Un amor inesperado se hace presente en el Hazbin Hotel, el demonio de la radio se siente atraído por el gran soberano del infierno. Wooh, impresionante que ese ser tenga algún tipo de sentimientos.
¿Que sucederá?
Pues
...
Lucifer y Alastor se encontraban ya en la cocina, mientras aquél demonio cocinaba el ángel solo se limitó a verlo fijamente con una pequeña sonrisa en su rostro.
— No tienes algo mejor que hacer, que solo estar allí mirándome fijamente? — Mencionó Alastor con una pequeña carcajada.
— Por ahora solo quiero verte, ¿te molesta? — Preguntó.
— Por qué debería de molestarme, más bien me sorprende — Dijo aquél demonio antes de acercarse a el y posar sus labios junto a los suyos. — Es algo nuevo para mí.
— Y para mí...
Ambos se dedicaron un sonrisa antes de que continuarán con lo suyo, lucifer por su parte solo de quedó aún costado mirando atentamente a su amado quien cocinaba tranquilamente mientras se podía escuchar una de las canciones que suele esuchar aquél demonio.
— Pruébalo, y me dices si te gusta — mencionó Alastor antes de acercarse y hacer entrega de aquél plato con Hotcakes que tanto le gustan a él, pero está vez eran un poco "diferentes".
— Hum, ¿que es ésto?... está tan... — Aquél ángel se quedó un momento en silencio antes de volver a hablar. — Delicioso, wow me encanta! — Mencionó aquél con una gran y hermosa sonrisa en su rostro.
— Eso es bueno, cambié un poco la receta — Mencionó antes de alejarse un poco. — Que bueno que te haya gustado.
— Gracias
Aquél ángel continúo comiendo aquél platillo con una pequeña sonrisa y sonrojó en su hermoso rostro, mientras que alastor por su parte se limitó a verlo ya que él trataba de ocultar su pequeña sonrisa y tratando de calmar su "extraño" corazón.
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Más tarda ya estaban reunidos mientras disfrutaban la comida tranquilamente charlaban un poco, alastor por su parte aún seguía en la cocina preparando nuevamente los hotcakes que le había hecho a su amado.
— Papá — Mencionó Charlie a lo lejos.
— ¿Si mi manzanita? — Respondió.
Charlie le había hecho una pequeña seña a su Lucifer, quien respondió al instante. Tranquilamente se levantó de aquella mesa y se acercó a ella antes de que ambos se alejaran del lugar en dirección hacia uno de los balcones del gran hotel.
— Sucede algo, hija...
— Me ayudarás el día de hoy — Dijo con una gran sonrisa en su rostro.
— ¿A-ayudar? — Mencionó algo confundido.
— Sí, hoy quiero comprarle un pequeño obsequio a vaggie...
