Capítulo XIX

427 27 15
                                    

ADVERTENCIA

Esta historia contiene representaciones oscuras, y a veces violentas, del mundo del crimen organizado, la agresión sexual, y algunos eventos descritos en esta historia pueden ser desencadenantes para algunos lectores.

INGLATERRA, LONDRES. . .

El resto del viaje transcurrió en completo silencio. Sabía que todos tenían muchas preguntas que formular todavía, pero se contenían por su bien, y se alegraba porque no quería decir más mentiras. Con cada segundo que pasaba, su piel hormigueaba. Todo se sentía absolutamente equivocado, porque estaba envuelta en mentiras y engaños. Su familia y amigos esperaban frente a casa cuando se detuvo el auto.

Sakura tembló cuando Naruto la ayudó a salir del auto, sus dedos apretándose
alrededor de su antebrazo como si temiera que pudiera desmayarse. Tenten y Neji
se quedaron atrás mientras caminaban hacia la casa. Aquello parecía tan irreal. Se le formó un nudo en la boca del estómago, pero se esforzaría por disfrutar cada minuto que tendría con su familia. Caminó hacia su abuela, que lloraba desconsolada, y hacia sus dos pequeños hermanos.

Chiyo se tambaleó hacia Sakura. Su abuela. Su amorosa protectora. Su fuente de fuerza y sabiduría. Se congeló cuando sus ojos registraron su estado, las vendas y marcas en su cuerpo. Su evidente embarazo. Su expresión se convirtió en una que había visto por primera vez poco después de que les anunciará las muerte de sus padres. Dolor, tristeza y pena. Se contuvo, superó la distancia restante entre ambas y la abrazó contra su cuerpo en un abrazo aplastante. Sakura enterró su cara en el hueco de su cuello, temblando.

—Pensé que nunca más te volvería a ver. Oh, mi pequeña Saku —dijo Chiyo con voz ronca y sin poder detener su llanto.

Sakura con los ojos vidriosos, le devolvió el abrazo con más fuerza, necesitando sentir su familiar cálidez a su alrededor. Ella ya no era la persona que ella conocía. Esa chica inocente se había ido. Si supiera en qué se había convertido, si todos lo supieran, la odiarían. Y con toda razón. ¿Acaso alguien podría desperderse? Se aferró a su abuela durante mucho tiempo, solo respirando su aroma reconfortante, saboreando la sensación de ella.

—Mi Saku.... —murmuró Chiyo, frotando la espalda de su nieta, y con la voz quebrada por el revoltijo de sentimientos en su interior. Por fin la tenía devuelta en casa.

Su abuela Chiyo no la llamaba de ese modo desde que era una niña pequeña. —Abuela, estoy tan feliz de verte.... Tantas cosas han pasado... —Sakura lloró aún más, mientras su abuela la consolaba y la besaba.

—Lo sé... —susurró Chiyo contra su cabello rosado...— Y lo siento mucho...

Su querida abuela. Estaba llorando en su cabello, justo delante de ella y todos a su alrededor, y ella se desmoronó más. Aferró su blusa y lloró, lloró a todo pulmón, y su abuela la abrazó aún más fuerte.

—Lo siento... —jadeó Sakura, unas palabras rotas llenas de desesperación. Unas palabras que no eran suficientes para transmitir el alcance de sus pecados. De su traición y sus mentiras.

—No — gruñó Chiyo —. No, Saku, no. —Se estremeció, su agarre doloroso.

—Lo intenté…pero, él… yo…

Chiyo acunó su cabeza. —Se acabó. Ahora se acabó, Sakura. Lo juro, ya estás a salvo.

Sakura tragó con fuerza. Ella pensaba que la habían violado. Todos allí lo hacían, y no podía decirles la verdad, era demasiado cobarde como para decirles. Cerrando sus ojos, apoyó su mejilla contra su pecho. Su abuela la abrazó con fuerza, meciéndola
como una niña pequeña, como si pudiera restaurar su inocencia al hacerlo. ¿La verdad lo liberaría? ¿Los liberaría a todos o los rompería aún más? Ya no estaba segura de nada.

LA NOVIA DE LA VÍBORA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora