𝗡𝗜𝗡𝗘𝗧𝗘𝗘𝗡 ||Blue Beetle||

Capítulo Final

Con un top corto negro que resaltaba su figura atlética, shorts negros a juego, y botas altas, su presencia era imponente y segura. Sus guantes y cinturón añadían un toque práctico y agresivo, complementando su look.

Después de todo lo que había pasado, Alexa decidió visitar la casa de los Reyes. A pesar de los daños por la explosión reciente, el lugar aún mantenía el espíritu y la esencia del hogar familiar. Al llegar, Alexa se encontró con la familia reunida, con expresiones de sorpresa y gratitud al verla.

—Hola a todos —dijo Alexa, acercándose con una sonrisa— he venido para decirles que me encargaré de dejar la casa como nueva. Incluso, si quieren, puedo conseguirles un lugar mejor en Palmera City.

La madre de Jaime negó con la cabeza, sonriendo amablemente.

—Gracias, Alexa, pero este es nuestro hogar. Aquí es donde hemos vivido y tenemos nuestros recuerdos. No queremos irnos a otro lugar.

Alexa asintió, respetando su decisión.

—Entiendo. Entonces, me aseguraré de que esta casa esté en las mejores condiciones. Pueden contar conmigo para lo que necesiten.

Justo cuando Alexa estaba a punto de marcharse, Jaime se acercó apresuradamente.

—Espera —Jaime tomó su mano, deteniéndola— ¿Cuándo podré verte otra vez?

Alexa le sonrió, un brillo travieso en sus ojos.

—Podemos vernos cuando quieras, Jaime. Solo tienes que llamarme.

—¿A dónde vas ahora? —preguntó él, sin querer soltarla.

—Voy al laboratorio. Aún hay mucho por hacer.

—¿Puedo acompañarte? —Jaime preguntó, decidido.

Alexa lo miró por un momento y luego asintió.

—Claro, vamos.

Subieron al GMA de Alexa y se dirigieron juntos al laboratorio. Durante el trayecto, el ambiente se llenó de una mezcla de expectación y complicidad. Al llegar, Jaime la siguió adentro, observando cada rincón del lugar con interés.

—Entonces, este es tu mundo ahora —dijo Jaime, mirando alrededor.

—Sí, lo es, y ahora también es el tuyo. Aquí podemos hacer grandes cosas juntos. Todavía tengo que entrenarte con Khajida.

Jaime se acercó a Alexa, sus ojos reflejaban una mezcla de decisión y vulnerabilidad. A medida que sus manos acariciaban suavemente el rostro de Alexa, se inclinó hacia ella y la besó con ternura. Alexa, sorprendida, retrocedió ligeramente, apoyándose en una mesa del laboratorio mientras el beso continuaba por unos segundos más.

—Esa es la conexión a la que me refería —intervino Svetlana.

Jaime se separó de Alexa, aunque mantuvo una pequeña distancia, su sonrisa reflejaba tanto alegría como una leve timidez.

—Pudo descifrarlo —rió Jaime, intentando romper la tensión del momento.

Alexa, con las mejillas sonrojadas, intentó recomponerse mientras sus manos buscaban un punto de apoyo en la mesa. Su respiración era rápida y su corazón latía con fuerza, algo que Svetlana no tardó en notar.

—Alexa, identifico tu corazón acelerado y un ligero temblor en tus piernas.

Alexa suspiró, tratando de calmarse. Sus ojos se fijaron en Jaime, quien aún mantenía su mirada en ella.

—Svetlana —dijo Alexa con un tono de resignación y las mejillas rojas—desconectate de los megáfonos al menos.

—Desconectando —respondió Svetlana antes de silenciarse.