

O eso mantenían hasta que arrastró a Shikamaru a la sala de reuniones y se paró a su lado mientras él informaba a los ancianos y al consejo de la aldea que tenía la intención de casarse con su princesa.

No.

No es una valiente voz solitaria de descontento, sino un resonante coro de objeciones.

(Ni siquiera se acobardan cuando Temari los enfrenta con la mirada, ¡lo cual es un ultraje!)

Sus hermanos son inútiles como siempre. Gaara quiere ser civilizado y escucharlos y bla, bla, bla. Los ancianos de la Arena le pusieron un sombrero extraño en la cabeza hace unos años y ahora cree que tiene que escucharlos o algo así. Kankuro está más que contento de sentarse en la mesa, mordiéndose el labio y agachando la cabeza para evitar estallar en risas ante las miradas indignadas en los rostros de Shikamaru y Temari mientras el consejo los rechaza repetidamente mientras presentan su caso.

"Eres una princesa, Lady Temari", le recuerda una anciana. Ella le da la espalda al hombre espárrago al lado de Temari. "¿Qué nombre tienes para hablar?"

"Él es el jefe de su clan", interviene Temari. "El clan Nara de la Hoja. ¿Puedo recordarles cuán instrumental fue esa familia para detener al Diez Colas—"

"Mi señora, se lo pregunté a él", interrumpe la misma mujer sin un ápice de disculpa.

Temari aprieta los dientes y se vuelve hacia Shikamaru, furiosa. "Diles".

Shikamaru se rasca la nuca. "Sí, eh, Temari tiene razón. He sido el jefe de mi clan durante unos años—"

"Un líder respetado. Un señor."

"—sí, técnicamente", Shikamaru le echa a Temari una mirada de reojo por su ayuda no solicitada, pero se para un poco más alto. "Uno de los señores más jóvenes de mi aldea. Nos ha ido bien; hemos mantenido el nombre honorable y hemos contribuido a causas dignas a lo largo de los años".

Un consejero de mediana edad se acaricia la barba, sin impresionarse. "¿Como cuáles?"

La guerra, Temari le instruye silenciosamente a Shikamaru con sus ojos. Recuérdales sobre la guerra.

"Bueno, proporcionamos muchos recursos medicinales al hospital de la aldea".

...lo cual es verdad, pero no exactamente el punto de venta con incrustaciones de oro que Temari buscaba.

"Recursos medicinales", repite lentamente el mismo consejero, todavía sin impresionarse.

Temari suspira silenciosamente y le lanza a Shikamaru otra mirada de reojo. Bien. Si él quiere hablar sobre su manada de ciervos súper especiales en lugar de literalmente cualquier otra cosa, ella lo respaldará. "Recursos indispensables", interviene. "Críticos para varios tratamientos que salvan vidas y para la formación de ninjas médicos emergentes. Ninjas médicos como Sakura Haruno, una estudiante de Lady Tsunade". Ella hace gestos salvajes hacia Kankuro, que sigue siendo inútil. "¡Sin Sakura, él estaría muerto!"